8-

'Narradora'

(" La vida tiene diferentes capítulos, un mal capítulo, no es el final de la historia.")

Dos semanas habían pasado, dos en las cuales Max seguía anhelando aquella oportunidad, aquella que no se le estaba dando.

Desde que regresó a casa, solo dos veces pudo verla, dos en las cuales hizo preguntas obteniendo solo silencio por parte de ella.

Era difícil, si, pero no por ello se daría por vencido.

- ¿Entonces que hacemos, señor? - preguntó el secretario, luego de informar a su jefe sobre las próximas reuniones que tendrían en el extranjero.

- ¿Con que? - Preguntó Max con frialdad. ("su secretario solo lo observó sin saber que hacer, pues no importaba la cantidad de veces que le repitiera las cosas, su jefe seguiría sin oírlo así empezara una y mil veces.")

- Creo que veré como va el departamento de construcción. - dijo éste, viendo asentir a su jefe, quien luego volvió a perderse en sus pensamientos.

- Alex.

- Señor Ihan, que sorpresa verlo por aquí.- dijo éste mientras sonreía con agrado.

- Tengo un tema importante que discutir con el jefe. - respondió Ihan, con una sonrisa. - ¿Sabes si está ocupado?

- La verdad es que últimamente parece no estar. - contestó éste, volviendo su mirada a la puerta. - Llevo días tratando de hablar sobre el nuevo proyecto pero.. No obtengo nada, es como si no quisiera existir.

- Ya veo. - dijo Ihan, suspirando. - Ve a seguir con lo tuyo, yo me ocuparé de hablar con él.

- Si lo logra.. - añadió, pasándole una carpeta. - Digale que estás son las solicitudes de reuniones en el extranjero.

- Gracias, me encargaré de ello. - contestó, viendo marchar cansado a el pobre Alex, asistente de Max. - Si sigues de ésta manera me temo que lo único que lograras, es preocupar a mi amiga. - Dijo una vez entró a la oficina, llamando la atención de Max, quien al oír su voz volvió a la realidad. - ¿Que ésta pasando contigo? Alex dijo que no había forma de que tomaras un poco de atención a tu trabajo. - agregó, tirando sobre su escritorio la carpeta que el asistente le dejó.

- Tengo la cabeza revuelta. - Respondió Max, mientras frotaba su frente. - He estado pensando en una y otra forma para acercarme a Yulia pero.. No se que hacer, nada me surge.

- ¿Tan mal te trae? - Preguntó su mejor amigo con una sonrisa, viendo suspirar a Max.

- Es que ni siquiera puedo verla, cada vez que me levanto ella ya no está y por las noches se encierra en su habitación sin un "hola" o un "adiós". - respondió, oyendo reír a su amigo.

- Entonces creo que hacer que te eche de menos un poquito, no está tan mal. - comentó Ihan, viendo a Max observarlo sin comprender. - Aceptar uno de estos viajes sería beneficioso en estos momentos.

- Apenas y puedo verla ¿Y tú quieres que me marche de viaje? - preguntó éste negando. - Ni siquiera podría conciliar el sueño, aparte de que tampoco tengo forma de comentarle el que estaré ausente.

- Eso puedo resolverlo, te compraré unas pastillas para dormir y te invitaré a nuestra cena de ésta noche.- respondió, viendo a Max sorprenderse.

- ¿Cena de ésta noche?

- Invité a Yulia para cenar y presentarle a mi pareja, claro que también venía a invitarte ya que quiere conocer a mis mejores amigos. - respondió, obteniendo el asentimiento de éste. - Prometo que pondré una excusa para dejarlos solos luego de la cena, mientras tanto, trata de convencerla para ir juntos.

- Lo haré. - contestó éste con una sonrisa mientras a su igual, veía a su amigo sonreír.

- Elige un lugar y deja que el tiempo te de la recompensa. - Añadió, palmeando la carpeta para luego caminar a la puerta. - Nos vemos en la cena, te envíe por mensaje la dirección.

Sin más que agregar, se marcha dejando a Max observar dicha carpeta.

"¿ Será buena idea viajar ahora? ¿Y si algo les pasaba a Yulia y su bebé en su ausencia? No, nada les pasaría, Ihan los mantendría protegidos." - pensó para si mismo y luego llamar a su asistente quien no tardo en llegar.

- Iremos a Canadá.- Dijo una vez éste atravesó la puerta.

- Prepararé todo para mañana. - respondió con una sonrisa, viendo asentir a su jefe. Sin más que añadir, salió de la oficina conforme. - Gracias por aparecer, señor Ihan.

(...)

Horas más tarde..

- ¿ Podríamos ir juntos a la cena? - preguntó a Yulia, mientras la observa arreglarse desde la puerta. - Es que Ihan..

- Ya me a dicho que acepte ir contigo y que no te la haga difícil. - respondió ésta, sin voltearse a verlo. - En cuanto esté lista bajaré. - Finalizó oyendo un bajo "gracias" de Max.

Se sentía triste al tratarlo tan duramente, pero creía que si no lo hacía, él haría lo que quisiera con ella.

Era una mujer fuerte, una que no pensaba dejarse intimidar nuevamente, una que no quería pasar una vida en la cual volvía a ser utilizada, humillada y tirada a la calle una vez más, ella sabía lo que valía como persona y no dejaría que la vuelvan a lastimar.

Volvió a mirarse una vez más en el espejo y luego de suspirar, decide salir a el encuentro de su esposo.

Lentamente bajó las escaleras viendo a su esposo al final de ellas, con su mano extendida.

- No te molestes, puedo bajar sola. - dijo cortante, para luego dirigirse a la puerta mientras Max quedaba con su mano extendida.

- Bien bien, hay que domar a la fiera. - se dijo así mismo suspirando y saliendo tras ella.

Una vez en el carro, ninguno dijo nada, él no sería quien rompería el hielo sabiendo que sería rechazado y ella, ella no tenía mucho para decirle.

Todo el camino se consumió en un silencio profundo, uno bastante incómodo pero aceptable.

Al llegar a el dichoso lugar, entran encontrando rápidamente a su mejor amigo, quien les hace un gesto para que se acerquen.

- ¡Por fin están aquí! - dijo felizmente Ihan, viéndolos asentir a ambos. - Sientense, enseguida traerán la cena. - añadió y sin decir nada, ambos acataron su orden.

- ¿No dijiste que nos rehuniriamos aquí para conocer a tu pareja? - preguntó Yulia, al ver el asiento vacío junto a su mejor amigo.

- Acaba de ir a el sanitario, enseguida regresa. - Respondió éste, viéndola asentir. - Por cierto, ¿Como has tomado el asunto del juicio? Nuestros colegas me dijeron que lo rechazaste.

- No podía aceptarlo. - respondió ella luego de asentir. - Él, por más dinero que tenga a su favor, no estaba calificado para obtener la tenencia de los niños y yo no sería quien le ayudara.

- Lo supuese. - Añadió, volviendo su mirada a Max, quien veía a su esposa sin poder creer que ni siquiera le había comentado nada de ello. - Hiciste bien en no aceptarlo, porque terminaría siendo el primer juicio que perderías.

- ¿Porqué lo crees? - preguntó Yulia oyendo a Ihan suspirar.

- He hablado con el Juez luego de que el juicio término y.. me contó sobre la decisión del jurado, la cual ya estaba tomada incluso antes de que el juicio iniciara. - Contestó. - La mujer, pese a sus bajos recursos, no quería perder a sus hijos, tampoco era una mala madre como para decir que los niños estaban mal con ella así que, decidieron dejar la custodia de los niños con ella y a él le ordenaron pasar una manutención súper alta, obteniendo solo las visitas.

- Me parece lo correcto, en cualquiera de los casos, mientras la madre no sea una loca desquiciada con sus hijos, tiene el derecho legítimo de tenerlos. - Añadió Max, viendo asentir a ambos abogados.

- Perdón por la demora. - Se disculpó un joven apuesto, quien con una sonrisa observaba a los invitados de su novio.

- Por fin llegaste. - Dijo Ihan con una sonrisa, mientras se ponía de pie. - Dejame presentarte a mis mejores amigos. Ella es la encantadora Yulia Lemos y él es Maximiliano Starling, los mejores amigos del mundo. - presentó.- Yuli, Max, él es Brad Sandoval, mi novio. - contó a sus amigos por lo que estos asintieron.

- Gusto en conocerlos. - Dijo Brad, con una sonrisa.

- El gusto es nuestro. - respondieron ambos al unísono, para luego dedicarse una mirada y sonrojarse.

Volvieron a tomar asiento esperando que llegara la cena que, con anticipación, Ihan ya había ordenado.

Momento después, dos camareros se acercaron con los platos retirándose luego para dejar a los presentes disfrutar de la cena mientras se perdían en charlas.

Hablaban, bromeaban y reían ante la escena que presenciaban entre Ihan y Brad, quienes contaban el hecho de como se conocieron.

- Ya ya, tú ganas entonces. - dijo Ihan, dándose por vencido mientras Brad sonreía con satisfacción.

- Siempre gano. - afirmó éste viendo sus uñas, para luego reír en compañía de Max y Yulia. - Ahora cuentenme ustedes, ¿Son pareja? - preguntó, viendo a los dos.

- Si/No. - respondieron al unísono. (" Está claro que el de la afirmación fue Max, mientras que Yulia negó.")

- ¿Si o no? - preguntó Brad confundido.

- Estamos casados, pero no tenemos nada más que un acta firmada. - contestó Yulia.

- Y un bebé en camino. - añadió Max, volteandose a verla, encontrándose con una mirada que sinceramente mataba. - Es la verdad.

- Claro, así como también es verdad el hecho de que es lo único que existe entre nosotros.

- Yulia...

- Creo que iremos a pedir el postre mientras ustedes se debaten en quien tiene la razón y quien no.- Intervino Ihan mientras se ponía de pie.

- Mejor iré yo, no quiero tener que discutir en este momento. - Dijo Yulia mientras se ponía de pie y era seguida por Ihan.

- Cielo, ¿Que le hiciste para que te odie tanto? - preguntó Brad, oyendo suspirar con Cansancio a Max.

- Solo dije una tontería y.. Por más de que trate de arreglarlo ahora, ya no me es posible, ella ni siquiera quiere hablarme.

- Es entendible. - respondió éste, girando la mirada donde su novio y nueva amiga se encontraban. - Cuando una persona es herida, no importa cuanto tratemos de rogar por su perdón, definitivamente nos costará caro remediar nuestro error. - añadió y Max asintio. - Lo que ambos necesitan en éste momento, es un real distanciamiento. - agregó, volteandose a verlo. - Por que cuanto más extrañas a alguien, es cuanto más rápido comienzas a considerar el perdonar.

(...)

- Es que busca sacarme de mis cabales.- Sé quejó Yulia, Mientras golpeaba la barra suavemente. - Parece que no tiene intenciones de comprender que no quiero más nada con él.

- Yuli, entiendo que estés enojada con él y que también estás en tu derecho de estarlo pero.. Aunque sea, trata de aguantarlo por las próximas horas que les queden juntos, luego por unos días no tendrás que verlo.- respondió éste, viendo a su amiga voltear a verlo rápidamente.

- ¿De que hablas? ¿Como que no verlo por unos días? - preguntó confundida, mientras volvía su mirada a la mesa.

- Max tiene que salir en un viaje de negocios mañana a primera hora, lo sé porque me pidió que cuidara de ustedes en su ausencia y.. Sabes que no estoy de su lado ni tampoco del tuyo, pero creo que lo correcto es que aunque sea por hoy, hagan las pases. - añadió, viendo a la mujer bajar su mirada. ("¿Max se iba? ¿Y que haría ella sin verlo? Porque una cosa era estar molesta con él y no hablarle, otra muy distinta era perderlo de su campo de visión.")

- Yo...- suspira. - Está bien, no haré más drama por ésta noche.

- Verás que ésta tenue separación les hara bien a los dos, encontraran la forma de reflexionar sobre lo sucedido y tener su propio espacio. - Solo la vio asentir y sin agregar más, pidió los postres y volvieron a la mesa.

No añadieron más del tema, solo disfrutaron el postre mientras hablaban de sus trabajos y Max terminaba de confirmarle a Yulia lo que Ihan le dijo.

(...)

En el camino de regreso, Yulia sostuvo su falda con fuerza mientras mordía su labio inferior y veía de vez en cuando a Max, quien solo conducía observando el camino.

- ¿Por cuanto tiempo te iras? - preguntó ella, rompiendo el silencio.

- Creo que solo necesitaré unas dos o tres semanas. - respondió él, luego de suspirar. - Tendrás ese tiempo para disfrutar de mi ausencia.

- ¿A que te refieres? - preguntó Yulia a la defensiva, mientras fruncía su ceño.

- A que podrás descansar de ver mi cara todos los días. - respondió él, dejando el lugar en silencio.

" Él no quería volver a rogar y ella no quería que él se fuera."Tan complicados los dos.

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( " En esta vida me basta con poco, pero ese poco, debe llenarme el alma.) - Els.

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