'Maximiliano'
No esperaba su mensaje, ni mucho menos el recibimiento, pero me alegró ver que me echó de menos tanto como yo a ella.
- ¡No me llamaste, ni me escribiste y ni siquiera Sabías como estaba! - me reclamó entre llantos y sonreí envolviendola con mis brazos.
- Lo siento nena, también te he echado de menos y no te imaginas las ganas que tenía de llamarte pero, temía que al hacerlo solo me cortaras después de dos palabras. - Respondí, mientras sentía suaves golpes en mi pecho de su parte.
- Tendrías que haberlo intentado, nos hubiéramos ahorrado mucho. - contestó y asentí dejando un beso en su cabeza.
- Prometo que para remediarlo, prepararé una deliciosa cena para ti esta noche. - propuse y la veo distanciarse un poco de mi, para luego sonreirme y asentir.
Volvimos a fundirnos en un dulce beso, en el cual podíamos decirnos todo sin la necesidad de usar palabras.
Cuando tomamos distancia para recuperar el aire, bajo mi mirada a su pequeño y apenas abultado vientre y lo toco sintiendo muchas emociones a la vez.
Mi pequeño crece allí dentro y me emociona cada vez más el saber que muy pronto lo tendré en mis brazos.
- A ti también te he echado de menos. - Dije luego de inclinarme y besar su vientre. - Pero papá está de regreso y promete no volver a irse por mucho tiempo.
- Si bebé, la abuelita lo tiene amenazado. - oí decir a Yulia y levante mi mirada conectándola con la de ella para luego reír juntos.
El ladrido de Whitey nos trajo de ese mundo en el cual entramos a través de una mirada y voltee a él abriéndole mis brazos.
Nos lamió la cara a ambos y luego de reír, caminamos juntos hasta el carro de mi esposa.
- ¿ y tu carro? - preguntó mi esposa y Sonreí.
- Le dije a mi asistente que lo llevara a la empresa, me Iría de aquí contigo. - respondí, viéndola asentir.
Abrí su puerta para que subiera y luego la de atrás para que Whitey subiera allí.
Ambos se veían felices, por lo que podría afirmar que mi regreso no solo me hizo bien a mi.
(...)
Luego de llegar a casa y mientras Yulia desempacaba mis cosas, me dirigí a la cocina dispuesto a preparar una deliciosa cena para ella.
Mientras picaba las verduras, Whitey se acercó a mi por lo que dejé todo por un momento y le serví su cena viéndolo comer apresurado.
- Despacio Whitey. - dije sonriendo para luego volver a seguir con lo mío.
- ¿Necesitas ayuda? - dijo mi esposa, mientras rodeaba mi cintura con sus brazos y dejaba tiernos besos en mi espalda.
- Puedo con esto, cariño. - respondí, pero no la oí responder, solo siguió brindándome de sus dulces besos.
Sus manos se metieron bajo mi playera y ya no pude seguir picando las verduras, pues comenzó a acariciar mi torso de arriba a abajo, pasando sus dedos con suavidad justo donde mi bello púbico empezaba.
Poco a poco desabotonó mi pantalón y suspiré entrecortadamente mientras mis manos se aferraban a la mesada y mis ojos se cerraban inconscientemente.
- ¿Que sucede Maridito? ¿No dijiste que podías con ellos? - la oí preguntar y Sonreí sin abrir mis ojos.
- Hablaba de la cena. - respondí entre jadeos.
- Cielo, yo soy tu cena. - contestó volteandome a ella y la vi tan llena de deseo como estaba yo. - ¿Quieres comerme?
- ¿Qué dijo el obstetra sobre la intimidad en el embarazo? - pregunté mientras ella quitaba mi playera y me besaba suavemente en los labios, el cuello y poco a poco bajaba por mi torso.
- Dijo que era lo más saludable para mantener el matrimonio y que el bebé se sentirá feliz al saber que mamá y papá se brindan amor. - respondió y Sonreí bajando mi mirada a ella para luego tomarla de sus brazos y ponerla de pie.
- Entonces no se diga más. - contesté, tomándola de sus piernas he incitándola a que rodeara mi cintura con ellas.
Mientras caminaba con ella en mis brazos, me deshice de su vestido, el cual lancé a mitad de las escaleras.
Lo segundo fue su brasier, el cual y bien quedo perdido en el camino y ya con sus senos al descubierto, me dispuse a besarlos con locura mientras ella se sostenía de mi nuca y disfrutaba de todo lo que este contacto le hacía sentir.
Una vez en nuestra habitación matrimonial; ("porque está más que claro que volveremos a compartir la habitación.") la acomodé sobre la cama mientras me abría paso entre sus piernas y le demostraba lo que sus besos despertaron en mi.
Entre besos y caricias la ropa fue un cuento, ambos estábamos desesperados, teníamos la necesidad de sentirnos una vez más, tan íntimamente como antes, pero también quería disfrutar en hacerla enloquecer.
" Digamos que todo quedo en el "Quería" porque antes de que pudiera hacer más, Yulia enredo sus piernas a mi cintura y con fuerza me impuso hacía abajo, provocando que mi miembro entrara entre ella y que de nuestros labios salieran fuertes gemidos.
- ¡Oh dios! - gemí al sentir como su cuerpo me recibía, como su interior ardía por mi.
- ¡Ahhh! ¡Mu-muevete! No te quedes sin hacer nada. - dijo mientras rozaba sus labios con los míos, pidiendo más contacto, pidiendo amor.
("Algo que tengo de sobra para ella.")
La besé con fervor mientras comenzaba a mover mis caderas y le hacía experimentar miles de sensaciones.
Éste se convirtió en el beso más ardiente que nos hemos dado, en ese que se sentía desesperado, que podía hacernos sentir que calor de el deseo quemandonos desde la cabeza hasta los pies.
Yo enloquecí, ella enloqueció y después de varios movimientos más, no nos importó ser dos locos en éste lindo manicomio.
(...)
Y se repitió, una, dos y hasta tres veces.
Nuestros cuerpos se aclamaban, el deseo nos poseía y las ansias nos ganaban incluso más que el cansancio.
" Ahora es cuando comprendí que el tiempo no lo es todo, que cuando encuentras a la persona que enloquece tu corazón y tus sentidos, ni siquiera importa si llevan días, meses o años de conocerse, el amor llega y el tiempo no puede impedirlo."
Estaba listo, preparado para decírselo, pero al parecer... Ella era la que aún no quería ceder.
- Te quiero Max, con el corazón y el alma. - comentó y me trague duramente ese " Te amo" para sonreirle y besarla con ternura.
- También te quiero preciosa, incluso más de lo que tu puedes quererme. - Incluso más que un te quiero, lo mío es un te amo.
Ella me regaló una hermosa sonrisa y reposó su cabeza en mi pecho, mientras que yo me cuestionaba mi cobardía.
Hacer el amor era algo habitual en nosotros, pues desde nuestra boda solo hemos parado cuando nos distanciamos, pero ambos asegurabamos que solo era sexo, aunque ahora no lo pueda ver de esa manera.
Ella es mi mundo, mi vida entera, la mujer que quiero para toda la vida, la madre de mis bebés.
Quizás no está preparada aún para declarar su amor, pero yo seré paciente, esperaré con calma hasta que salga ese "Te amo" en cual sé, será rápidamente correspondido.
(...)
Me perdí por largo rato en mis pensamientos, tanto así que no me había percatado de que Yulia estaba dormida.
Al bajar mi mirada, sonrió como un idiota al ver la tranquilidad que se reflejaba en su rostro cuando descansaba.
- Yuli.. - hablé mientras la sacudía. - ¿ Estás despierta preciosa? - no me respondió.
Muy despacito la aparte de mi cuerpo para luego verla una vez más y salir de la cama, dispuesto a darme una rápida ducha y terminar con la cena, una que compartiríamos en la comodidad de muestra cama.
Cabe aclarar que mis intenciones eran cenar con mi esposa en la cama, pero quedo solo en un deseo.
- Guau, por algo las mujeres no te quieren dejar ir. - mencionó Ihan y suspiré al saber que ya no era posible disfrutar de el "A solas " con mi esposa.
- ¿Como entraste?
- Se dice "hola" primero y te recuerdo que me dejaste la copia de tu llave para que cuidara de Yulia y tu retoño. - respondió y negué con una sonrisa dirigiéndome luego a la cosina y sabiendo de que no se quedaría a esperarme en la sala. - ¿Cuando regresaste? ¿Por qué no me dijiste que ya estabas aquí? ¿Sabes si quiera de quien es ese animal que me mató del susto?
- ¿Tantas Preguntas en un segundo? Tu no cambias. - mencioné mientras continuaba con lo que había dejado a medias y Sonreí al recordar el motivo por el cual quedo todo así. - Primero, regrese hoy, segundo, no tuve tiempo de avisarte ya que pasé por mi esposa antes de llegar a casa y tercero, no es un animal cualquiera, es Whitey y es nuestra mascota.
- ¿Su mascota?
- ¿Como puede ser que estuviste cuidando a Yuli durante toda mi ausencia pero no viste a Whitey? - Pregunté viendolo levantar sus hombros.
- Quizás es por que cuando vine, Él estaba durmiendo en otro lado. - respondió y negué volviendo a lo que hacía. - ¿Ya se reconciliaron?
- ¿ Y a ti que te parece?
- ¡No me digas nada! - dijo tapándose los oídos. - He oído bastante su reconciliación desde aquí abajo. - añadió y no pude evitar sonrojarme. - Son bastante ruidosos, deberían de colocarse una almohada cada uno en la cara.
- ¡Estamos en nuestra casa! ¿¡Que querías!? ¿¡Como demonios iba a saber que tu tendrías justo cuando nos dábamos amor!? - pregunté más rojo que un tomate y lo oí estallar en carcajadas.
- ¡Tu cara! ¡Debiste de ver tu cara! - dijo entre risas mientras me señalaba. - La verdad es que acabo de llegar y supuse lo que paso al ver regada la ropa de Yulia por las escaleras, motivo por el cual decidí no subir.
- ¡Ihan! ¡Voy a matarte! - Dije mientras le mostraba el cuchillo y conseguía que dejara de reír.
- ¡No no no! No lo haga señor Starling, prometo que le daré su merecido pero no lo mate. - intervino su novio, Brad, quien también me sorprendió al aparecer de la nada.
- ¿Y tu de donde saliste?
- Estaba en el sanitario de abajo. - respondió y enarque una ceja para luego volver mi mirada a Ihan.
- ¿Tiene alguna problema intestinal? - pregunté señalando a su novio.
- No creo, ¿Por qué la pregunta?
- ¿Por qué más? Las dos veces que lo he visto, siempre aparece después de salir del sanitario. - respondí entre risas. - ¿Oh estuvieron haciendo cochinadas en mi casa? - pregunté viéndolos a ambos sonrojarse.
- ¡Maximiliano Starling!
- Mm aquí huele a venganza. - Oí decir a mi esposa y Sonreí para luego asentir. - ¿Sabes que te patearé el trasero si lo molestas?
- ¿Oíste Max? Vuelve a molestarme y verás. - respondió Ihan y Sonreí.
- Te estoy hablando a ti. - dijo mi esposa mientras caminaba a nosotros. - Vuelve a molestar a mi esposo y no encontraran tu cuerpo.
- Se defenderme y conozco un buen abogado. - respondió y vi a mi esposa ver sus uñas.
- No, definitivamente tu caso no me interesa. - Contestó y estallé en carcajadas mientras veía a Ihan abrir su boca.
- Pero que Engreída. - mencionó Ihan y Yulia se acerca a mi para luego abrazarme.
- Dime si vuelve a causarte problemas, Mariditio, lo demandaré por ti. - añadió y solo asentí mientras correspondía a su abrazo.
- ¡Ja! ¿Una ladrona demandandome? Quiero verlo.
- ¿Y que te he robado que me acusas? - Preguntó mi esposa viendo a Ihan señalar.
- Tú me robaste a mi mejor amigo y tú me robaste a mi mejor amiga. - dijo señalandonos a ambos. - Y tú, tú me robaste el corazón. - Dijo a Brad quien lo ve como si fuera un espanto.
- Que alguien me aleje a este chihuahua sin correa por favor. - respondió y solo eso bastó para que estallaramos en carcajadas, a las cuales definitivamente Ihan no se sumó.
Luego de un rato de bromas, Yulia llevo a nuestros invitados a la sala mientras yo volvía a poner manos a la obra con la cena.
No importa si no estamos solos, con ellos somos libres de demostrar nuestro amor sin ser juzgados.
(" Que te digo:
Si vales la vida,
Vales los riesgos,
Vales un mundo.
Y si aún no lo sabes, lo vales todo.) - Ray Meza.
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Comments
Momys.rub
Claro q el obstetra dará luz verde bebe!!!
Pues aun nesecitan hacerle las manitas a ese huevito kinder!!!!!
Yo amo amoooo a Ihan!!!
Es tan bello!!!
2024-08-26
0
Carol V 🌻
que pasó con la familia de Yulia? jamás le demostró lo equivocados que estaban, pensé que la venganza era contra su familia y su hermana pero hasta ahora nada de eso pero bueno aún falta capítulos espero que alguno se trate de su familia y que ella les demuestre que salió adelante sin la ayuda de ellos y saber que pasó con su hermana la mentirosa 🤔😠
2023-11-19
5
Any Estrella Santander Donoso
Jajaja qué son chistosos
2023-11-19
1