Adiós padre.

Logre apenas entrecerrar los ojos por el insistente sonido de alguien tocando la puerta, sin darme cuenta había logrado llegar a mi cama y caer dormida completamente.

—Señorita Keren soy Rose le pido por favor que habrá la puerta - dijo para volver a tocar la puerta - necesito alistarla para que pueda despedir al duque ya qué no lo verá por un período de tiempo indefinido.

Abro los ojos completamente de golpe y giro la cabeza como el exorcista para mirar hacia la ventana, definitivamente el atardecer estaba cayendo y pronto mi padre se irá al campo de batalla, un sabor amargo logro sentir en mis papilas gustativas.

—Por los dioses ¿cuánto e dormido? ¿Tan cansada me encontraba? -dije en voz solo audible para mi mientras me sentaba en la cama frotándome los ojos.

Con toda la pereza de este mundo trate de levantarme de la cama, pero una vez de pie me caí de rodilla al suelo de madera y ocasiono un ruido sordo qué hizo qué Rose entrará preocupada a mi habitación.

—¡Señorita! ¿Se encuentra bien? -dijo apenas me vio en el piso y se apresuró hacia mi para ayudarme a levantar del suelo.

—Me encuentro bien Rose - dije examinado mis rodillas solo se encontraban un poco enrojecidas por el impacto del golpe. - solo perdí el equilibrio por un momento.

—Está bien señorita si usted lo dice - me cargo entre sus brazos y me llevo hacia la bañera.

En aquella bañera de agua le habían agregado una fragancia de menta con chocolate de fresa, era extraño me hacía sentir de nuevo en casa de mi antigua vida.

—Rose ¿cómo se llama esta fragancia qué desprende el agua? - dije mientras jugaba con la espuma entre mis dedos.

—Es una nueva fragancia es extraño no tiene un nombre, en sí solo dice que proviene de Faquín el imperio vecino de zakary y kratos. - dijo Rose dando se la vuelta para retirarse del baño como se lo indique desde que me empecé a bañar sola.

Inconscientemente, me encontraba mordiéndome la uña mi pulgar pensativa, ¿será que no soy la única reencarnada?

¿Habrá sido del mismo mundo que yo? Y si es así ¿de qué parte habrá sido? Continúe con mil dudas en mi mente, mientras duraba mi baño hasta que sentí que el agua dejo la temperatura original así que decidí salirme de la bañera.

—Señorita, si termino solo tiene que avanzar diez pasos al frente y voltear a la izquierda se encuentra su vestimenta del día de hoy. - hablo Rose desde afuera de la habitación.

Con facilidad seguí sus instrucciones y logre detallar el vestido era un celeste delicado, con bordados blancos de flores y un hermoso listón negro en la parte trasera del vestido que ayudaba ceñir la figura de aquella niña de cabelleras doradas.

Una vez puesto aquel vestido salí de la habitación Rose me esperaba con un cepillo en mano, fui directamente al tocador Rose se dedicaba completamente a cepillarme el cabello con suma delicadeza lo trataba de tal forma que me hacía pensar que tenía miedo hacerme daño.

Detalle a Rose de tal manera desde el espejo qué mis intimidantes ojos morados eléctricos puso a sudar frío a Rose, apenas me di cuenta de su reacción aparte la mirada inmediatamente mirándome fijamente en aquel espejo.

—No me gustan las despedidas, Rose - dije con mi voz chillona sonaba tan infantil qué arrugue las cejas al darme cuenta - las detesto.

—Comprendo, señorita - dijo Rose concentrada en el peinado qué me hacía consistía en agarrar la cuarta parte de mi cabello y hacer una Trenza a medias repitiendo el mismo proceso en la otra parte de mi cabello.

—Pero, sin embargo, esta obligada hacerlo según la etiqueta y él duque se sentiría triste que su pequeña hija no se despida de el. - dijo Rose regalándome una de sus cálidas sonrisas de siempre.

Me detallé en el espejo una vez el peinado se realizó completo, mientras Rose lo adornaba con unos hermosos broches de diamantes del color del listón de mi vestido.

Me dirigí al lugar donde se iba a realizar la despedida del duque y su caballería, en el camino Rose me entrego un pañuelo y me indicó que tenía que atárselo en la muñeca a mi padre como ofrenda para qué regresará a salvo de cualquier peligro.

—Saludos al duque y la duquesa Romanova - realicé una reverencia hacia ellos - saludos a la caballería de sangre plateada aquellos que protegen al ducado y fieles espadachines de los Romanova skiler.

—Saludos a la princesa Romanova la luz del ducado - dijeron en coro con voz fuerte y firme la caballería de sangre plateada.

—Hija, llevamos esperando hace rato tu llegada - dijo mi madre agachándose a besarme la mejilla como su típica forma de saludo.

—Lo bueno siempre tarda en llegar mamá - dije con la voz infantil que tenía, pero con claro toque de egocentrismo con una leve sonrisa de lado.

—Qué niña tan hermosa, pero egocéntrica criamos mujer - dijo mi padre dirigiéndose hacia mi madre.

—Se parece tanto a ti - le contesto mi madre - en carácter claro porque físicamente es una copia mía a excepción de esos hermosos ojos que tiene muestra niña.

—¿Estás mal de la vista? - exclamó mi padre arrugando el entrecejo - tiene mi nariz, mentón y claramente saco esas largas espesas y rizadas pestañas de mi.

—Igualmente, tiene mi tono de cabello qué ocasiona qué se parezca mucho a mí. - dijo cruzándose de brazos indignada con su típica pose de diva.

Así fue como una batalla campal se desató por el único objetivo de conseguir la razón y sin darme cuenta contemple aquella escena con una sonrisa de diversión.

—Duque disculpe la interrupción, pero el momento de partir a llegado no podemos retrasarnos demasiado le pido que recuerde que tenemos que llegar cuanto antes. - dijo el sub comandante de la caballería.

—Tienes totalmente la razón, padre -dije interviniendo cuando veía su intención de seguir con la batalla campal con mi madre - continuemos esta charla cuando regrese de la misión.

Los ojos de mi madre se cristalizaron y reflejaban preocupación hacia mi padre se podía ver claramente el amor que se tenían el uno al otro.

—Cuanto desearía poder ir contigo como los viejos tiempos donde éramos imparables juntos - dijo mi madre soltando un suspiro.

—Recuerda qué tienes que cuidar de nuestra princesa eres la más capaz de hacerlo - dijo mi padre dirigiéndose a su caballo con clara intensión de subir y partir.

—Padre - lo llamé con la intensión de poner su atención en mí - tengo algo para usted.

Con pasos firmes me dirigí hacia donde el se encontraba con el pañuelo en mano aquel con un hermoso bordado con mi nombre completo.

—Espero que su misión se realice a la perfección y todos regresen a casa sanos y victoriosos - hable fuerte para todos y indique a mi padre que se agachara a mi altura.

Con facilidad ate el pañuelo a su muñeca hablando solo para que el y yo escuchemos.

—Regresa sano y salvo con la frente en alto y la victoria de nuestro lado demuestra, el poder que nosotros tenemos en nuestro linaje como Romanova - le di una sonreí cálida a mi padre - Adiós padre.

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Comments

Gonzalez Karinita

Gonzalez Karinita

hermosos capitulos espero con ansias los próximos.


bendiciones y que tengas salud

2023-09-16

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