Capítulo 6: Confusión

Amarilis estaba tomando el té con la Condesa Nelly, ambos sonreían mientras las demás sirvientas las miraban y entre susurros decían.

( La Condesa y la señorita Amarilis parecen madre e hijas, si no fuera por ese cabello blanco todo el mundo creería eso )

La Condesa Nelly las escucho, pero no le tomo importancia ya que a pesar de que él Conde le da más prioridad a la madre de Amarilis por su único amor, se alegra mucho que el nunca la haya humillado, menospreciado, que siempre esté al pendiente de Annabelle y sobre todo nunca averla obligado a hacer algo que no quisiera.

- Bueno entonces fuiste elegida por el principe heredero, ahora que piensas estás emocionada o nerviosa - *Dijo la Condesa sonriendo*

- En realidad estoy aterrorizada, yo no me quiero casar con el - *Dijo Amarilis agachando la cabeza*

La Condesa Nelly noto está actitud de Amarilis, ella la conocía desde que era prácticamente una bebé ya que Miriam nunca se hizo cargo de ella y siempre la dejo al cuidado de las sirvientas, la Condesa quería tener más hijos, pero no quería incomodar al Conde y mucho menos tener una aventura con otro hombre, así que ella se hizo cargo de aquella pequeña niña la cual al ver desde lejos siempre sintió ese amor maternal incluso si no era de su misma sangre.

- Bueno si no quieres esto, entonces habla con tu padre, estoy segura que el hará algo al respecto - *Dijo la Condesa Nelly*

Amarilis estaba a punto de hablar, cuando su madre Miriam llegó muy molesta e interrumpió ese agradable momento.

- ¡¡¡TU MALDITA BASTARDA, COMO TE ATREVES A INTERFERIR EN LOS DESEOS DE TU HERMANA, ELLA AMA POR COMPLETO AL PRINCIPE Y TU TE ARRASTRAS A EL COMO UNA ZORRA!!! - *Grito aquella mujer con las mejillas rojas de la ira*

Amarilis se hiba a levantar para enfrentarla, ya que al parecer Annabelle ya le había dicho lo que ocurrió en el palacio, aunque obviamente con sus propias palabras.

Pero para su sorpresa fue la Condesa Nelly quien se levanto de su asiento mirándola con un rostro sombrío.

- Miriam deja tus insultos a un lado y mejor averigua que fue lo que ocurrió en realidad, Amarilis no a hecho nada en contra de Annabelle así que deja de estar molestando y vete a otro lado - *Dijo la Condesa molesta*

- Jajajaja yo conozco muy bien a esta cualquiera, así que haste a un lado o también quieres que te dé una paliza - *Dijo Miriam con una sonrisa llena de malisia*

En ese momento Amarilis vio a lo lejos que el Conde se acercaba, por lo que ella tomaría cartas en el asunto, sabe que la Condesa no puede golpear a Miriam ya que su padre la reprenderia, pero si su propia madre quería jugar sucio ella también lo haría.

Ella tomo el té caliente que estaba en la tetera, hizo a un lado a la Condesa Nelly y se colocó en frente de su madre.

- Ja parece que quieres un castigo, tú zorra mal nacida - *Dijo Miriam sonriendo*

- No, pero espero que tú si lo hagas - *Dijo Amarilis con su rostro muy tranquilo*

Sin que nadie se diera cuenta coloco la tetera en la mano de Miriam e hizo un movimiento ágil para que parezca que ella le arrojó el té caliente a ella.

Para ese momento el Conde ya había llegado por lo que vio como Míriam tiro el té ensima de Amarilis, por lo que apresuró su paso hasta llegar ante las damas.

- ¡¡¡QUE DEMONIOS HACES MIRIAM A CASO DE VOLVISTE LOCA COMO PARA ARROJAR TÉ CALIENTE SOBRE TU HIJA!!! - *Grito el Conde Magnus muy enojado*

- No yo, no lo hice ella lo hizo, solamente quiere hacerme quedar mal ante usted mi señor, todo porque se deja influencia por la cruel Condesa Nelly - *Dijo Miriam con lágrimas falsas para verse lamentablemente*

Este truco lo había puesto en práctica desde años atrás, el conde siempre le creía con esa cara de estúpida que siempre ponía, por lo que creyó que está vez también lo haría.

- Acaso crees que soy un imbécil, te vi claramente como derramaste el te caliente sobre Amarilis, escúchame antes de que me enoje más vete a tu habitación, estarás encerrada en tu habitación durante 1 semana con sola pan y agua - *Dijo el Conde muy molesto y llendo hacia Amarilis*

Miriam tomo su vestido y salió corriendo del lugar, estaba muy molesta porque Nelly y su propia hija la habían humillando enfrente del Conde.

Mientras que el revisaba cada parte de sus manos ya que algunas gotas del té cayeron sobre estás.

- Padre descuida, yo estoy bien no es nada - *Dijo ella sonriendo*

- Aún así mandaré a una sirvienta a qué te revise y coloque hielo sobre tus manos, Condesa Nelly usted también se encuentra bien - *Dijo el Conde con una mirada indescifrable*

- Yo estoy muy bien no se preocupe Conde - *Dijo ella sin mirarlo a la cara*

Amarilis estaba muy confundida, pues ambos actúan de manera muy distinta.

- Bueno aún así quiero hablar contigo en mi despacho, te estaré esperando - *Dijo el Conde para después irse del lugar*

La Condesa se despidió de Amarilis y le dijo que otro día retomarían su té, así que siguió al conde hasta su despacho, Amarilis algo preocupada por ella decidió seguirla sin ser vista, comenzó a escuchar por detrás de la puerta, mientras más escuchaba todo le parecía confuso, hasta que ella misma se sorprendió por algo que dijo el Conde...

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