Cortinas de humo.

Cansada por el uso de energía de este día, llegue como pude a mi habitación qué sería mi lugar de estadía durante un tiempo.

Deje con delicadeza mi espada de Roble negro en una mesita ya buscaría después donde ponerlo.

—Señorita Keren, su baño está listo. - dijo Rose con su habitual rostro neutro.

El sudor corría desde mi frente hacia mi cuello, me sentír sucia y la familiar sensación hizo un nudo en mi garganta y reuní fuerzas para poder articula algunas palabras.

—Gracias Rose - dije aparentando una voz tranquila.

Sin articular algunas palabras ni esperar respuestá alguna entre de frente a la habitación de aseo, como le decían en este mundo.

No me devolví para mirar sobre mi hombro ni por un solo segundo y solo me comencé a desvestir cuando escuche el cierre de las puertas.

Me sumergí tanto en mis pensamientos como el agua tibia de la bañera, miraba fijamente la suave espuma que se encontraba en mi mano y el olor a vainilla qué desprendía del agua llegaba a mí.

Mi cuerpo poco a poco se desplazaba del reposabrazos de la bañera por el agua, me encontraba resbalando de manera lenta y más mi cabeza se acercaba al agua.

Caí por completo, mi cuerpo sumergido por completo en la tibia temperatura calidad del agua con los ojos abiertos y sin expresión alguna miraba detenidamente la espuma en la superficie.

Todavía en trance, mi cerebro desesperadamente trataba de enviar órdenes para ir a la superficie y tomar aire.

Mis extremidades no me respondían, solo me tocaba aguantar la respiración para evitar que el agua entrará a mis pulmones.

"¿Realmente todo esto valdrá la pena? Nunca tuve mi final feliz, ni siquiera tuve la oportunidad de sentirla en ninguna de mis vidas pasadas"

"¿Por qué esta vida sería distinta de las vidas anteriores?"

Fueron mis últimos y únicos pensamientos antes de cerrar los ojos y dejarme llevar, mi corazón latía frenéticamente y cerebro reclamaba mi falta de oxígeno.

Mis pulmones ardían y anhelaban aire desesperadamente, pero no quería salir por primera vez sentía un poco de paz.

"¿En serio te rendirás tan fácilmente? Reina" -Dijo una voz reconfortante para mí.

"Solo acepto mi miserable destino, no me rendí fácilmente, pero solo estoy cansada de luchar."

"Entonces solo para y descansa" - Dijo la voz con tono calmado.

"¿Merezco siquiera descansar?"

"todos lo merecemos, pero tu más que nadie se lo merece, Reina mía"

"Gracias" Como si fuera un permiso conseguido me deje llevar y descanse.

Unas fuertes manos me agarraron de los hombros y me levantaron con brusquedad sacándome del agua, mis pulmones reclamaron el oxígeno.

Mis párpados pesaban, ignore el pitido irritable que escuchaban mis oídos y por primera vez nada me importaba esfume mis pensamientos y todo se oscureció.

"Descansaré"

(Al día siguiente Narra tercera persona)

La mansión de la señora Romanova era un total desastre, la servidumbre está impactada y temerosa por la princesa Romanova.

Días a anteriores la servidumbre se había encontrado nerviosa desde que la señora Yuliet anunció la llagada de su nieta.

Sabían que aquella princesa no tenía un buen genio, siempre inexpresiva y indiferente, pero su aterradora elegancia impactaba y llevaban a tenerle un profundo respeto.

Llevaba la sangre de la élite en sus venas, los genes de líderes natos y genios sádicos.

La princesa Romanova daba absoluto honor al significado de su nombre, no podían evitar estremece al solo nombrarla.

La servidumbre estaba nerviosa porque estaban al tanto del carácter de la princesa Romanova y conocían de años como era el comportamiento analítico, desconfiado y sarcástico de su señora Romanova.

Estaba más que consciente que el carácter de ambas iban a chocar ferozmente y sería difícil que dieran que alguna diera su brazo torcer.

Se estremecían al solo ver pasar a la princesa por los pasillos y suspiraban de alivio al no cruzar miradas con ella o cuando la perdían de vista por los pasillos.

Su mirada era el terror y pesadilla en persona, corrían rumores de que si te veía fijamente a los ojos te paralizaban y te hacían vivir en carne viva tus peores miedos.

La princesa estaba más que al tanto de los rumores que decían de ella, pero jamás les tomo importancia para ella era algo sin revelancia y nunca se tomó el tiempo de desmentir aquellos rumores.

Tomaba a los autores de los rumores como cobardes que temían a lo único y nuevo.

El color morado eléctrico de los ojos de la pequeña princesa eran únicos, nunca en la historia del continente se había reportado ese color de ojos.

Su familia nunca les había tomado importancia para ellos eran su adorada y pequeña princesa, pero la mayoría de las personas que sabían de su existencia estaba más que de acuerdo que aquella tormenta eléctrica que cayó en el imperio aquel día en especial tenía que ver con ese color que llevaba en sus ojos estaba entrelazados con el nacimiento de aquella princesa.

Su nacimiento no lo tomaron como signo del poder de aquella niña, sino como la maldición del imperio y, por lo tanto, la caída de aquel.

—No están tan equivocados diría yo, ella es el inicio de la maldición y caída del imperio ¿pero de cual imperio? Idiotas. - dijo aquel hombre con capucha negando con la cabeza en las fronteras del imperio Zakary.

Y así como apareció desaparecido en el fuerte viento de las fronteras zakary lo último que se fue visto fue su cabeza agachada para evitar revelar su rostro.

"Que decepción de creación, juzgan sin conocer y se dejan influir tan fácilmente por los demás"-Fue el pensamiento del hombre antes desaparecer por completo del lugar.

"Son tan fáciles de manipular o embriagarse de poder y anhelar más, no me sorprende el producto de aquellas personas" Dijo aquel hombre con capucha desde lo alto de una torre occidental en el imperio kratos.

Contemplado detenidamente como el imperio se deterioraba lentamente, pero de una manera catastrófica solo los más fuertes podían sobrevivir.

Eran las palabras de la familia imperial de kratos y nobles corruptos para evitar ayudar a su propia gente.

Para la familia imperial y nobles de alto estatus noblitario era algo bueno, ya que sus filas de caballeros crecían y era más que obvio que les conviene.

Plebeyos, nobles de bajo estatus se veían obligados a unirse a las tropas de aquellos que ocasionaron aquella catástrofe y no mostraban ni una pizca de misericordia, remordimiento o piedad de su propia gente.

Todos aquellos que se unían lo hacían con un solo propósito "sobrevivir", pero aquellas pobres almas no contaban qué esa iba a ser su peor decisión, su lentamente y dolorosa condena.

La familia real solo recibía bajo su custodia y su total protección a aquellos que poseían magia o algún tipo de poder, muchos los llamaban los "Privilegiados" ya que podían vivir protegidos, cuán equivocados estaban solo se convertirán en peones sin importar en el tablero de ajedrez de la tiranía de la familia imperial y nobles corruptos.

(En la mansión de la señora Yuliet Romanova)

La servidumbre estaba ansiosa y desesperados, muchos más incrédulos y curiosos.

Las dos mujeres de suma importancia habían atentado contra su vida, la abuela Yuliet al jugar con su nieta y tener choques en sus peculiares forma de ser de ambas mujeres que portaban el apellido Romanova.

La joven princesa Keren se había hundido en el agua de su propia bañera y no salió alrededor de 5 minutos, si no fuera por su sirvienta principal o también conocida la nana de la princesa hubiera encontrado el cuerpo sin vida de la princesa.

Los rumores corrían como la pólvora en la mansión se contaba que la joven princesa sintió remordimiento por haber intentado atentar contra la vida de su propia sangre, su abuela.

Lo más extraño era que el médico de la mansión dio su reporte médico públicamente diciendo que ninguna gota de agua había llegado a entrar en sus pulmones.

Aquella noticia era confusa como aquella princesa pudo soportar tantos minutos bajo el agua y salir ilesa de aquello, claramente sin contar con el hecho de que perdió la conciencia por la falta de oxígeno a segundos de haberla sacado de la bañera.

Aquel hombre moreno se había dirigido hacia la habitación de la princesa una vez pudo salir de su pequeño estado de trance y impacto por lo sucedido.

Thomas quería respuestas, ya que después de todo el quería entender que pasaba por aquella pequeña cabeza y era su estudiante tenía que conocerla para entrenarla como era debido, el era un hombre que hacía las cosas bien hechas y a perfección o mejor no lo hacía, ni le daba la oportunidad de intentarlo.

Aquel moreno tocó la puerta para que a los pocos minutos fuera recibido por la nana de la princesa, que la informo con cara neutral que la princesa se encuentra en la habitación de aseo personal y que regresará más tarde.

Thomas que sintió una presión en el pecho, decidió insistirle qué el asunto a tratar con la princesa era de suma importancia, por primera vez se dejó controlar por su intuición.

Aquella nana no le quedaba más opción que interrumpir el baño de su señorita, toco la puerta, sin embargo, no hubo respuesta, insistió por segunda vez, una tercera y cuarta hasta que aquella mujer de medida edad entró en pánico y decidió hablar con desesperación.

—Señorita Keren, por favor salga - dijo aquella mujer - ¡Princesa Romanova!

Como último recurso uso su última carta, lo único que ella esperaba era un severo regaño por parte de su joven maestra por desobedecer a sus órdenes de No-honoríficos entre ellas.

Sin importarlee el castigo en absoluto qué iba a recibir, aquella mujer abrió las puertas del baño buscando con desesperación a su joven princesa y fallando en el proceso.

Como último miro la bañera donde debería de encontrarse su joven maestra, pero no hubo rastro del cuerpo de aquella pequeña.

Solo un grito de pánico y eso alerta inmediatamente al hombre en la puerta entro y busco sin resultados a la princesa.

Con pasos apresurados se acercó a la bañera para solo encontrar la espuma en la superficie del agua, el hombre empezó a retroceder lentamente disputo a dar aviso de su desaparición de la princesa cuando se dio cuenta de que pequeñas burbujas salían de un mismo lado del agua extrañado.

Toco con incredulidad las burbujas, pero al hacerlo rompió las burbujas en el proceso que llevo a la vista del hombre ver un tono de piel, desesperado al crecer que sol era una mala pasada de su mente rompió todas las burbujas con un veloz movimiento.

Un pequeño cuerpo hundido en el agua fue vista, aquel hombre hundió sus manos en la fría agua lo cual era extraño, ya que debía que estar tibia pero era como tocar hielo.

Toco los hombros del pequeño cuerpo con brusquedad agarro sus hombros y lo alzó a la superficie.

La cara de la princesa fuera revelada con aquel acto, sus párpados cerrados, labios anteriormente que era de un rojo vivo se encontraban morados tirando para azules, sus venas sobresalían la piel de tono de porcelana y su color verde cálido de las venas se veían del mismo color que se encontraban sus labios.

Su cuerpo qué antes era cálido al tacto se encontraban a una temperatura extremadamente baja, era un signo alarmante y todavía más al saber que no respiraba.

Con rapidez le tomo el pulso fuerte y rápido, pero se encontraba inestable, pero seguían sin respirar rápidamente la saco del agua y exigió a gritos telas calientes para hacerla entrar en calor.

No respira, esa era los únicos pensamientos de aquellos jóvenes en la habitación qué gritaban órdenes a lo animal a todo aquel que pasaba.

Las telas calientes llegaron con rapidez a las manos del hombre sin dudarlo este la envolvió en ellas y la arropo como pudo en sus brazos, ante su desesperación porque la joven no respiraba le abrió la pequeña boca y con sus dedos apretó la nariz de la niña por unos segundos y la soltó.

El alivio fue absoluto por todos los sirvientes que se encontraban en la habitación de la princesa, cuando la pequeña respiro agresivamente cerrado la boca para retener el aire, sus pulmones exigían oxígeno y ella está vez se los iba a dar.

—Descansar - fue lo que susurro la joven maestra antes de caer inconsistente en los brazos del hombre.

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