Regaños

Después de que Daniel comenzará a llorar, quizá por vergüenza o por haber sido descubierto, Carlos, el productor el cual se llamaba Peter y yo salimos a esperar frente a la oficina, pues, Felipe se quedó un largo rato regañando a Tiara y Daniel.

—Escuché que Tiara es una muy buena amiga de Daniel –dejó Carlos mientras se sentaba junto a Peter– por eso accedió a ayudarlo y borró tu canción sin dejar rastro alguno.

—Eso tiene sentido, pues, al principio ella se ofreció para trabajar contigo, se me hizo raro que cambiará de opinión tan rápido –objeto Peter mientras me miraba– pero se metió en problemas por eso, Felipe está muy enojado, nunca lo había visto tan furioso.

Ya que lo pensaba, yo tampoco lo había visto tan enojado antes, aunque ahora eran temas de trabajo, por lo que debía cuidar minuciosamente cada cosa que pasaba.

—No entiendo la razón del odio injustificado de Daniel.

—No te odia –Recalco rápidamente Peter– te puedo decir que nunca se desquite de tal manera con nadie, solo hacía bromas o le quitaba los contratos con marcas o comerciales a los nuevos, pero contigo fue diferente porque te toma en cuenta como un igual. Me explico de forma diferente, él cree que puedes quitarle su puesto, mientras más potencial tengas, él querrá eliminarte de forma más inmediata.

—¿Por qué nadie había hecho nada hasta ahora?

—Simplemente, porque nadie quería perderlo o que hablara mal sobre la empresa, tampoco había pasado algo así, pero en este último año, a pasado por tres empresas diferentes hasta llegar a esta disquera, al parecer es tan problemático que nadie quiere mantener un contrato con él. Por lo visto no tiene la capacidad de hacer música de forma independiente y ni siquiera sus managers lo soportan, cambia de manager de cuatro a seis meses, parece que quiere permanecer en este lugar a toda costa.

—Eso no es mi problema, tampoco me importa que por su asquerosa actitud nadie quiera soportarlo, pues, yo tampoco quiero hacerlo y no tengo que lidiar con alguien como él.

Antes de seguir hablando Tiara y Daniel salieron de la oficina de Felipe, ambos con la cabeza agachada.

—Felipe quiere hablar contigo Lucas –Dijo Tiara para después continuar con su camino– de todos modos, lamento los problemas ocasionados.

No le respondí a Tiara y entré a la oficina, me senté frente a Felipe y este me miraba con un rostro serio y un poco enojado.

—La verdad no te entiendo Lucas, no puedes ser así de compasivo en este medio, si sigues siendo así te destruirán y no quedará nada de ti, si casualmente Daniel vuelve a actuar, hará algo peor y es un experto en poner a los medios de su lado y voltear la situación.

—Ya tengo pruebas contra él.

—¿Crees que eso será suficiente? Si dejas que pase el tiempo esas pruebas serán basura, pues, la gente dirá que son falsas, los fans de Daniel te van a masacrar.

—No entiendo en qué podría afectarle eso a usted joven Felipe.

—Tu imagen está a cargo de mi disquera, no puedes arriesgarte a nada.

—Sé cuidarme perfectamente, no necesito regaños como si fuese un niño, no haré nada que afecte a esta empresa, pero tampoco quiero tener problemas con mis compañeros. No estaba dispuesto a entrar en medio de un escándalo, sería tachado como alguien novato u problemático, a penas estoy siendo aceptado por más gente y estoy reuniendo nuevos seguidores, ni voy a arriesgar lo que he logrado.

—¿Crees que no puedo asegurarte fama? Si estás aquí es porque tienes talento y este lugar te hará una estrella, si quieres dejar de ser subestimado y pisoteado debes actuar también, no esperes que la justicia se imparta sola. En el mundo real la justicia no siempre triunfa, existen muchas más personas como Daniel que hacen todo por su propio bien, pero hay personas peores que él.

—Lo sé, pero ya le diste un castigo, ¿Fui llamado solo para ser regañado por no tomar venganza? No creo que perdieras tu tiempo de esa manera, es algo infantil.

Sobrepase los límites, Felipe siempre odio la palabra infantil, antes la usaba solo para herirlo, pero esta vez no reacciono, actuó como si no hubiese dicho nada.

—Si no escucharas mi consejo vete, mañana tienes una sesión de fotos, arregle eso y un comercial, debes empezar a mostrar tu cara si quieres triunfar.

—Gracias por su apoyo.

Felipe no respondió y solo me ignoró mientras miraba los documentos sobre su escritorio, ¿En qué momento se volvió alguien tan profesional? Se veía tan diferente, incluso su personalidad había cambiado, sus reacciones no eran las mismas y su mirada siempre era firme y sería.

Salí de la oficina y fui hasta donde estaba Carlos, le conté sobre la sesión de fotos y el comercial.

—Es extraño.

—¿Qué es extraño?

—Nunca fui notificado, normalmente las propuestas pasan a mis manos y yo debo enseñarte las mejores propuestas y tú debes escoger.

—Tal vez es porque soy nuevo, este lugar es conocido por tener una gran influencia en los consumidores con cada maniobra de marketing.

—Si, eso supongo, aunque nunca has hecho ningún tipo de publicidad, espero que todo salga bien.

—Mientras nadie vuelva a odiarme todo estará bien.

Al salir de la disquera eran casi las ocho de la noche, Carlos me esperaba en su auto para irnos juntos, pero tuve que subir a la sala de ensayos cuando note que había olvidado mi teléfono.

Cuando el ascensor se abrió vi a Felipe parado frente a mí con mi teléfono en sus manos.

—¿Es tuyo? –Preguntó con una sonrisa– pasaba por la sala de ensayos y lo vi.

Estaba sorprendido, ¿Cómo lo encontró? Recuerdo haberlo dejado sobre una repisa alta.

—Si es mío, pero estaba…

—Sobre la repisa, pero tampoco guardaron los instrumentos, tuve que guardar todo y siendo honesto tu teléfono se cayó, al menos no se rompió.

—Bueno –Me entregó mi teléfono y entro en el ascensor– vamos.

Presione el botón para ir a la planta baja, estaba tan incómodo, Felipe tenía una sonrisa en su rostro, ¿sufre bipolaridad? Horas antes estaba enojado y ahora sonreía como estúpido, mis nervios estaban de punta y para colmo tuve que mirar los botones del ascensor hasta llegar a la planta baja.

Casi como un espejismo la sonrisa del rostro de Felipe desapareció cuando la puerta del ascensor se abrió, Felipe era un total enigma, minutos antes fue amable conmigo, pero al salir del ascensor no se despidió y salió directamente hasta su auto.

Un poco desconcertado salí y fui hasta el auto donde Carlos todavía me esperaba, el día de hoy habían pasado muchas cosas extrañas.

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Comments

¿Y por eso Lucas tiene que pagar los platos rotos?

2023-01-23

1

Azuseth

Azuseth

Bueno, yo hubiese tomado represalias, por eso creo que soy muy rencorosa

2023-01-18

0

Azuseth

Azuseth

No seas pendejo, da una excusa mejor

2023-01-18

0

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