Helen sólo pudo comer lo que le habían traído gracias a la adolescente que la ayudó amablemente. Con sus manos amarradas, se sintió tan avergonzada de ser alimentada por una adolescente que tenía una sonrisa amigable, pero con unos ojos agudos que podría pertenecer a un depredador poniendo nerviosa a Helen.
Si una adolescente creciera con un padre así, no había duda que trataría de adaptarse para no ser una víctima y caer en las manos "misericordiosas" del demonio que tenía de padre. A menos que siempre vivió de esta manera que lo encontró normal, lo cual era lo más probable.
No era de extrañar, y en verdad estaba preocupada por cada niño que vivía con tal padre.
Su estómago se calmó solo un poco, aún sintiendo el borde del hambre que la carcomía en su estómago. Ella no había estado solo un día en este lugar, la droga que le inyectaron en el cuerpo era suficiente para dejarla inconsciente por al menos más de dos días. Y su reloj biológico interno le decía que habían pasado días del momento en que aquel demonio entro en su casa para secuestrarla. Pero no pregunto temiendo que le ocurriera algo, más cuando la adolescente era sin duda una cómplice de su padre.
La adolescente, que luego se había presentado como Aralia "Aria", puso todo en la bandeja con calma dándole una sonrisa a Helen. Ella correspondió la sonrisa dándole una que era un poco tensa, pero que cumplía con su función.
—Volveré después para ayudarte a ir al baño —dijo Aria levantándose lentamente con la bandeja en sus manos.
—Está bien —respondió Helen con suavidad.
Y la vio irse con un leve tarareo que pudo provocarle un poco de escalofrío. Entonces ella se quedó ahí mirando el lugar que no estaba cubierto por la oscuridad, todo tan pulcro que fue un poco chocante con lo que realmente había visto en el lugar.
Su mente pasaba muchas veces lo que pasó sintiendo la bilis en su garganta. No vómito solo para no darle el placer de hacerle saber al otro que la tenía completamente aterrorizada, no cuando parecía ver qué su enfoque "tranquilo" había fascinado y agradado al demonio.
Él estaba acostumbrado a que las mujeres, y quizás hombres, que secuestraba mostrarán miedo a tal punto que aceptaban todo con un sollozo lastimero que podría ocasionar molestias en el demonio a tal punto que podría matar a la persona. Por lo demás, no tenía idea cómo funcionaba más que quedarse callada y mirar todo con un miedo oculto.
¡Y tenía tanto miedo! ¿Cómo no estarlo? Había sido secuestrada por un demonio. Su vida, después de todo no, había sido perfecta y estaba lleno de trabajo para poder vivir, que fue un bache en todo lo que soñó para ella para alcanzar la plenitud y felicidades en su vida
Se dijo que solo era un bache que debía superar, que no estaría aquí por mucho tiempo, aunque no estaba segura si era porque podría salir ilesa o ser asesinada por el demonio que en cualquier momento podría bajar para ver cómo estaba ella.
Aria volvió para ayudarla a ir al baño. Su mirada brillaba porque sabía lo que tenía que hacer para que fuera al baño y eso era soltarle las piernas con las manos, algo que de seguro habrían aprovechado otras personas para escapar viendo que Aria solo era una adolescente que sería sencillo de incapacitar y escapar.
Era un error que ella no cometería cuando vio cómo se comportaba este demonio cuando uno de sus hijos estaba siendo lastimado. Y Aria tenía ese aire de depredadora que sabía más de lo que decía.
Debía ser cautelosa y por el momento aceptar todo lo que le decían hasta un punto, porque su alma no aceptaría todo. Lastimosamente, debía elegir sus batallas con sabiduría y está no era una que ganará, solo llevaría a su propia muerte, una bastante dolorosa por lo que vio.
Sus manos fueron liberadas por Aria. El cuerpo de la adolescente parecía relajado dando una imagen de calma y viéndose vulnerable. No obstante, puntos sutiles en su cuerpo mostraba todo lo contrario y preparada pera una pelea. Una que Helen nunca ganaría.
Guiada al baño, que era una puerta de este lugar, Helen no hizo nada como esperaba Aria. Además, tenía una gran necesidad de ir al baño, algo que se acumuló por días y que la avergonzó un poco.
Aria también se preparó por si era atacada después de que abriera la puerta del baño. Era sorprendente la cantidad de objetos en el baño que se podían utilizar como armas, una prueba sin duda que algunas podían haber caído. Aria se decepcionará con ella porque no era tan estúpida como para tener una muerte segura, que si bien era un tipo de salida, ella no quería aquella salida o la habría tomado hace años.
Volvió al lugar de antes para que sus manos y piernas sean amarradas sin ninguna posibilidad.
La adolescente le dio una mirada, una de esperanza que fue dolorosa de ver.
—Mamá, te dejo descansar, no creo que a papá le guste que te molestemos mucho —comentó Aria con un poco de decepción—. Y tengo que hacer tareas —murmuró bajo, pero Helen la escuchó.
—¿Tarea de colegio? —preguntó Helen suavemente. Aria pareció brillar un poco.
—¡Si! Soy buena en algunas materias, pero historia no es mi fuerte—respondió Aria con los brazos cruzados—. No encuentro el sentido de la historia, ¿De qué sirve si todos lo ignoran de forma conveniente?
—Puedes que tengas razón, pero no todos la ignoran y trata que no se repita, otros buscan la historia detrás de objetos antiguos o cómo vivieron los seres humanos años atrás —indicó Helen hacia Aria que se había quedado en silencio.
Luego, abrió la boca para preguntar:
—¿Sabes de historia?
Una pregunta que desconcertó a Helen.
—Si…se sobre historia —contestó un poco dudosa sin saber a qué conclusión llegó Aria.
—Podrías enseñarme, ninguna de las otras mujeres quiso hacerlo porque su excusa es que no se acordaban de nada —dijo Aria con amargura.
Helen podía creer esa excusa. No recordaba mucho de la materia dada en el colegio, solo lo básico y cuando entró a la universidad tuvo que aprender de nuevo. La historia no fue complicada para ella, eso sí que lo recordaba con sumo detalle porque lo encontró interesante.
—Le diré a papá —comentó Aria con ánimo—. Nos vemos, mamá.
Ella vio como Aria se acercaba a ella para darle un beso en la mejilla y salir de este lugar. Helen nunca vio a una adolescente tan preocupada por sus estudios. No muchos eran así, más preocupados por estar en el celular y "hablar" con sus amigos. Pero no se sorprendió.
El padre, el demonio, buscaba que sus hijos fueran perfectos en todo si él lo era porque podía verlos como una parte de su mismo, por eso era tan sobreprotector y hasta tal vez posesivo.
Debía de tener mucho cuidado como manejaba esto. Por el momento seguro la corriente a su alrededor, incluso si eso debía ser una esposa y madre perfecta.
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