Señor y Señora Madox

Benjamin caminaba con urgencia, deseaba llevarme a la habitación, yo seguía besando su lóbulo y lo alternaba con su cuello. De vez en cuando lanzaba uno qué otro jadeo.

Mi querido esposo no aguantó más, nos metimos en el despacho, Benjamin no pretendía ser amoroso ni delicado, los dos estábamos seguros que disfrutábamos el sexo duro.

A penas cerró la puerta me recostó sobre ella, en un rápido movimiento subió mi vestido y movió mi ropa interior, con desespero se introdujo en mi. Yo solo pude rasgar la puerta con mis uñas.

Benjamin estaba poseído, me decía cual despertado estaba por tomarme.

Me dio la vuelta y me subí en su cadera, ahora mi espalda estaba contra la puerta. Benjamin besaba mi pecho, yo estaba llegando el clímax, me aferraba más a él.

Sentí como me liberé, segundos después él lo hizo.

Me llevo en sus brazos, comenzó a lanzar todo lo que había en su mesa de billar al suelo. Me recostó y me volvió a hacer suya.

-Ben, quiero más!! Le pedía

Dire que pasamos de la mesa de billar al sofá, al escritorio, el suelo cerca a la chimenea, las paredes y el baño. Cualquiera diría que no era posible, el día de ayer recibí golpes y un impacto de bala en mi cuerpo, pero hoy no tenía nada. No tenía rastros de lo que había pasado.

Después de un par de horas en el ese lugar, Benjamin me tomó de nuevo en sus brazos, me llevaría a la habitación.

Pidió que ordenaran todo el desorden que habíamos causado, mi vestido esta roto así que me puso su chaqueta para poder salir.

Que vergüenza todo lo que causamos ahí, pensé

En la habitación seguimos con nuestro encuentro de amor. Siento que cada día Benjamin estaba más ansioso por hacerme suya. Ahora podía entender por que aguantábamos tanto, cierto poder habitaba en mi y una porción había sido transferida a él. Dicho de otras manera lo volví una máquina sexual.

Después de unas cuantas horas, estábamos abrazados en la cama. No tenía idea qué pasó con la fiesta y los invitados, nosotros nos habíamos encerrados en nuestra pasión que se nos olvidó el mundo.

- Benjamin cuéntame de Gabriela, quiero saber a quien me enfrento, dije

- No es rival Mariana, eres mi esposa, ella solo es una ex que en su momento pensé que nos casaríamos pero por algo el destino no lo quiso, respondió

- Bueno pero quiero saber todo de ella, si la escuchaste bien, dijo que viene por lo que le pertenece y sus ojos todo el tiempo estaban encima de ti. ¿Algo turbio que no sepa? Pregunté

(Narra Benjamin)

La historia con Gabriela, comenzó hace ya algunos años, ella es hija de él gran Fernado Garcia, actualmente es el presidente de la Federación de bancarios del país, el por muchos años fue el gerente del banco de la República, el más poderoso del país. Siempre en las idas al club, las conferencias y reuniones en la que mi padre me obligaba asistir, tuve la oportunidad de hablar con Gabriela, era una mujer que estaba intentando entrar en el mundo de su padre, era una joven muy inteligente y sagaz, ella quería hacerse camino sola, no quería vivir bajo la sombra de su padre.

Comenzó con la compra de negocios locales, invirtió en la banca, en el sector inmobiliario y en la moda. En este último le fue muy bien, todos comenzamos a ver cómo rápidamente su éxito se expandió por todo el país. Ella era una mujer de admirar, se estaba abriendo camino sola, en este mundo de hombres.

Una noche después de compartir en una cena, llegaron la copas de licor, entre copa y copa terminamos los dos en la cama. No tengo mucho conocimiento de esa noche, pero amanecimos juntos. Al otro día era la noticia del momento, los herederos Garcia y Madox estaban en una relación. Tome la decisión de hacerla oficial, al principio fue complicado, nuestra agendas no podían entrelazarse, ella viajaba mucho, debía estar en las grandes pasarelas del mundo.

Se convirtió fue más en mi amiga que mi novia. De vez en cuando nos veíamos, teníamos nuestra intimidad, pero antes de que saliera el sol yo volvía a mi casa.

Los problemas con Amanda comenzaron a salir a flote, llegaban amenazas a nuestra casa, deudas de juego, mi hermana frecuentaba tabernas y sitios de mala muerte.

Gabriela se convietio en un apoyo, ella me ayudaba a calmar el asunto, yo le pagaba a Amanda las deudas mientras que Gabriela se convirtió en su amiga. Los dos a nuestra manera hacíamos lo imposible para ayudarla.

Una vez tuve que ir a la india, tendría que cerrar un negocio importante. Me fui al rededor de 2 semanas, al volver todo era un caos, en el momento que yo me bajaba del avión, mi padre era asesinado.

Corrí hacia mi hogar, mi madre estaba envuelta en llanto. Mi padre fue interceptado Justo cuando entraba a casa. Unos hombres llegaron en autos negros, se bajaron y le dispararon. Fue una lluvia de balas, mi padre quedó irreconocible. Nunca en mi vida había visto tanta sevicia en un acto.

La prensa llegó, en todos los periódicos aparecía la foto amarillista de mi padre, decían que mi padre fue victima de las extorciones, no había quería pagar razón por la cual lo habían asesinado.

Ese mismo día Amanda decidió escapar de casa.

Yo tuve que encargarme por completo de industrias Madox, muchos retiraron las alianzas, no querían tener problemas. Me concentre tanto en eso que deje a un lado a Gabriela, ya no quería recibir sus llamadas, menos verla, el poco tiempo que tenía era para dedicarlo a mi madre.

Mi vida se convirtió en trabajo, mi madre y la búsqueda de Amanda, no había espacio para nada más.

Las pocas veces que veía a Gabriela era una pelea, se que tenía razón que yo debía dedicarle atención, pero yo llevaba una agonía por dentro. Un día llego a la oficina y dijo que se marcharía que no la volvería a ver, que se iba arrepentir pues ninguna mujer me amaría como ella.

La verdad pasaron meses donde cada día creía lo que ella dijo, conocí a Sofía, esa mujer me hacía la vida de cuadritos, me acosté con Lorena la de publicidad y con una que otra mujer. Las veces que lo hacía era por que estaba con alto grado de alcohol, era el propulsor.

Llegue a pensar en buscar a Gabriela, ahora con la muerte de Amanda y con mi nueva paternidad podíamos ser una familia, una noche le envié un mensaje de texto, le dije que quería verla que habláramos, le pregunté si podríamos volverlo a intentar. Ella no me respondió, tiempo después vi en las noticias que se estaba comprometiendo con una publicista, se veía feliz, por primera vez en la vida yo me sentí también feliz por ella.

Después llegó un torbellino llamada Mariana, me dio vuelta al mundo, me hizo amarla con locura, ahora estoy a sus pies, rogándole que me ame también.

Termine mi relato….

- ¿Entonces ella está aquí por el mensaje? Pregunto Mariana

- Es lo más probable, cree que la amo, pero sabes que no es así, respondí

- Lo se, pero hará lo imposible para recuperarte, me surge la duda de por que volvió si está a punto de casarse. Pregunto Mariana

- No lo sé, lo único es que quiero que siempre creas en mi, yo no siento amor por ella, fue más agradecimiento, así que por favor no creas lo que ella diga. Supliqué

- Señor Madox ¿Con quien crees que hablas? No soy una tonta que corre por el primer comentario. Se lo que sientes por mi, eso no lo cambiara una mujer resentida como ella. Mencionó Mariana

- Aun así tengo miedo de perderte, respondí

- No tengas miedo, esa mujer debe tenerlo por que si cree que llego para causar caos, lo que va a encontrar es un muro muy fuerte!! Dijo Mariana

- Gracias por creerme, sabes que siempre te hablaré con la verdad… respondí

- Que comience el juego Gabriela, muestra tus cartas,.. dijo Mariana sonriendo

- Me asustas, pero me excitas a la vez, dije subiéndome encima de Mariana.

Yo estaba listo para una faena más…

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