Capítulo 9: Annabelle

Hace unos 15 años atrás...

Una niña de ojos morados y cabello de un rubio muy pálido se levantaba de dormir, ese día era especial para ella ya que era su cumpleaños número 7, por lo que estaba muy emocionada, fue en ese momento que su puerta se abrió y al mirar quien era sonrió muy feliz al ver a esa persona.

Era Amarilis la cual sostenía un pequeño pastel con siete velitas, Amarilis entro aún más a la habitación y dejo el pastel sobre una mesa, seguido de ello se lanzó a los brazos de su hermana mayor ya que la diferencia de edad era solamente de 2 años.

- ¡¡¡Feliz cumpleaños hermana Bell!!! - *Dijo Amarilis sonriendo y diciendo el apodo que ella le había puesto a su hermana*

- Jejeje gracias mi pequeña Amis, ese pastel se ve rico - *Dijo Annabelle feliz*

- Padre me ayudó a prepararlo, dijo que subiera y que el en un momento vendría junto a la Condesa Nelly para cantarte y desearte un feliz cumpleaños Bell - *Dijo Amarilis saltando de la felicidad*

- Bueno entonces será mejor que me aliste - *Dijo Annabelle llendo a su armario*

- Yo te ayudo hermana - *Dijo Amarilis sonriendo*

Aquellos tiempos para Annabelle y Amarilis fueron los más felices de su vida, sus padres siempre estuvieron para ellas, eran sin duda las mejores amigas.

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Annabelle iba caminando por los pasillos de la mansión, estaba buscando a su hermana o a sus padres, los cuales no los había visto durante toda la mañana, fue cuando vio a lo lejos un carruaje, aquel era de su padre y de el bajaba Amarilis, su madre y su padre muy sonrientes.

Vio a una doncella de su madre pasar cerca de ella, por lo que se acercó a la mujer para que le diera una explicación.

- Oh, bueno el Conde llevo a su madre y a la señorita Amarilis a desayunar fuera de la mansión - *Dijo la doncella*

- ¿¿Que??, pero porque no me llevaron o al menos me lo mencionaron - *Dijo Annabelle triste*

- Mmm no lo sé y no es mi asunto, con su permiso - *Dijo la mujer de manera indiferente*

Annabelle se quedó en ese mismo lugar, para ella era nuevo que las personas la tratarán tan fríamente.

- Ella dijo que usted enfermo - *Dijo una mujeres*

Annabelle al escuchar la voz simplemente volteo la mirada y logro ver a la segunda esposa de su padre Miriam, parecía que la miraba con mucha tristeza.

- ¿Quien dijo que estaba enferma? - *Pregunto Annabelle*

- Fue Amarilis, ella le pidió al Conde que le informaría sobre la salida, cuando regreso dijo que usted estaba enferma, su padre no le tomo importancia y simplemente se fue junto a su madre y hermanastra - *Dijo Miriam con su rostro serio*

- No creo que se confundió señorita Miriam, se que mi hermana jamás haría algo así, todo tiene una explicación - *Dijo Annabelle*

- Se que usted aún es muy inocente e ingenua pero le digo la verdad, Amarilis solo finge preocuparse por usted, pero en realidad le querrá quitar todo y este es el comienzo, ella tomara el amor de su padre y de su madre, los pondrá en su contra y terminará por acabar con su vida, si es que usted lo permite - *Dijo Miriam tomado de los hombros a Annabelle*

Aquella niña no quería creer lo que decía la mujer por lo que simplemente se fue corriendo a su habitación con sus pensamientos hechos un lío por lo que aquella mujer le decía, mientras Miriam solo se quedó sonriendo pues ya era momento de mover sus cartas y tomar lo que debía ser suyo y que mejor manera de utilizar a la preciada hija del Conde y la Condesa.

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Durante el paso del tiempo, comenzaron a suceder diferentes situaciones las cuales le hacían creer a Annabelle que Amarilis les estaba quitando el cariño de sus padres, dejo pasar pasar lo del paseo lo cual dejo una grieta en su corazón.

Los demás sucesos fueron algunos almuerzos, los momentos de tomar té y algunas de las doncellas hablaban sobre la preferencia que ahora tenían los Condes, ella trato de hablar con su padre pero aquel hombre no se encontraba en la mansión.

Cada suceso la hacía agrietarse cada vez más, muchas veces rechazo invitación de su hermana para tomar té y le dijo algunos de los profesores que le diera más trabajos para distraerse de lo que estaba ocurriendo.

Pero sin más tiempo ocurrió el momento en dónde ella rompió su relación con su hermana ya que ahora no la veía como una niña tierna si no como su enemiga que quería quitarle todo, por lo que decidió enfrentarla.

En una ocasión en la que todos debían cenar juntos, ella asistió muy tranquila o eso aparentaba pero en realidad estaba que ardía en furia.

- Annabelle hija me alegro que por fin hayas podido venir, tus profesores me han dicho sobre tus asombrosos avances en tus estudios, me enorgullece que tomes tus estudios con mucha seriedad - *Dijo el Conde bastante feliz*

- Si claro es, ni que fuera la gran cosa - *Dijo Annabelle con una voz muy fría*

- Cariño te ocurre algo, si estás cansada podrías tomarte un descanso, eh incluso ir a cualquier lugar que tú quieras... - *La Condesa no termino de hablar*

Annabelle azota las manos en la mesa y se podía notar una mirada llena de odio sobre ambos padres.

- Hermana Bell ocurre algo - *Dijo Amarilis, quien se levanto para tratar de calmarla*

Annabelle vio que ella se acercaba, pero no la quería tener cerca así que solamente se molestó aún más.

- ¡¡¡ALEJATE!!! - *Grito Annabelle y empujó a Amarilis muy fuerte*

Amarilis cayó al suelo y Annabelle solemos se fue corriendo del lugar mientras gritaba.

- ¡¡¡LOS ODIO!!! - *Grito Annabelle*.

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