—¿Por qué no contestas? –Preguntó Felipe con un tono irritado– ¿Estás ignorándome apropósito?
—Al fin entendiste, deberías respetarme al menos como tu mayor, además te voy a ignorar cada vez que me hables de forma grosera.
—¿Mayor? ¿Qué edad tienes? –Pregunto con cierta incertidumbre– te ves menor que yo.
—Tengo veintitrés años, debes respetarme mínimo como alguien mayor que tú.
—No importa tu edad, sigues siendo una empleada –dijo Felipe mientras su rostro seguía sorprendido, realmente era malo para esconder sus emociones– bueno, no te pareces en nada a ella, no sé qué haces aquí.
—Tal vez tienes problemas en la vista y en el cerebro, tal vez por eso dices tantas estupideces.
—¿Qué podría decir de una mujer errática como tú?
—No lo sé, tampoco me quedaré a escucharlo.
Me levante y camine hasta la salida, tuve que detenerme al escuchar la voz de Felipe.
—¿A dónde vas?
—A la casa de un amigo.
—No puedes llegar a más de las diez –dijo esas palabras con un tono algo molesto– sino te quedarás afuera.
—Lo sé, yo puse esa regla ¿Lo olvidas?
Después de salir no pude evitar pasar por mi casa y cambiarme, no podía ir a ver a mi amigo de tal forma, después de llegar a la cafetería, Carlos estaba atendiendo un par de mesas y sonrió al verme.
—Hace días no te veía.
—La verdad, he estado muy ocupado.
—Siéntate, mi hora libre empieza en un rato.
—Está bien –Sonreí mientras miraba que mesa era más conveniente– Oh, estoy cansado.
–Deberías decir “Cansada”.
—No es divertido.
—Si lo es.
—Lo que sea.
Deje a Carlos y fui a una mesa cerca de las ventanas, rato después Carlos me trajo un café junto a un pedazo de pastel y se sentó frente a mí.
—¿No comerás nada? –Pregunté mientras lo miraba un poco curioso– aunque estás gordo, no deberías comer.
—No quiero, estoy cansado de comer tanto dulce, trabajar en esta cafetería es contraproducente, además, mi figura está bien tonificada, por algo voy al gimnasio todas las noches al menos dos horas.
—Si ya entendí señor buen cuerpo.
—Deberías dejar de burlarte tanto de las personas.
—No gracias.
Carlos suspiró y me miró fijamente, el mejor que nadie sabe que me encanta ser sarcástico y buscarle humor a todo tipo de situaciones.
—Es imposible enojarme contigo, ahora, deberías comenzar a decirme sobre lo que te está pasando en ti trabajo.
—Todo va bien, pero… me he empezado a encariñar con el señor Antonio, el anciano… sé lo que pasará, no puedo seguir así, pero cada vez que lo pienso es doloroso, si yo me siento así, ¿Cómo ha de sentirse su familia?
—Es algo duro y no es sencillo, por eso te dije que no te fueras a involucrar con ese problema o esa familia, pero tú todo lo tomas a modo de chiste.
—No es mi culpa, además soy de sentimientos débiles, pero no esperaba que la situación tomara ese curso.
—Lo sé, además eso no se llaman sentimientos débiles, se llama ser estúpido.
—No me insultes –puse mala cara– me basta y me sobra con el nieto de Antonio, mi supuesto “primo”, ese idiota vive siendo sarcástico, me odia solo por aceptar el trato con su tío, no es mi culpa que él no quiera aceptarme en su vida. Ni siquiera quiero agradarle, pero es que mientras peor le caigo, peor es nuestro trato y más difícil es mi vida.
—Me sorprende que encontraras a alguien más fastidioso que tú.
—Me insultas, ¿Fastidioso? ¿Yo?, aun si fuera cierto, me adoras y no puedes vivir sin mí.
—Si como sea, tal vez le gustes.
—¿Yo? ¿Gustarle a Felipe? ¿Estás loco?, por más que me travista no creo verme como una mujer atractiva.
—Bueno… no te ves tan mal.
—No digas idioteces, solo es un adolescente caprichoso, bueno, técnicamente es un adulto, pero se comporta como un adolescente enojado con uno de sus amigos.
—No le prestes atención.
—No es nada fácil, en serio es difícil ignorarlo, cada vez que lo hago se vuelve intenso y quiero dejarlo inconsciente después de golpearlo con un jarrón.
—No lo hagas, tal vez si le gustes y este intentando llamar tu atención. Dale atención y las cosas serán más fáciles.
—Sigue diciendo estupideces y te lanzaré mi taza de café.
—Tranquilo, tranquilo, no hagas eso, ya dejaré de burlarme de ti.
Hablamos por casi una hora y me despedí, primero tuve que pasar por mi departamento y volver a disfrazarme, de camino a la Mansión solo observe por la ventana del autobús en el que iba.
No pude evitar ponerme a pensar en todas las cosas que rondaban por mi mente, en realidad estaba en medio de una locura, además de que al señor Antonio no le quedaban más que unos meses de vida, me rompía el corazón verlo ser tan amable conmigo.
Además de que Felipe se había convertido en un dolor de muelas constante y fastidioso.
Cuando entre en la Mansión Felipe estaba sentado en el sofá con cara de pocos amigos, al verme soltó un largo suspiro y se dispuso a hablar.
—No tardaste mucho, ¿Estás segura de haber ido a ver a un amigo?
—¿Por qué estás tan interesado en eso? Soy lo suficientemente grande como para cuidarme sola y además solo fui a tomar un café con un amigo, no necesito estar toda la noche fuera para disfrutar.
—No estoy interesado para nada en eso, además mi abuelo estuvo preguntando por ti, por eso estaba preocupado.
—Eres muy fastidioso, eres solo un adolescente caprichoso, no entiendo ¿Cómo te soportan otras personas?
—Para tu información tengo muchos amigos.
—Amigos que solo ves en fiestas, no me importa la verdad, solo no te metas en mi vida o mis problemas, no necesito que nadie me cuide.
—Tampoco quiero cuidarte, eres solo una muerta de hambre que finge ser otra persona por dinero, no necesitas ser humillada o minimizada cuando tú misma lo hiciste.
Ese si fue un golpe bajo, me acerque a él di un fuerte golpe en el rostro.
—¿Con qué cara me hablas así? ¿Dinero? Te recuerdo que eres un mantenido, nada de lo que tienes es tuyo, todo fue comprado o hecho con el sudor de alguien más, ojalá nunca necesitas trabajar para sobrevivir.
Ni siquiera sé cuál fue su reacción, pues, me fui directamente a mi habitación y no pude evitar llorar, la verdad si me hizo sentir mal con sus palabras. ¿Creyó que no sabía lo que hacía? Yo mejor que nadie sé que lo que hice era incorrecto, forme una mentira y estaba viendo en primera persona como un anciano era feliz con una farsa bien planeada.
Pero esa no era razón suficiente como para seguir recibiendo un trato de un mocoso que nunca había luchado por nada, que nunca se había esforzado o había sufrido problemas reales.
Es imposible no sufrir, pero alguien como Felipe no conocía el esfuerzo diario que hacen las personas asalariadas por protegerse a sí mismas o incluso para mantener a sus familiares, a veces sin saber si al día siguiente podrían poner pan en la mesa.
Odio a las personas como Felipe, pero por alguna razón no puedo odiarlo, porque se que en el fondo a veces se arrepiente de lo que dice, pero últimamente es demasiado para mi.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 23 Episodes
Comments
Diana
Se dieron donde duele
2023-01-11
3
Diana
Mi mejor amigo conmigo
2023-01-11
0
Diana
Que te importa
2023-01-11
0