—¿Por qué tu cara se ve tan lúgubre Felipe? –Preguntó Andrew mirando fijamente el amargo rostro de Felipe– entiendo que estés triste, pero quita esa cara.
—No quiero hablar sobre eso –Respondí con un tono indiferente– Hoy iré a completar mi solicitud en la universidad.
—No veo la necesidad de transferirte de universidad, te gustaba mucho tu universidad, no sé la razón de tu repentino cambio de opinión.
—Estamos solo tú y yo, al menos deberíamos acompañarnos el uno al otro.
—Felipe, soy tu tío, te conozco desde que llegaste al mundo ¿Crees que me creeré eso?, adoras la tranquilidad y prefieres estar solo, se sincero y dime ¿cuál es la verdadera razón del cambio repentino?
—No es nada –Dije indignado intentando ocultar mi nerviosismo– si no me crees está bien, no te seguiré la corriente.
—Si, lo que digas, ya me voy, espero te vaya bien.
—Si, lo mismo.
Cuando mi tío se fue comencé a buscar con la mirada Ana, como quisiera saber su nombre real, pero ella se niega a decírmelo, busque por toda la casa, pero no encontré nada, desde el día de ayer no la veía ¿Dónde se habrá metido?
Cuando me canse de buscarla subí hasta mi habitación y decidí tomar una ducha para alistarme, mientras pasaba una toalla por mi cabello miré por la ventana, el jardín donde antes estaba mi abuelo la mayor parte del día ahora se veía vacío.
¿Qué sentido tenía seguir viviendo en esa casa? No quedaba nadie de su familia, una casa tan grande era inútil cuando solo podía ser habitada por dos personas.
Cuando termine de secar mi cabello me miré frente al espejo y suspire, no puedo vivir negando lo que siento o mintiendo sobre mis problemas, pero no tengo a nadie en quien apoyarme, mi tío tiene cosas que hacer mucho más importantes que yo.
Por un momento paso por mi mente el rostro de aquella impostora, siempre que la molesto me responde y se enoja, no puedo negar que es linda, pero debo abstenerme de pensar en ella.
Luego de vestirme tome las llaves de mi auto y me encamine a la universidad, no estaba mal y no que me gustará estudiar en otro lugar, sino que desde pequeño me acostumbré a mi mismo a luchar y sobrellevar las cosas solo.
La universidad no estaba mal, en realidad revisé cada detalle e incluso sus profesores son buenos, aunque al principio le dije a mi tío que la universidad de esta ciudad no estaba al nivel de la universidad a la que asistía.
El director me recibió de forma amable y aunque el proceso de traslado fue tedioso, sin contar la cantidad de documentos de por medio y permisos firmados que necesite, en cuestión de semanas podría integrarme a las clases de forma normal.
Cuando regrese a casa mi tío no había llegado, miré mi reloj y eran más cinco de la tarde, debía estar trabajando, inconscientemente busque con mi mirada a Ana, pero no la encontré por ninguna parte, ¿Dónde estaba? Por primera vez me sentí desconcertado al no encontrar a alguien.
Me dispuse a buscarla, pero no estaba en su habitación o el jardín, le pregunté a varios empleados, pero ninguno pudo darme una buena respuesta, las personas no solo desaparecen y ya.
Mi teléfono comenzó a vibrar, era uno de mis amigos haciéndome una invitación para ir a una fiesta y beber, sabía que lo que había dicho Ana era verdad, estas personas solo me buscaban para beber, no eran mis amigos y no contaba con ellos para nada.
Esas personas jamás me ayudarían o tendrían una mano, pero la verdad no me importaba, eran compañeros de fiesta o bebidas, sin embargo, el día de hoy no tengo ganas de beber o ir a algún lado con ellos, me siento fuertemente agobiado y no estoy de muy buen humor.
Solté un suspiro y me senté en el sofá, la verdadera razón por la que me cambie de universidad fue para pasar más tiempo con Ana, pronto dejara de vivir en la Mansión, pero podemos seguir siendo amigos.
Era una persona sincera que se preocupaba por los demás, pero no sé deja cegar por su buena voluntad, hay algo en su Sonrisa que llama mucho la atención, pero no sé que es realmente.
Esos pensamientos hicieron que mi corazón se sintiera amargo, pues, el protagonista de mis pensamientos no estaba por ninguna parte y mi mejor don no es la paciencia definitivamente.
Me levanté del sofá con frustración y decidí caminar por el jardín, el olor a humedad y plantas me hizo relajar un poco, me dolía mucho estar en el jardín, era el lugar favorito de mi abuelo, el mejor que nadie cuido las plantas por años y amaba pasar las tardes cerca de las rosas.
Cuando volví a ver mi reloj eran casi las seis y una clara indicación de eso era que el sol estaba empezando a ocultarse, entre y las sirvientas me preguntaron si deseaba cenar asentí y espere por la comida, después de comer y tener un buen rato de flojera llego mi tío aflojando con brusquedad su corbata, era más que evidente su cansancio.
Mi tío me miró y sonrió, soltó un pequeño y breve suspiro y decidió saludarme.
—Buenas noches, hoy llegué un poco tarde, pero nada fuera de lo normal.
—Buenas noches, está bien, pero… desde la mañana hay algo que quiero preguntarte.
—Primero dime como te fue en la universidad y después puedes preguntarme lo que desees.
—Bueno, me fue bien, fue un proceso tedioso, pero en cuestión de diez a quince días podré ir regularmente a la universidad.
—Me parece excelente, creí que necesitarías ayuda para buscar documentos o ir a la universidad y ayudarte, pero eres alguien muy eficiente.
—Gracias –Sonreí mientras lo miraba– pero solo quería preguntarte ¿Dónde está Ana?
—Se fue, su trabajo ya terminó y ya le pagué, fue muy difícil hacer que aceptara el dinero, pues, no quería recibirlo.
—¿Se fue? ¿Dónde está? –La desesperación en mi voz era muy evidente, pero no lo suficiente como para que mi tío la notara– ¿Sabes dónde vive?
—Tranquilo, aunque sepa donde vive, le pagué hace dos días, dijo que se iría de viaje, pero no me dijo hacia dónde.
—¿Irse de viaje? Ni siquiera se despidió.
Mi tío me dedico una mirada llena de tristeza, al parecer noto mi interés, pero no había nada por hacer, antes de que pudiese decirme algo subí a mi habitación, no lo podía creer, se fue, nunca me dijo su nombre o se dignó a siquiera despedirse.
Estaba tan desconcertado que ni siquiera yo mismo podía creerlo, mire mi teléfono y había mensajes para ir a beber, apague mi teléfono, pero al estar desesperado lo lance contra la pared, mientras estaba acostado en mi cama vi como se rompía la pantalla de mi teléfono al caer.
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Updated 23 Episodes
Comments
Pipi
y pensar que le dice eso aún hombre
2024-01-07
2
Pero que pecado cometió el teléfono amigo?
2023-01-23
0
Ya ni debe estar allí
2023-01-23
0