17-

'Yulia'

La espera se hacía cada vez más larga, veía a algunos ayudantes de el veterinario entrar y salir, pero ninguno de ellos podía decirnos algo sobre nuestro Withey.

Realmente mis nervios aumentaban y las ganas de llorar se atoraban en mi garganta. ("Mi Withey, realmente espero que no sea nada grave lo que tienes. ")

- ¿Max? - Una voz familiar llegó a mis oídos y voltee encontrando a la dueña de dicha voz. - Tiempo sin vernos.

- Creo que mejor iremos a ver porque Georg aún no sale. - Dijo mi esposo poniéndose de pie y asentí, tomando su mano.

- No puedo creerlo, ¿Ahora me ignoras? - Continuó ésta y solo suspire con cansancio.

- Es un pésimo día el de hoy, no paramos de encontrarnos con personas desagradables. - Comenté, viendo a la mujer fruncir su ceño.

- Quien lo diría, trajiste a tu perra para ponerle una antirrábica ¿Verdad? - preguntó y vi a mi esposo a punto de irsele encima, pero lo detuve. Si ella pelea con palabras, hay que devolverle el favor.

- Al menos a mi alguien me trajo, pero ¿y tu? ¿eres tan venenosa que incluso tu amo no puede acompañarte, víbora? - pregunté y la vi morderse de rabia.

- Tu..

- Aunque duela, creo que la rabia de un perro es menos peligrosa que el veneno de una víbora, así que por favor, mantente alejada de nosotros. - Dije nuevamente y luego de ver un brillo de odio en sus ojos, veo asomarsele una pequeña sonrisa.

- Luly, mira quien está aquí. ¿Recuerdas a Max? - habló ésta a la pequeña gatita que tenía en sus brazos. - Como no lo recordarías, si te llevó conmigo como regalo, para que me hicieras compañía cuando él no estaba. - Agregó y vi a mi esposo voltear su mirada a mi. - ¿O te has olvidado de ella, Maximiliano?

- No, no me he olvidado de ella, pero ahora que lo puedo pensar con claridad, creo que su presencia no era tan necesaria. - Respondió mi esposo con una sonrisa. - Ya que cuando no estaba contigo, definitivamente te estabas revolcando con el imbécil de Stevan.

- Jaja ¿Aun te duele? ¿Es esto un reclamo? - preguntó la arpía y suspire, soltando la mano de Max y dirigiéndome a la puerta de el despacho.

- Amor..

Antes de que él pudiera decir más, vi a el veterinario salir y rapidamente caminé a él.

-¿Como está Withey? - Pregunté rápidamente y él solo suspiró.

- Tiene un poco de resfrío, el cual provocó una leve temperatura por la cual debo dejarlo en observación durante dos dias. - Respondió y sentí una fuerte punzada en mi pecho. - Aprovecharé estos días para realizarle estudios, solo para verificar que ese sea el único motivo de su estado.

- ¿Como es que pudo pescar un resfriado? - preguntó Max.

- A eso se le llama falta de cuidados. - Oí decir a la bruja de Gloria y apreté mis puños con enojo.

- Para tu información, Withey es muy bien cuidado en casa, nada de lo que el veterinario recomendó se ha salido de nuestras manos. - respondí con molestia viendola sonreir.

- Pues no parece.

- Quizás y sea una secuela que le quedo luego de que lo abandonaran. - Comentó el veterinario mientras bajaba su mirada a el piso.

- ¿Como? - pregunté y él me ve para luego girar su mirada a Max.

- Cielo, Withey fue rescatado de las calles por mi. - dijo para luego tomar mis manos. - Yo.. lo encontré cuando iba camino a el trabajo y decidí traerlo con Georg para que lo revisara. - Suspira. - Sé que no es muy lindo el echo de saber que te regalé un perrito que rescaté de la calle pero.. En estos momentos, creo que lo más escencial es pensar en su bienestar.

- Jaja ahí tienes a tu amado, te regaló un perrito abandonado, uno igual a ti. - Escuché decir a esa bruja, pero resté importancia a sus palabras y acaricié la mejilla de mi esposo.

- Withey es el mejor regalo que he recibido y el echo de que lo rescataras, me conmueve el corazón, realmente te amo, Max.- Dije con orgullo, viendo la sorpresa en sus ojos. - No importa si fue un pequeño callejero, ahora es nuestro tesoro y lo cuidaremos siempre. gracias por darme a Withey.

- Gracias a ti por recibirlo y llenarlo de cariño, mi amor. te amo. - Respondió, para luego dejar un tierno beso en mis labios y abrazarme. - Entonces, ¿Dices que puede ser algo relacionado con su abandono?

- Sabes que los cachorros cuando son abandonados, tienden a contagiarse de enfermedades, por ello quiero realizarle estudios y descartar cualquier otra cosa. - Respondió el veterinario y asentimos. - Vayan tranquilos, ante cualquier cosa prometo llamarlos de inmediato.

- Está bien, muchas gracias. - respondí, para luego ver a Max con tristeza.

Ambos sabíamos que volver a casa sin Withey, nos costaría bastante trabajo.

(....)

*Mientras Max se perdía en su despacho, me dispuse a preparar la cena y tratar de distraerme, pues cada vez que recuerdo a Withey.. las ganas de llorar me invaden y se atoran en mi garganta.

El abuelo y mamá dicen que es mejor dejarlo a el cuidado de el veterinario para que mejore pero.. me es imposible no pensar en que él se sienta abandonado nuevamente.

(Mi pequeño Withey*...)

- ¡Hola Hola! - la voz de Ihan me saco de mis pensamientos y voltee a verlo, encontrando a Brad junto a él. - Llegamos justo a tiempo y trajimos postre.

- Aún no hemos cenado para comer postre. - respondí con una sonrisa, oyendolo reír.

- Se que no, por ello es que vinimos para cenar con ustedes.

- ¿Como estás Yuli? - preguntó Brad, mientras me daba un abrazo.

- Estoy bien, en lo que se puede. - Respondí, bajando mi mirada.

- Supe por Georg que Withey tuvo que ser ingresado por dos días. - Dijo Ihan y lo vi. - No tienes de que preocuparte, es uno de los mejores veterinarios que puede tener ésta ciudad.

- No comprendo como es que conoces a todo el mundo. - Respondí, oyendo una carcajada de su parte.

- Corazón, todos los amigos de Max, son mis amigos. - Contestó y asentí, parecía ser así. - En fin, donde está ese pedazo de..

- ¡Hey! - interrumpió Max mientras se dirigía con rapidez a él y lo abrazaba por sus hombros con bastante fuerza. - ¿Pedazo de que?

- Pedazo de buen hombre, nunca me dejas terminar. - Respondió Ihan y reímos juntos.

*Luego de una agradable charla entre los cuatro, termine de preparar la cena y acomodar la mesa con la ayuda de Brad, quien amablemente acepto quedarse a hacerme compañía ya que Max y Ihan solo hablaban de trabajo.

Una vez todos acomodados, nos dispusimos a disfrutar de la agradable y deliciosa cena*.

- No puedo creer que le hayas regalado un indefenso animalito a esa bruja. - Dijo Ihan con molestia. - No se merecía absolutamente nada.

- Ni siquiera sabía que estaba siendome infiel. - respondió Max en su defensa. - Aparte de ello, tu bien sabes que soy un hombre detallista.

- Lo sé, lo comprendo pero.. ¿Jamas se te paso por la cabeza que esa mujer era una oportunista he interesada? - volvió a preguntar Ihan y sonreí. ("No puedo creer que estén hablando de esto.")

- Lo pensé en su momento, pero no quería creerlo.

- Dime Yuli, ¿que tal tú con Stevan? ¿Tambien era un hombre detallista? - Preguntó Brad y comprendí por que lado venía esto.

- Bueno pues, pese a que fue un patan infiel.. puedo decir que también era detallista, me llevaba obsequios a mi trabajo y me buscaba cada vez que salía. - Respondí y vi a Brad sonreir mientras que Max fruncia su ceño. - Claro, cabe aclarar también que cuando ganaba uno de mis juiciosos, siempre estaba ahí para llevarme a celebrar luego.

- No puedo creerlo. - Dijo Max con molestia. - Hablas de él como si fuera un príncipe de ensueños.

- Y tú hablas de esa mujer como si fuera la princesa Fiona. - Respondió Brad. - Si no quieres que tu esposa hable de su ex, entonces tampoco hagas eso, porque tu mismo puedes sentir lo que tu pareja siente al oírte hablar de esa arpía.- Añadió.

- Solo estaba respondiendo a lo que Ihan me decía, no lo hice con doble intención. - Respondió Max.

- Pues es que no importa quien sea el tarado que te haga preguntas o te incentive a hablar de tu pasado, debes de ser inteligente y cortar la conversación rapidamente. - Agregó Brad y lo vi con sorpresa, parece haberle afectado esto. - ¿vez? por tontos como tú y imbéciles como él, las relaciones llegan a tener conflictos.

- Yo.. tienes razón. - Dijo Max para luego verme. - En verdad lo siento cariño, no fueron mis intenciones.

- No te preocupes, dejemos éste tema aquí. - Respondí tomando su mano.- ¿Que tal si comemos el postre? - Propuse al ver a Ihan y Brad verse de mala manera.

- Necesito un poco de aire. - Dijo Brad, para luego ponerse de pie y caminar en direccion a el jardín.

- Pues yo si quiero postre. - Contestó Ihan y lo vi de mala manera.

- Eres un verdadero tonto.- Dije molesta para luego tirar el trapo sobre la mesa y seguir a Brad.

*Creo que algo malo pasó entre ellos, pues la forma en la que se veían decía mas que cualquier palabra.

¿ Será que el tonto de Ihan le hizo algo como esto? ¿O que tal si le fue infiel y por ello esa reaccion?

La verdad es que no lo sé, pero me preocupa mucho que ambos terminen de ésta manera*.

- Brad. - Dije al llegar donde él. - ¿Que fue..?

- No lo es. - Me interrumpió y lo vi con confusión. - Y no sabe de que forma decírselos, por ello aún sigue con su actuación.

- ¿De que hablas? - pregunté intrigada mientras me sentaba a su lado.

- Hablo de que Ihan les mintió, él no es Gay. - Respondió y mis ojos se abrieron a mas no poder. (¿¡Como de que no lo es!? ¿¡porque mentirnos!?) - Fuimos amigos desde muy pequeños y nos conocíamos bastante bien. - Agregó mientras limpiaba sus lágrimas. - Por ello es que cuando metió la pata al decirle a Max que era Gay, me buscó pidiendo ayuda, para que me hiciera pasar por su pareja. - Añadió y no supe que decir. - Al principio me negué porque tenía sentimientos por él, siempre los tuve y él lo sabía. - Sonrie. - Por ello me prometio intentarlo, sacarse la duda de si también se sentía atraído por el mismo sexo o prefería el opuesto. - Suspira. - Pero ya no aguanto más, en cada una de nuestras conversaciones siempre formaba parte su ex, hablaba sobre todo lo que hacian juntos o lo que soñó hacer con ella y.. Ahora que apareció nuevamente, él le pidió matrimonio. - Me ve. - Y no te das una idea de cuanto duele.

- Puedo imaginarlo. - respondí, para luego abrazarlo y permitirle llorar en mis brazos.

- Rompió todas mis ilusiones y me usó hasta que todo ya estuviera mejor, ahora que ya no le sirvo.. me trae aquí para que lo defienda de ustedes cuando les diga la verdad de todo. - agregó y apreté mis puños. - Pero ya es suficiente, ya no puedo dejar que me pisotee o que haga de mi lo que quiera, puedo quererlo, puedo llorarlo, pero ya no más.

- Nunca tienes que permitir que jueguen de esa manera contigo, sin importar quien sea o lo que sientas por esa persona, tú tienes un valor y tienes que darte a respetar.- contesté para luego extenderle mi mano. - Vamos, es momento de cerrar éste horrible ciclo de tu vida y empezar con algo mejor, algo que te haga feliz.

Lo dudó por un momento, pero al final, terminó tomando mi mano y poniéndose de pie.

- Yulia, no quiero que esto sea el fin de nuestra amistad, tú y Max realmente me hicieron sentir especial pese a mi eleccion y.. no sabes cuanto siento el haberles mentido durante éste tiempo. - comentó y sonreí para luego abrazarlo.

- Siempre serás mi amigo, nada de lo sucedido cambiará lo que tenemos. - Respondí para luego tomarlo de sus hombros. - Ahora, Digamosle la verdad a Max y riamos al ver como golpea al tonto de Ihan.

- Eso si me gusta. - Respondió con una sonrisa.

Caminamos nuevamente a la puerta y sonreí *al saber que después de todo, esas palabras que le he dicho fueron una leccion para mi misma, fue lo que me hizo más fuerte luego de una infidelidad y lo que me otorgó una oportunidad con el maravilloso hombre que tengo como esposo.

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("Creo firmemente que casi todo es cuestión de actitud.

No se trata de lo que ocurre, sino de como lo afrontamos.") -Anónimo.

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