Capítulo 5: Recuerdos

Amarilis al verlo sintió como su corazón volvía a latir con tanta fuerza, ya que ese joven es Maximiliam, ella se quedó inmóvil por la impresión, hasta que Maximiliam tomo sus manos y la miro muy preocupado.

- Señorita disculpe, se encuentra bien - *Dijo Maximiliam con su rostro muy preocupado*

- Eh!?, no, no es nada solo que estaba nerviosa ya que entre a este lugar sin autorización - *Dijo Amarilis riendo muy nerviosa -

- Oh ya veo, pero descuida este lugar es mío y no me molesta que hayas entrado - *Dijo Maximiliam sonriendo*

- Bueno gracias por no molestarte, aunque ya me tengo que ir si llego tarde talvez me castiguen - *Dijo Amarilis sonriendo*

- Está bien, pero podría decirme su nombre es solo por curiosidad, si no es molestia - *Dijo Max algo avergonzado*

- Mi nombre es Amarilis de Novak y cula es el suyo - *Dijo Amarilis sonriendo*

Ella ya sabía su nombre, sus sueños, incluso hasta sus postres favoritos, talvez en lugar de estar a su lado como amantes, sería mejor como amigos, pero tampoco sería bueno ya que siendo sincera no le gustaría que el estuviera con alguien más, talvez sonaba egoísta pero era lo que sentía.

- Mi nombre es Max Ackerht - *Dijo Maximiliam sonriendo*

- Un gusto en conocerlo joven Max, bueno me despido espero verlo en otro momento - *Dijo Amarilis sonriendo y llendose del lugar* ~Aunque lo mejor es que nunca de vuelva a ver ~ *Susurro*

- Muy bien señorita Amarilis, nos vemos luego - *Dijo Max sacudiendo su mano para despedirse de ella*

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Amarilis llegó a su carruaje, y por lo que le dijo el cochero su hermana se fue totalmente enojada del palacio, supuso el porque ya que en la reunión le presumía a las demás damas que seguramente el principe la escogería a ella.

Cabe recalcar que al igual como en su otra vida, Annabelle no fue escogida, seguramente al llegar a casa estará haciendo un berrinche y tirando las cosas de su habitación, muy típico de ella.

Se quedó pensando por un momento, hasta que se quedó dormida en el carruaje, talvez se canso por todas las impresiones que tuvo durante el día.

Comenzó a soñar o mejor dicho a recordar otros fragmentos de su vida, al principio ella sonreía por ella hasta que de un momento a otro comenzó a llorar.

En sus recuerdos ella estaba corriendo por los jardines del palacio, debido a todo lo que estaba llorando su respiración estaba muy agitada, nuevamente había sido humillada por su hermana anunciandole que ella era la amante oficial del principe y lo comprobó viendo como ella lo besaba y esté correspondía lo que sucedió después ya lo saben y fue de lo más asqueroso que vio en su vida.

Amarilis corría y corría hasta que se tropezó y raspó un poco sus rodillas porque su vestido no era tan largo, se quedó en el suelo sin dejar de llorar, estaba cansada de todo eso parecía que nadie la quería más que su madrastra Nelly y su padre, pero nadie, en ese mundo la amaba.

Fue hasta que vio como una mano estaba extendida ante ella, levantó la vista y como si fuera algo inexplicable vio aquel hombre de brillante sonrisa, ojos azules como el agua del mar, cabello negro como el cielo de la noche y la piel pálida como la porcelana.

- Señorita usted se encuentra bien - *Dijo aquel hombre con un rostro preocupado*

- Lo siento es que yo no estoy bien - *Dijo Amarilis quien comenzó a llorar nuevamente*

Pero para su sorpresa aquel joven la abrazo de una manera protectora y cálida, con ese simple abrazo hizo que algo en ella despertara, como una inmensa llama que calentaba su cuerpo tan frío.

Y con ello revivió aquel bello encuentro entre Maximiliam y ella, las veces que ella se escapaba e iban juntos a caminar por los pueblos, las tantas veces que el le enseño sobre las flores descubriendo que esa era su gran pasión y por último Maximiliam confesándose su amor, el cuál ella acepto con gusto pues no había nada que los detuviera porque su hermana al confesarle sobre la infidelidad de ella y su prometido dicho compromiso se rompió y ella podía ser feliz con la persona que amaba.

O eso fue lo que pensó...

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Amarilis despertó aún estando en el carruaje, comenzó a limpiar sus lágrimas recordar aquello hermosos momentos que puro un segundo vivió con Maximiliam la ponía muy triste y haciendola sentir fatal porque sus pensamientos eran el que al obtener una nueva oportunidad para vivir de manera tranquila sabe que para ello no debe hacer nada y mucho menos volver a enamorarse.

Así que por ello se resignara a casarse con Augustus, no lo ama y nunca lo hará ya que su corazón tiene una cerradura de la cual solo Maximiliam tiene la llave.

Después de un rato el cochero le notifico que ya habían llegado a su casa, ella solo le agradeció y entro a la mansión, todo estaba solo y en silencio esto lo ponía muy mal, detestaba estar sola porque así se sentía más vulnerable, hasta que llegó una persona a abrazarla.

- Madre Nelly que ocurre?? - *Dijo Amarilis confundida*

- No es nada solamente que te extrañe verte por la mansión, así que vamos hay que ir a tomar el té y comer unos postres, te parece - *Dijo la Condesa Nelly con una gran sonrisa*

Amarilis asintió y la fue siguiendo también extrañaba a Nelly ya que a pesar de no estar muy cómoda en la posición que esta, ella no se rinde y jamás deja de lado aquella bella sonrisa...

Más populares

Comments

Lenita

Lenita

Que incertidumbre para Amarilis

2024-03-07

2

Mirna Luz Sierra Sanchez

Mirna Luz Sierra Sanchez

me confundí ,la madrasta la quiere , entonces
la madre de ella q paso vive aún y es la madrasta de la otra chica mayor
mmmm

2023-08-14

2

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play