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Maximiliano:

Era difícil para ella y lo sé, pero ver a esas personas después de todo el daño que le han ocasionado, sería bueno para cerrar el ciclo y alejarlos de su vida.

Yo la acompañaré, por que está claro que si piensa asistir.. No podrá impedir que vaya en su compañía.

- ¿Piensas ir? - pregunté mientras desayunaba, ya que ella solo se dedicaba a mirar el desayuno y jugar con éste.

- No lo sé Max. - respondió suspirando y dejando a un lado el cubierto. - Dice que mi padre está mal, que quiere verme, pero algo dentro de mi me dice que no es cierto.

- Pues solo yendo podrás saber si es verdad o no. - respondí y bajó su mirada. - Linda. - tomo su mano.- No tienes de que preocuparte porque yo iré contigo. - rápidamente me ve y comienza a negar.- No dejaré que los confrontes sola, te acompañaré en cada momento.

- Pero Max, ellos..

- Ellos no son nada para mi, he enfrentado peores situaciones y creeme que lo que digan de mi, me importara muy poco. - dije interrumpiendo la.

- El hecho es que no dirán nada malo de ti, sino que querrán aprovechar para sacar provecho de nuestro matrimonio o aún peor, exigirte cosas cuando que no soy nada en sus vidas. - respondió y Sonreí.

- No soy un pobre tonto al que puedan engañar, mi amor. - respondí, dejando un beso en su mano. - Tú esposo es bastante inteligente, no te preocupes por mi.- añadí y la vi asentir a medias. - Anda, come algo o nuestro pequeño estará con hambre todo el día.

Su hermosa y perfecta sonrisa apareció y luego de asentir, ambos disfrutamos de el desayuno delicioso que preparé con amor para ambos.

El ladrido de Withey me despertó de esa ensoñación en la cual me encontraba y voltee a verlo.

- ¿Que pasa Withey? ¿Tú también quieres acompañar a mami? - pregunté, oyendolo ladrar nuevamente para luego acercarse a Yuli y lamer su pierna. - ¿Lo vez? Hasta Withey quiere cuidar de ti.

- Oh mi hermoso Withey. - dijo para luego tomarlo en sus brazos y besarlo, siendo correspondida por el cachorro quien sin perder oportunidad, comienza a lamer su rostro. - De acuerdo, de acuerdo, prometo que también te llevaremos.

- Creo que lo hace más para pasear que para mantenernos seguros.- dije con una sonrisa viendo asentir a mi esposa.

(....)

Una hora más tarde, nos encontrábamos en casa de mis suegros, aquellos que echaron a mi esposa cuando era una adolescente que apenas había terminado su secundaria.

- Estoy contigo mi amor, no tengas miedo. - dije al verla parada sin querer moverse.

- No tengo miedo, es solo que.. Volver después de tantos años yo.. No me siento en casa. - respondió y asentí.

- Es normal, por que sabes que tu casa está conmigo, nuestro bebé y Withey. - respondí viendo su sonrisa aparecer.

- Si tu madre y el abuelo te oyeran, ambos se quejarían. - respondió y reí junto con ella.

- Muy bien. - levanto a Withey en mis brazos. - Entre más rápido entremos, antes podremos irnos.- añadí, para luego tomar su mano y oírla suspirar.

- Si, tienes razón.

Caminamos a la puerta y antes de si quiera tocar el timbre, la puerta se abre frente a nosotros dejándome ver a una muchacha con algunos rasgos parecidos a mi esposa, quien no dejaba de sonreír.

- Hermana. - dijo a Yuli quien solo aprieta sus labios y asiente.

- Tiempo sin vernos Gisel. - respondió mi esposa sin ánimos.

- ¡Oh hermana! Te he extrañado mucho. - Agregó abrazando a mi esposa quien ni siquiera se esfuerza en devolver el abrazo.

("¿Era ella quien había acusado a mi esposa o tenía alguna otra hermana?")

- Juro que deseaba volver a verte después de todo lo que sucedió, yo..

- ¿Donde está papá? - preguntó interrumpiendo a la muchacha, quien finge verla con tristeza. ("tantos años con distintos tipos de personas, me enseñaron a diferenciar la verdad y la mentira en el rostro de las personas.")

- Hermana, se que aún sigues molesta conmigo por lo que pasó años atrás y..

- Gisel, te he preguntado donde Está papá, es el único motivo por el cual estoy aquí. - volvió a interrumpirla obteniendo una mirada seria por parte de la nombrada.

- Llegas y no me dejas disculparme, ni siquiera me has presentado a el hombre que te acompaña y... ¡Madre de Dios! - dijo señalando el vientre de mi esposa. - ¡ Estás embarazada otra vez!

- ¿¡De que demonios hablas!? Jamás estuve embarazada antes y tú lo sabes.- respondió mi esposa con su ceño fruncido y vi a la muchacha negar.

- Hermana, hermana, sabes que hay cosas que no pueden negarse cuando las pruebas están presentes.

- Bien, creo que no podemos quedarnos por más tiempo Yuli, será mejor que volvamos. - intervine mientras me giraba para marchar pero una nueva voz apareció.

- ¿Yulia? - ambos giramos y vemos a una mujer parada detrás de la hermana de Yuli. - Hija, si has venido.

- ¿Como has estado mamá? - preguntó mi esposa volteandose a verla, dejándonos ver la cara de sorpresa que puso al ver el vientre de mi esposa.

- Yulia tú.. Estás embarazada. - dijo la mujer con tristeza.

- Mi hermana no tuvo intenciones de hacerlo de nuevo mamá, pero sabe que aquí cuidaremos de ese pequeño. - habló su hermana y frunci mi ceño. - pobrecito, ve a saber quien es el padre.

- ¿¡Como te atreves!? - dije con molestia he intente acercarme, pero Yuli me detiene.

- Tú no te metas, esto es entre familia. - dijo la mocosa descarada y apreté mi mandíbula.

- No necesito de ustedes y mi hijo tampoco, ambos tenemos a quien nos cuide así que.. ¿Donde está papá? - interrumpió mi esposa. ("Ésta mocosa se merece una lección y se quien puede hacerme el favor de dársela. ")

- Te llevaré con él. - respondió su madre con molestia, para luego apartar a la insoportable hermana de mi esposa de la puerta, dejándonos avanzar.

- Pese a que eres un metiche, estás bastante bien para mi gusto. - escuché decir a la niñita y Sonreí.

- Tú no cumples con mis expectativas. - respondí, para luego seguir a mi esposa he ingresar junto con ella a la sala, encontrando en ésta a un hombre sentado en el sofá con un periodico en su mano.

- Papá.

- Hasta que por fin te dignas en aparecer. - habló, sin notar mi presencia. - ¿¡ Estás embarazada otra vez!? - gritó molesto mientras se ponía de pie y vi a mi esposa bajar su cabeza. ("¡ A no mi amor! Tú no bajaras la cabeza ante nadie.") - Tendría que haberte dado tu merecido aquella vez. - agregó poniéndose de pie he intentado golpear a mi esposa, pero rapidamente intervine.

- Tiempo sin verlo, señor Lemos. - dije con seriedad para luego echar su brazo a un lado.

- Se-señor Starling. - dijo con sorpresa y frunci mi ceño.

- No sabía que tenía el fetiche de creer mentiras y golpear mujeres. - añadí, viendo a el hombre palidecer.

- No señor, yo..

- Es bastante evidente lo que vi, no necesita mentir. - lo interrumpí y vi a la hermana de mi esposa acercarse a su padre.

- Papá, ¿Quien es? ¿Por que te dejas menospreciar por él? - la oí decir y vi a el hombre verla con seriedad.

- No seas irrespetuosa, él es el señor Maximiliano Starling, el CEO más poderoso en todo el país y...

- ¿ Él.. Él es de quien habla la gente? ¿El soltero mas codiciado? - preguntó con espanto y Sonreí. ("claro, ¿como podría una mocosa como ella saber de mi? Si toda mi información se entrega a los socios o posibles accionistas de mi empresa, por lo tanto, no hay fotografías dando vueltas en vano o información personal divulgada. ") - Y-Yo..  No lo puedo creer, tengo que tomarle una foto.

- Si haces eso, romperé tu mano sin importarme quien seas. - respondí, viéndola con frialdad. - Ahora vayamos al punto, vi su forma de tratar a Yulia y déjeme decir que ni usted ni nadie, le pondrá jamás una mano encima.

- Yo no sabía que usted y mi hija eran amigos señor, lo siento.

- ¿Amigos? - pregunté con una sonrisa. - ¿Quien dijo que eramos amigos?

- ¿ N-no son amigos?- preguntó la madre de mi esposa y antes de que pueda decir algo, Yuli interviene.

- Dejé asuntos pendientes por venir aquí para saber sobre el estado de salud de mi padre, pero al parecer su enfermedad fue una mentira. - comentó volviendo su mirada a mi. - Mejor nos vamos ya.

- Como tú quieras. - respondí girandonos dispuestos a marcharnos.

- No no, espera Yuli, yo.. - habló el hombre y volteamos a verlos. - Sabes que soy tu padre y.. Pese a que en su momento actúe de mala manera contigo, eres bienvenida en nuestra casa otra vez, si no tienes a donde ir con tu hijo puedes regresar a casa.

- Ella no necesita regresar aquí. - intervine y pese a que Yulia quiso detenerme, me paré frente a éstas tres personas. - No quiero que vuelvan a acercarse a ella en lo que resta de vida, no son ni jamás serán bienvenidos en nuestro hogar.

- ¿Nuestro hogar? - preguntaron al unísono.

- Y en lo que respecta a el pequeño en su vientre, no tiene que preocuparse, jamás dejaría a mi hijo desamparado. - añadí. - Y donde vuelvas a tratarlo de bastardo...- dije señalando a la mocosa. - Tú sabrás de lo que estoy echo.

- ¿Es.. Es tu hijo?

- Yulia es mi esposa y el niño en su vientre, es mi hijo. - respondí frunciendo mi ceño. - Por lo tanto vuelvo a repetirlo, donde vuelvan a molestar a mi esposa en el futuro, les enseñaré lo que es vivir en la miseria. - dicho esto, tomé la mano de mi esposa y salimos de allí sin importar que pudieran agregar.

"Esas personas no merecen formar parte de la vida de mi he osa Yulia, ellos jamás lo harán."

Caminamos en dirección a la salida y nuestra sorpresa aumentó al ver fuera a mi madre y abuelo.

- ¡Yuli! - dijo mi madre para luego correr a ella y abrazarla. - ¿Como Estás hija? Apenas supe que vinieron aquí nos apresuramos a llegar.

- Estoy bien Mamá, no te preocupes. - dijo mi esposa mientras se dejaba abrazar por ella.

- Max, después de lo que esas personas le hicieron ¿La traes aquí? - me reprendió el abuelo y levante mis hombros.

- No puedo impedir que venga abuelo, pero creo que les quedo claro a esas personas que no los queremos cerca. - respondí y vi a el abuelo asentir.

- Yulia, hija.. - volvió a hablar la mujer detrás de nosotros y vi a mi madre fruncir su ceño.

- No se acerqué otra vez a Yuli, por que no podrá culparme luego de lo que le ocurra si lo hace. - sentenció mi madre para luego alejar a Yuli de ella y llevarla a el carro en el cual, iríamos los 4.

Sé que luego de tenerme a mi, mamá soñó con tener una hija, pero desgraciadamente luego de tener un accidente de carro.. Ella no pudo concebir más y Yuli llegó a su vida llenando ese espacio vacío, por ello puedo asegurar que ni siquiera una separación entre nosotros podra romper el hermoso lazo que ellas tiene, aunque claro, tampoco pienso separarme de mi esposa.

Sin añadir más a estas personas, decidimos de marcharnos y averiguar el como es que mamá y el abuelo supieron sobre que estaríamos aquí.

Luego de que les contara lo que está "familia" le hizo a mi esposa, ellos se molestaron mucho y dijeron que a partir de ese momento, nosotros seriamos la única familia de Yulia y puedo asegurar a que ella también lo cree.

(....)

Mientras mi abuelo consentía a Withey y mamá me reprendía una y otra vez, Yuli se sienta de golpe en el asiento llamando nuestra atención.

- ¿Que sucede cariño? - pregunté preocupado viendo una hermosa sonrisa aparecer en su rostro.

- Max, el bebé. - dijo colocando una mano en su vientre y me asuste aún más.

- ¿Que sucede con el bebé? - pregunté preocupado y toma mi mano colocándola en su vientre.

- Se está moviendo. - añadió y asentí al sentir un pequeño movimiento en mi mano. ("era raro y nuevo para mi, pero sin duda alguna.. Era el momento más emocionante que he vivido en mi vida.")

- ¡Oh Dios! Mi nietito ya se está moviendo. - Dijo mi madre para luego quitar mi mano y colocar la suya, cortando el hermoso momento que vivíamos.

Entre los gritos de mi madre y las risas de el abuelo y Yulia ante mis quejas, légamos a casa, lugar en el cual solo bajamos Yulia y yo, despidiendo a el abuelo y mi madre quienes aprovecharían a ir comprando regalos para nuestro hijo.

Una vez entramos, ambos suspiramos y nos dirigimos a el sofá, donde nos sentamos y vuelvo a colocar mi mano en su vientre.

- Ya no se mueve. - me quejé oyendo a Yuli reir.

- He oido mencionar que para que el Bebé se mueva más, la mamá debe de comer algo dulce. - comentó mi esposa viendo sus uñas y reí.

- Quieres un postre ¿Verdad? - pregunté viendola asentir.

- Por favor. - respondió y volví a reír para luego besar con ternura sus labios.

- Tus deseos son ordenes para mi, cariño. - respondí viéndola sonreír. - Te amo.

- Yo te amo más. - respondió y luego de besarla nuevamente, corrí a la cocina  por un poco de postre para ambos, por que también quería.

Definitivamente, podremos ser felices juntos, sin importar nada más.

(" Puede que no hayas sido mi primer amor, pero fuiste el amor que convirtió a los demás amores en irrelevantes.") - Anónimo.

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