Felipe me miraba mientras esperaba a que subiera al auto, la brisa fría de la noche hizo que mi cabello comenzará a moverse de un lado a otro mientras observaba el rostro serio de Felipe, al parecer se había vuelto alguien impaciente, pues, se veía lo fastidiado que estaba por tener que esperar.
—¿Entonces? –Preguntó Felipe con cierta incertidumbre– ¿Subirás o no?
—No creo que nos debería hacerlo, eres mi jefe y es algo inadecuado.
—Te estoy ofreciendo un aventón no matrimonio, solo sube.
La voz de Felipe sonaba no enojada, sino muy demandante y dominante, solté un largo suspiro y entre en el auto, de todos modos él no se iba a calmar hasta que subiera o le hiciera caso.
—Listo, mi dirección es…
—Ya sé donde vives, en tu información personal estaba tu dirección, pero lo que no sé es si es tu dirección actual o no.
—Si, esa es mi dirección actual.
Hubo un largo e incómodo silencio, sabía que como mi jefe era más que obvio que revisaría mi información personal, pero era sumamente extraño que recordará mi dirección.
—¿Antes eras enfermero, verdad?
—Sí, pero aunque me iba bien, no era lo que quería, supongo.
—Tienes una voz magnífica, entiendo la razón por la que no querías seguir siendo enfermero, aunque si puedo ser un poco sincero, eres demasiado ingenuo.
—Me lo han dicho mucho, pero es solo que no puedo ser una mala persona, mi madre murió cuando nací y mi padre siempre estuvo enfermo, esa fue la razón por la que fui enfermero, porque honestamente no tenía dinero suficiente como para estudiar medicina, mucho menos tiempo.
Mi voz sonaba triste y apagada, el auto había parado en un semáforo en rojo y de repente sentí la fría mano de Felipe acariciar mi rostro, su mirada era cálida, mi cuerpo se estremeció al sentir la intensa mirada de este sobre mí.
—Eres una persona muy buena, me sorprende lo mucho que has hecho por ti mismo.
Mis mejillas se sonrojaron, no pude evitar escuchar los fuertes latidos de mi corazón y me aparte de forma brusca mirando a la ventana en un patético intento de esconder mi rostro.
Felipe se alejó y volvió a conducir, cuando lo vi de reojo note que su rostro seguía relajado y tenía una leve sonrisa en sus labios.
—Creí que eras una persona más distante.
Mis palabras sorprendieron un poco a Felipe, sin embargo, me contestó de forma amable.
—Lo soy –dijo sin quitar la vista del camino– pero tú eres alguien interesante y has logrado capturar mi atención.
—No digas tales cosas, solo soy un empleado, ni siquiera me conoces.
—Te conozco más de lo que parece Lucas, aunque no entiendo tu forma de pensar o actuar.
—Lo dice alguien como tú, nadie sabe lo que piensas, todos los empleados se miden al hablar contigo por miedo a ofenderte.
—¿Es malo? –Una pequeña risa salió de los labios de Felipe el cual seguía mirando de forma atenta el camino– No me interesa relacionarme con esas personas, tampoco quiero que me conozcan, solo me buscan para lamer mis zapatos, tú eres distinto a ellos.
—No me interesa nada alrededor de ti, pero no creo que todas las personas a tu alrededor o al menos todos los empleados te quieran lamer los zapatos.
—No importa, además… –Felipe se acercó a mi rostro de forma lenta, era como si lo hiciera a propósito– No creo que estés totalmente desinteresado.
Felipe estaba tan cerca que podía sentir su respiración en mi rostro, su aliento revelaba un suave olor a chocolate, estaba nervioso y mi corazón latía con fuerza, fue una terrible idea haber aceptado ese aventón, no podía exponer mi inquietud y nerviosismo, pero estaba seguro de que mi rostro me delataba.
—¿Estás alucinando? –Dije intentando pretender seriedad– claro que no estoy interesado en lo más mínimo en ti, no eres alguien tan interesante.
—Hieres mis sentimientos –Felipe soltó una risa, estaba riendo mucho y siendo muy amable, era extraño– bueno, creí que era alguien interesante, pero veo que no es así.
Felipe se estacionó frente a mi departamento, fue agradable estar cerca de él otra vez, aunque lo mire antes de bajar del auto y al parecer estaba esperando algo.
Felipe bajo del auto y se paró frente a mí, al parecer quería hacer algo, pero no sabía que era lo que quería, de repente se acercó a mí y me beso, estaba tan sorprendido que lo empuje lejos de mí.
—¿Qué te pasa? –estaba sonrojado y nervioso, no quería mirar a Felipe a los ojos, me sentía extraño– no vuelvas a hacer algo así.
Cuando levante mi mirada Felipe tenía una sonrisa pícara en su rostro y no se veía ni un poco arrepentido, acaricio mi rostro y me obligo a verlo sin apartar mi mirada.
—Al parecer eres muy consciente de mí, mucho más de lo que crees, nos vemos mañana.
Felipe subió a su auto y se fue, pasé mucho rato parado frente a la entrada, mi cerebro estaba intentando procesar lo que estaba pasando, la actitud de Felipe era muy confusa, pero… ¿Por qué el beso?
Cuando entre a mi departamento me deslice por la puerta hasta sentarme en el suelo, mi corazón latía rápido, mis mejillas ardían y mi mente estaba nublada, estaba demasiado confundido ¿Qué acababa de pasar?
Miré mi teléfono y tenía un mensaje de un número desconocido, «Me gusto el beso, pero no tienes mi número, deberías guardarlo», ni siquiera dijo su nombre, pero no debía rebuscar mucho en mi mente para saber que era Felipe.
Tal vez estaba interesado en mí, pero ¿Cómo era posible?, todo se sentía demasiado extraño, acababa de ser besado, además de que había sido con Felipe mi jefe menor que yo y además alguien a quien antes nunca le importo mi existencia.
Intenté ignorar mis pensamientos e irme a dormir, el día siguiente tenía muchas cosas por hacer, no podía seguir pensando en eso y mucho menos en Felipe… ¿con qué cara lo vería? Deseaba desaparecer del mundo y ya.
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Comments
Me encanta Felipe
2023-01-23
0
Danna
Ahhhhhhhhhhhhhh
2023-01-22
0
Danna
Me encanta Felipe
2023-01-22
0