Un secuestro aterrador

La noche casi llegaba, yo seguía encerrado en la oficina, algo en mi me decía que Laura no pensaba dejarme ir hoy. Cada vez venían más y más papeles que requerían mi atención.

Mi celular comenzó a soñar, la verdad no quería contestar, quizás era algo pendiente.

Al mirar por la pantalla vi que era mi madre, sus llamadas eran insistentes.

Decide contestar…

-¿Hola Madre qué pasa? Pregunté

- Por Dios!! Benjamin casi no contestas, respondió

- ¿Que pasa por que escucho tan angustiada? Pregunté

- Necesito que vengas a la tienda Madelene queda por la avenida Flowers, unos hombres encapuchados se llevaron a Abi, Mariana los persiguió y también se la llevaron. Dijo mi madre.

En ese momento sentí que el mundo se partía en dos, mi hija y mi prometida habían sido secuestradas, los posibles enemigos me llegaban a la mente, lo más obvio era la deuda de juego de Amanda.

Tome mis cosas. Tenía que ir inmediatamente para allá.

Al salir de la oficina, Laura me hablaba, la verdad no supe que decía, en mi mente estaba mi Abi y Mariana.

Tome mi auto, esta vez yo conduciría, mi mente daba vueltas. Solo me preguntaba ¿Donde estarán?

La ciudad se volvió una pista de carros para mi, creo que iba a más de 200km por hora. En una mala maniobra sentí como fui golpeado por el lado del copiloto, salí expulsado del auto, no llevaba cinturón de seguridad. Vaya suerte la mía, hoy voy a morir, pensé

Sentí como las personas se acercaban a mi, abrí mis ojos, veía los rostros de asombro, me imagino que debía verme fatal. Mire mis manos y estaban llenas de sangres, instintivamente me senté, tocaba mi cuerpo en busca de heridas pero no las encontraba.

Escuchaba a las personas decir que no me moviera que podía lastimarme, pero lo curioso era que no me dolía nada. Lo atribuyo a la adrenalina del momento. Un fuerte dolor de cabeza llegó, empecé a escuchar la voz de Mariana.

- Benjamin espero que nos encuentres, decia

- ¿Mariana? Dije

- Benjamin! Creo que me volví loca, escucho tu voz, respondió

- También te escucho, los dos estamos locos!! Respondí

- Benjamin se donde estamos, vi cuando nos estaban bajando del auto, escuché el soñar del reloj de la Torre central, eso quiere decir que estamos cerca del puente Anthony, dijo Mariana.

- Voy para allá, dije

Llame a la policía di las indicaciones del perímetro donde podría estar.

Tarde alrededor de 20 minutos en llegar, cada vez que me acercaba al puente, llegaba a mi ráfagas de visiones.

Veía a mi pequeña Abi, estaba abrazada de las piernas de Mariana, la sensación era extraña, era como si yo fuera Mariana, podía escuchar y sentir lo que ella estaba pasando.

Mi pequeña Abi estaba envuelta en llanto, se que tenía miedo, la forma en cómo se aferraba a Mariana era de terror.

Vi como llegaron unos hombres, su aspecto eran desagradable, iban a tomar a la fuerza a Abi pero Mariana se interpuso, sentía los golpes que le daban a mi prometida.

Mariana no podía defenderse del todo, sus manos y piernas estaban atadas, podía ver como con su cuerpo protegía a Abi, era como una oruga recogiéndose, escondía a Abi bajo su cuerpo, yo podía sentir cada golpe en su espalda. Uno tras otro, Mariana le cantaba a Abi, escuchaba una canción de cuna, quería sacarla de la realidad. Mi Abi tenía el labio roto, me imagino que por eso lloraba.

Mi desesperación iba en Aumento, la policía estaba acordonando la zona, sabíamos de unas bodegas Justo debajo del puente, estaban abandonadas, que mejor lugar que ese para retenerlas.

Después de los golpes, vi como entró un hombre, era gordo y lleno de joyas.

Se sentó en frente, Abi estaba detrás de ella, mi Mariana seguía protegiéndola.

- Pero mira como te han dejado, dijo El hombre

- ¿Que es lo que quieres? Pregunto Mariana

- Seré directo lindura, la madre de esa pequeña zorrita me quedo debiendo mucho dinero, así que lo estoy cobrando. Dijo el hombre

- ¿Qué culpa tiene la ñina? Pregunto Mariana

- Ella es mi boleto, mi seguro, se que el estupido que tiene por padre pagará, pero ahora les cobraré un poco más, pues una perra se atravesó en mis planes y me hizo más difícil este día. Respondió el hombre

- Maldito, esto qué haces lo pagarás, eres tan poco hombre que envías a golpear a una niña. Eres un cerdo!! Gritaba Mariana

Sentí como el hombre la golpeó de nuevo, una mancha de sangre salió de su boca, la policía seguía acercándose poco a poco, mi desesperación estaba llegando al límite.

- Perra!! Dijo el hombre dando otro golpe, sabes que te curaré, limpiaré tus heridas, una vez estés sana serás mi perra personal, te usaré una y mil veces hasta que me canse, luego te llevaré a una de mis tabernas para que trabajes ahí, algún hombre se interesará por esa cara bonita. Dijo El hombre

Podía sentir las uñas de Abigail, estaba aferrada a la espalda de Mariana, sentía como temblaba, mi pequeña niña moría de miedo.

La policía entró al lugar, comenzó a disparar yo iba detrás de ellos, me colocaron un chaleco antibalas por precaución. Yo sentía miedo al saber que podrían lastimarlas.

- Estan aquí!! Grito un oficial

Entre corriendo detrás de ellos, quería saber si estaban bien, rogaba a Dios que todas esas visiones que tenia no eran ciertas.

El horror fue presenciado por todos, vi como el hombre al verse acordado intentó tomar por reven a Abi, Mariana se interpuso en su misión así que el hombre le disparó, un tiro Justo en el abdomen. Aun así Mariana no se apartó.

La policía abrió fuego contra el hombre y lo acribilló.

Mariana cayó de rodillas, Abigail seguia aferrada a ella.

Corrí hacia ellas, rápidamente desaté a Mariana, la sangre de su cuerpo no paraba de salir, yo gritaba para que llegara un paramédico, alguien debía ayudarnos.

Trate de separar a Abi de Mariana pero fue imposible, ella no la dejaría.

- Amor! Estoy aquí, vine por ustedes, dije mientras ejercía presión en su herida.

- Abi esta bien, no permití que la lastimaran, decia Mariana, sentía como su voz se hacía más suave.

- Por favor!!!! Un médico, gritaba

- Benjamin, dime que fue cierta la conversación que tuvimos hace un rato, dime que no estoy loca, que si fue real. Dijo Mariana

- Lo fue, te escuché, también no sé cómo pero vi y escuché todo lo qué pasó aquí. Además pude sentir como eras golpeada, dije entre el llanto.

Mariana comenzó a cerrar sus ojos, la estaba perdiendo.

Escuché como en susurro dijo…

- ¿Padres?

- Mire detrás de mi, había una mujer de cabello morado y un hombre alto de cabello negro, los dos miraban a Mariana con lágrimas en los ojos.

-Hija! Por fin te encontramos!!

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