LA CAZA

Enma:

Llegamos fuera del refugio y nos adentramos en el bosque, estaba silencioso y tranquilo, solo se oía el sonido de la brisa rozando las ramas y hojas de los pinos. El bosque me hizo sentir en paz cuando nos adentramos y caminamos un largo rato hasta que el refugio no quedó a la vista.

El amargado de Adam se mantuvo silencio con su rifle de larga distancia en las manos, caminaba adelante, de forma firme y silenciosa. Me mantuve callada ya que según él yo era una habladora. Lo cierto es que me aburría de su silencio, era demasiado callado.

Yo no llevaba armas, me sentía segura aunque la vista del Andante descompuesto, que Adam había asesinado hace días me había quitado la tranquilidad.

Después de mucho caminar llegamos al borde de un barranco. Adam se agachó, quedando completamente acostado boca abajo, hice lo mismo, posicionando mi cuerpo a su lado. Su uniforme moteado de verde hacía camuflaje con el musgo del suelo y el césped.

Abajo había un pequeño arroyo y el sonido del agua corriendo nos rodeo.

Estaba cansada de tener la boca cerrada. Adam observaba por el binocular del arma con su dedo en el gatillo, parecía un francotirador.

Callé un bostezo de nuevo mientras él seguía inmóvil, con su ojo en el binocular y apuntando al arroyo.

— Supongo que nuestra comida debe aparecer en ese arroyo — Susurro.

— Inteligente deducción — Dijo con sarcasmo mientras apartaba el ojo.

— ¿ Cuánto tiempo estaremos aquí?

— Hasta que aparezca el ciervo a beber agua, es el mejor lugar para hallar presas, esto requiere paciencia, por eso te dije que te quedaras.

Solté un suspiro de frustración.

El suelo estaba húmedo, empecé a temblar de frío, no me traje un suéter pero si tomaba uno del armario seguramente él se iba poner en plan agresivo, a duras penas me atreví a tomar camisetas y shorts para dormir pero me sorprendió que no dijera nada y si decía le iba reclamar de que no tenía ropa, toda la dejé en mi apartamento creyendo que regresaría.

Adam siguió concentrado en el arroyo, a él no parecía afectarle la humedad del suelo, con esa chaqueta y chaleco seguramente estaba cálido.

— Tengo frío — Me quejé.

— Pensé que ibas a quedarte callada — Gruñe frustrado mientras aleja el ojo de nuevo y me amedrenta con la mirada.

Me trata como si fuera una niña.

— Pensé que esto sería sencillo — Imite su voz gruesa.

— Haz silencio que me desconcentras.

Observé hacia abajo. No hay nada más que agua y plantas.

— Pero si no hay nada allá abajo.

— Si lo hay, pero si haces ruido no se acercarán jamás ... Para cazar debes acoplarte a la naturaleza, ser silenciosa y quieta, concentrarte y escuchar todo lo que te rodea.

— ¿ Hay algo que no sepas ?

— No.

Uy, es que me provoca darle una patada, es tan difícil.

Después de mucho minuto estoy temblando y con el cuerpo adolorido de tanto estar boca abajo. Uso mis brazos como almohada y apoyo la cabeza.

Adam se mantiene vigilando.

Tengo mucho frío ¿ Y si me acerco para calentarme ? Siento un vacío en el estómago de solo pensar estar cerca de Adam. Jamás he estado tan cerca de él, de ningún hombre que no sea un simple amigo y que me guste, siento el rostro caliente.

¡ Adam me gusta ! ¿ Qué? Adam me gusta. El darme cuenta me hace sentir como una estúpida ¿ Cómo se te ocurre sentir atracción a estás alturas ? Durante toda mi vida solo me gustó un chico una vez en secundaria, pero el muy tonto nunca reparó en mi existencia. No sé fijaba en chicas con gafas que solo tenía como amigos los libros y cuando decidí confesar mis sentimientos se burló de mí, ojalá que sea un Andante podrido asqueroso en estos momentos.

Obviamente sucederá lo mismo con Adam, a él solo le estorbo y le parezco una niña, no necesito que me lo diga para darme cuenta. Jamás lo sabrá, nunca le diré nada. Desconozco hasta que tiempo estaremos juntos, nuestras vidas depende de nuestra supervivencia, pueden limitarse a un día, una semana o meses pero no sabemos hasta cuándo.

Así que no hay espacio para una tontería como sentir atracción.

No me había percatado de cuánto me había acercado mientras pensaba. Sentí su costado cálido y firme junto al mío. Mi corazón se aceleró.

Note como sus hombros se tensaron, aún así mantuvo su atención en el arroyo. Se sentía muy bien, aunque los nervios se me dispararon.

Mis manos sudaban, estaba tan pegada a él que mi rostro quedó a centímetros del suyo.

— ¿ Qué rayos haces? — Gruño, si voz sonó tensa.

Tragué con fuerza.

— Es que tengo frío.

Aparta su atención del arma y me observa. Quedamos frente a frente, mi corazón se aceleró el doble, su rostro estaba a centímetros de tocarme. Sentí su respiración en mi rostro, cálida. Sus pupilas azules me mantuvieron quieta, sin atreverme a respirar.

Bajé mi mirada a su boca, mi estómago sentía un denso vacío.

Subí mi mirada y lo encontré observando mi boca.

El sonido de las aves espantadas volando me hizo volver a la realidad y Adam se apartó de mí de golpe. Las aves salieron asustadas y él se preparó para dar el disparo cuando un ciervo salió saltando al claro del arroyo.

Adam disparó de forma precisa y rápidamente, sólo le bastó un solo disparo para que el ciervo cayera muerto.

Adam se levantó pero rápidamente volvió a agacharse. La aves seguían inquietas y el movimiento y el sonido de las ramas al otro lado del arroyo nos indicó de que el ciervo estaba huyendo de algo.

Dos Andantes aparecieron en el bosque y ambos nos quedamos inmóviles.

— Maldición, no permitiré que me quiten la presa — Gruñó Adam mientras apuntaba a las cabezas de los otros cazadores.

Ambos nos quedamos extrañados cuando los dos Andantes corriendo hacia el ciervo y uno de ellos empujón al otro mientras gruñía.

Los dos empezaron a pelear por la comida como si fueran bestias. Esto era algo extraño.

Uno de ellos saltó sobre el otro y le mordió el cuello, arrancándole un trozo de carne. Escupió la carne y luego mordió de nuevo y de nuevo, hasta que le arrancó la cabeza.

Siguió gruñendo después de asesinar a su compañero y se dirigió al ciervo pero Adam ya se había preparado y le disparó a la cabeza.

El mutante cayó muerto y nos quedamos quietos un momento más.

— Si pelean por la comida eso sólo significa que se está agotando su alimento — Dije y Adam asintió.

— Iré por el ciervo.

Adam se levantó y bajó por el borde del barranco.

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