Mi historia

Soy Mariana, solo así sin apellidos, si debo colocarme uno sería de San Juan, pues el orfanato donde me crié se llamaba Los Ángeles de Dan Juan. Desde que tengo uso de conciencia he vivido ahi nunca supe quienes fueron mis padres, la madre superior me contó que un día tocaron a la puerta, ella al abrir vio una pequeña caja, estaba yo ahí, envuelta en sábanas, la noche era fría, dice que tenía fiebre, casi no pudieron controlarla. Ella llegó a pensar que morí por unos minutos.

Después de ese día mi salud mejoró, jamás volví a tener un resfriado, o alguna dolencia que le mortificara. La Madre superiora me decía que yo había sido bendecida, que tenía el toque de Dios.

Mi vida fue buena en ese lugar, no fui adoptada por ninguna familia. En el orfanato decían que yo había traído paz y bendiciones al lugar pues desde mi estadía, se hacían donaciones anónimas, el sol brillaba cada día más. Me imagino que por eso nunca me colocaron en lista.

La verdad me dolería salir de ahí, para mi tenía más de 50 hermanos, y 10 madres. Claramente también tenía un padre, don Jose, él reparaba las instalaciones, me enseñó todo lo básico para que cuando grande nada fallara en mi propia casa. Lamentablemente él falleció cuando yo tenía 16 años.

Actualmente tengo 23 años, cada lunes voy al cementerio y visito a mi viejo, el me dio todo los sabios consejos que un padre le dice a una hija. Aunque a escondidas de la madre superiora mi viejo me enseñó tácticas de pelea, decía que este mundo estaba lleno de personas malas. Yo debía ser fuerte.

Descubrí que era muy buena, siempre derribaba a mi Jose, él también noto que tenía una fuerza sin igual.

Un día estábamos entrenando fuertemente, rompí una roca con mi mano, mi padre se asustó, pensé que estaba herida pero mi mano estaba perfecta. Depronto sentí que un fuerte dolor llegaba a mi cabeza, caí de rodillas, Jose me llevo al hospital, a raíz de ese dolor comencé a escuchar voces en mi cabeza. Escuchaba a una mujer llorar, ella decía que esperaba encontrarme algún día, también un hombre hablaba, me decía que me encontraría, yo imaginé que eran mis padres, pero no era posible que escuchara voces. El médico me dijo que podía ser recuerdos, que estaban llegando a mi, que no debería poner atención a eso.

Los días pasaban y esas voces se intensificaban, yo estaba feliz, pues de cierta manera tenía una esperanza que mis padres vivían. Cada vez podía escuchar más y más voces, eran más personas que decían mi nombre.

A los diez años me subí a un árbol, nuestra pelota se había quedado ahí, pise mal una rama y caí, aunque rápidamente me levante del piso sin un rasguño, mi mente no salió tan ilesa. Un golpe de visiones llegaron a mi.

Me vi atravesando con una daga el pecho de un hombre, podía ver el horror en los ojos de ese hombre, mi mano estaba llena de su sangre. Después vi como yo lanzaba un bebé por un alcantilado. Yo comencé a gritar, eso no era nada bueno.

De nuevo visite el médico, según ellos tenía episodios de esquizofrenia, me comenzaron a medicar, al principio dormía día y noche. El médicamente era muy fuerte. Después que me adapte a ellos, pude volver a salir a jugar. Desde los 10 años tomó medicamento para suprimir el controlador de los recursos y emociones en el cerebro, el hipocampo.

Claro que por tomar ese tratamiento muchas cosas cambiaron en mi, no veía más esas visiones ni escuchaba a esas personas, pero también evitan que siente amor por una persona. Se que adoro a mis niños de la fundación donde trabajo pero el amor hacia un hombre es desconocido para mi.

En ocasiones cuando deseo sentir las voces de los que considero mis padres, dejo de tomar el medicamento y efectivamente ellos aparecen, hay imágenes donde yo soy una niña y corro por un campo de flores, veo a un niño junto a mi, su cabello es azul. Soy consiente que es producto de mi imaginación pues el mundo no es como este, es uno totalmente diferente,Veo amor en ese niño, también he visto a mis supuestos padres, mi madre es una mujer hermosa con el cabello Morado, mi padre tiene el cabello negro con algunos rayos morados como mi madre, se ve que se aman tanto, esos recuerdos son un bálsamo en mi vida, pero también llegan los malos. Como el que estoy con un grupo de personas, ellos me miraban con odio, el suelo se abría y unas manos quemadas toman mis piernas y me calcinan, yo solo grito del dolor.

Decidí que siempre tomaría esas pastillas, lo mejor es dejar de si atrás, ya llevaba años si tener episodios pero desde hace un par de meses que volvieron. Los medicamentos ya no me hacen efecto, es como si algo dentro de mí se hubiera activado.

Ahora tengo miedo, siento que en mi hay una mujer mala, una que puede volver y cometer esos actos tras atroces, considero que lo mejor es que me marche, soy una loca dentro de las paredes de Industrias Madox.

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Mariana terminó su relato, pude ver como cada vez que hablaba unas lágrimas salían de sus ojos sin pedir permiso. Veo que le duele mucho, pero es que es tan increíble todo lo que me ha dicho.

- Mariana me encantaría decir que todo estará bien, pero no lo sé.

- ¿Benjamin me puedes llevar a mi casa? creo que ya fueron muchas emociones por hoy, dijo

- No, nos quedaremos aquí esta noche, quiero que de verdad estés calmada, quiero agradecerte que me contaras todo esto, se necesita mucho valor para acerlo. Dije

Mariana se lanzó sobre mi, yo la recibí en mis brazos, sentí como descargaba todo su dolor en mi pecho. Jamás me hubiera imaginado que estaría en esta situación con una mujer, el tema de las emociones de los demás, era lo que menos me preocupaba antes.

- ¿Mariana tienes una idea de porqué volvieron esas visiones de nuevo? La verdad no entiendo por qué dejo de funcionar los medicamentos, dije

- Creo saber por que, respondió

- Dime, dije acariciando su cabello

Vi como Mariana dirigió su mirada encontrando la mía.

- Porque me enamoré, respondió

-¡Que! ¿De quien? Pregunté, pero yo estaba teniendo un micro infarto, no se por que esa respuesta me dolió tanto. Alguien estaría a su lado y no seré yo.

- De ti, respondió

- Mariana yo…

- Tranquilo no tienes que decir nada, no es posible que alguien como tú se fije en alguien como yo. Respondió limpiando sus lágrimas.

- ¿Alguien como tú? Esa es la respuesta que por años mi corazón busco, siempre me pregunto cuál sería la mujer ideal para mi. Ahora lo sé, es en definitivamente alguien como tú… dije pasando mis dedos por sus labios.

- ¿Yo te gusto? Pregunto

Las palabras sobraran en este momento, solo deposité mis labios contra los de ella…

- Espero que mi respuesta sea clara… mencioné

-Benjamin…

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