Señora Madox

Una noche más en la cabaña, la cual para mi era nuestro testigo de amor.

- Mariana me gustaría que viviéramos juntos, deseo tenerte todo el tiempo a mi lado. Dije

- Me encantaría, pero que dirá tu familia, yo soy una desconocida para ellos. Respondió

Eso ya lo veremos…

Nos bañamos y nos alistamos, una ronda más de placer se nos atravesó.

Conduje camino a casa de Mariana, ella deseaba cambiar su ropa, ingrese con ella al apartamento, era pequeño pero muy acogedor, mientras se alistaba yo hacía unas llamadas.

La vi salir tan hermosa como siempre, vestía tan natural, tan sencilla pero tenía su toque especial.

- ¿Como me veo? Pregunto

- Hermosa, cada día más bella dije acercándome a ella.

Era inevitable no devorar esos labios, ella era simplemente la mujer más bella que jamás mis ojos vieron.

- Vamos, ya llevas dos noches sin estar con Abi, dijo Mariana.

Salimos de su casa y nos dirigimos hacia la mía. Todo el camino sostuve la mano de Mariana, ella hablaba y hablaba de mil cosas pero en mi mente solo estaba el pensamiento de ser el hombre más afortunado del mundo.

Llegamos a mi casa, baje con Mariana, en la puerta estaba mi madre con Abi.

Es lógico que mi madre presenció el coqueteo entre nosotros dos.

- Madre, dije besando su mejilla.

Mi madre me entregó a Abigail, mi pequeña en solo un día estaba más grande, más hermosa.

-Madre te presento a Mariana, ella es mi prometida, dije

-Mucho gusto señora, dijo Mariana

-Mariana que placer conocerte, estaba ansiosa por saber quien era la mujer que tenía a mi hijo por las nubes. Respondió mi madre

Mi madre siempre debía avergonzarme, hice entrar a Mariana a la casa, le mostré todo el lugar, informe a todo el personal que ella pronto se convertiría en la señora Madox.

Se que habían muchas caras sorprendidas en este lugar, como que, de la noche a la mañana yo tendría novia o mejor aún una prometida.

La lleve a mi habitación, hice que lo recorriera.

- Si te parece bien esta habitación será nuestra, te puedo jurar que no he pasado ni una noche aquí con una mujer, bueno solo Abigail me ha acompañado. Podemos remodelarla a tu gusto, yo no tengo problema.

- Me gusta, tiene tu toque personal, no veo por qué debamos cambiarla, además me gusta que tiene una vista hermosa. Respondió Mariana

Abrace a Mariana por la espalda, los dos veíamos el atardecer, pronto iba a oscurecer, así que lo mejor era ir a comer algo.

Todos estábamos en la mesa, los empleados traían nuestros platos, vi el de Mariana y era muy diferente al nuestro, menos porciones, nada prolijo y sobre todo temia que no supiera igual.

Mariana miro el plato y sonrió, eso solo significa una cosa.

Viene el desquite…

Vi como Susana, la empleada más joven se reía, ella seguro había hecho algo, desde ya iba a incomodar a Mariana. ¿Pero quien le dio derecho? Pensaba.

-Disculpa señorita ¿Como es su nombre? Pregunto Mariana

- Susan quien no podía casi hablar por la burla respondió

- Soy Susan.

- Susan, veo que tú y yo somos casi de la misma edad, me encantaría tener una amiga aquí en la casa, por favor siéntate acompáñame a comer. Dijo Mariana

- ¿Yo? No podría. Respondió

- Insisto, dijo Mariana

Vi como Susan se sentó en la mesa, Mariana le paso su plato de comida.

- Susan se que me sirvieron el mejor plato de esta mesa, todo por ser la invitada, pero quiero compartirlo contigo, por favor come, me sentiré feliz que lo haga. Dijo Mariana

- La verdad no tengo hambre, respondió Susan.

- Come Susan, no está bien que rechaces una cortesía dije mirándola fijamente.

Vi como Susan se llevó los alimentos a la boca, se notaba que estaban horribles, casi vomitaba en el plato.

Mariana estaba entreteniendo a mi Madre, las dos hablaban de moda y de los nuevos planes para la compañía.

Yo le daba de mi plato a Mariana, no quería que se quedara sin comer, ella encantada me recibía, de vez en cuando me limpiaba un poco las comisuras de mis labios. Podía hablar y estar pendiente de mí a la vez.

La cena terminó, Mariana agradeció a su nueva mejor amiga por compartír el plato con ella.

Susan se levantó con prisa, de seguro iría a vomitar, Mariana y mi madre se fueron al invernadero. Las dos si que tenían muchas cosas en común, comenzando por el amor a la vegetación, aunque mi madre amaba las flores, Mariana la herbolaría, le encantaba hacer remedios con las hierbas.

Aproveche para ir a la cocina, tenía que dejar un par de cosas en claro, escuché a lo lejos como Susan maldecía en el baño.

-Espero que lo qué pasó esta noche no vuelva a suceder, Mariana es prácticamente mi esposa, es la señora Madox y aquel que trate de faltarle al respeto se atendrá a las consecuencias.

Escuché un si señor.

Me iba marchar del lugar pero me falto decir algo.

-Susan ya se que me escuchas, este mensaje es para ti, mi esposa no es tonta, ella sabe leer muy bien a las personas, si tratas de hacerle daño ella te lo devolverá y el doble.

Después de decir mi último mensaje, me marche del lugar.

Fui a la habitación, Abi estaba jugando en la cama. Todo el lugar era un desastre, todo estaba lleno de juguetes.

Después de unos minutos llego Mariana, levantó a Abigail en sus brazos, veía como le hacía mimos, algo en mi me decía que ellas dos habían nacido para estar juntas.

Después de una buena película y algunas palomitas, mi Abi se quedó dormida, yo la tome en brazos y la lleve a su cuarto, hoy no dormiría con nosotros, era la primera noche de Mariana en esta casa y debo darle una bienvenida.

Mariana salió del baño, estaba solo en ropa interior.

-¿ No usas pijama? Pregunté

-No, nunca lo hice, la verdad duermo desnuda, hoy estoy vistiendo algunas prendas pero te pregunto ¿debería hacerlo ahora?

-No!! Por mi está Perfecto, desnuda sería maravilloso. Respondí

- Que bien!!! Ya me estaba estresando el saber que dormiría vestida. Dijo Mariana quitándose las prendas.

- Dirás que soy un enfermo, pero te deseo tanto dije,

No le di tiempo de responder cuando ya la había lanzado a la cama, me subí en ella, yo me había desprendido de mi ropa, y ahora en cuestión de minutos la tenía embistiendo debajo de mi.

Se que deberíamos dormir, pero mi cuerpo y se que el de ella pedía otra cosa.

Después de unas buenas rondas, por fin decidimos que debíamos parar, mañana iniciaríamos una nueva vida. Se que no estamos oficialmente casados pero yo siento que ya lo somos.

La noche era tranquila hasta que comencé a tener pesadillas, en mi sueños veía a un hombre su cabello era largo y blanco, tenía marcas en su piel. Vi como era atravesado en su pecho, me vi las manos y sangraba. Luego vi a una pequeña niña correr, jugaba en un jardín con un niño de cabello azul, miles de escenas pasaban frente a mi, vi a una mujer ser devorada por la llamas y arestrada al infierno.

Me desperté asustado, mi cuerpo estaba lavado en sudor, Mariana estaba a mi lado.

- ¿Dime que te pasa? Decía preocupada

- Mariana creo que puedo ver tus visiones, vi a un niño de cabello, azul, también pude ver como le atravesabas el pecho a un hombre. Dije

-¿como es posible que mi locura se te pegara? Dijo

- No creo que sea una locura, me llamaras demente pero siento que esas visiones quieren decirte algo. Respondí

Sentí como me abrazó.

- Espero que el siquiatra me ayude a descubrirlo, contestó

Definitivamente estábamos unidos, no solo en cuerpo si no en alma y mente, pensé

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Comments

Darly Medina Viveros

Darly Medina Viveros

Ya son esposos y están unidos en todos los sentidos tanto que pueden escuchar los pensamientos del otro 💞🧠🫂

2023-10-16

12

Francisca Daniela Jimenez Valdes

Francisca Daniela Jimenez Valdes

tranquila, los sueños psiquicos en los que ves tus vidas pasadas sirven para que te pongas alerta

2023-10-15

0

Ana Nuñez

Ana Nuñez

ojalá que no les pasé nada a ninguno de los dos

2023-09-02

1

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