Amei: Bueno, nosotros ya nos vamos. Siéntanse como en su casa ¿vale? ¡Nos vemos mañana!
La menor empujó al mayor hacia la salida y cerró. El joven aún no se reponía de la impresión y Amei lo empujó hasta el auto, abrió la puerta del piloto y lo metió casi a la fuerza. Ella subió al otro lado y cerro.
Amei: ¿Hermano?
El joven reaccionó, no dijo nada y manejó de regreso a casa. Durante el trayecto estuvo pensando una y otra vez en esos tipos raros, sabía que algo no andaba muy bien y su hermanita estaba involucrada con ellos de alguna forma, - Debo saber quién demonios son ellos… como sea… -.
Durante la noche, mientras los demás dormían, Shindra estaba sentada en una banca de madera, a unos metros de la piscina, abrazando sus piernas y contemplando la luna en el reflejo del agua.
Inicia Flash Back
En una tarde soleada, las pequeñas Amei y Shindra pataleaban en la orilla de la piscina, festejaban el cumpleaños número diez de Tafy y la fiesta se había acordado en la casa de verano de la familia de Amei. El lugar estaba adornado con globos de helio de color rosa brillante, con varios mensajes de felicitaciones impresos en todos ellos. La castaña acostumbraba pasar los días con Amei, ya que su familia no era muy unida a ella. También había varias personas jóvenes entre los invitados, entre ellos Takeo, un joven que cursaba la secundaria, popular entre las chicas y muy inteligente. Al momento de comer el pastel, todos se sentaron en la gran mesa, integrada por varias pequeñas mesas, a un lado de Shin se sentó Takeo, quien platicaba con sus amigos que estaban en frente. A la morena siempre le gustaron los pasteles y devoró por completo la rebanada que le había tocado; se quedó con ganas de otro pedazo, pero como la fiesta la había organizado la madre de Karimen, una mujer que nunca la vio con buenos ojos, no se atrevió a repetir.
La ojos azules solo se encogió de hombros y le fue retirado el plato por uno de los meseros que atendían la fiesta. Volteo a ver la mesa donde estaba el gran pastel de chocolate con ralladura de chocolate amargo, aun estaba a la mitad y todos los presentes ya estaban con un pedazo de ese postre, - Si me pudiera comer todo ese pastel… - pensó la niña. Inesperadamente llegó ante ella un plato con un pedazo de pastel, volteó y Takeo le había dado su parte.
Shindra: Pero es tu pedazo…
Takeo: No me gusta el chocolate.
Los ojos de la castaña se iluminaron, le sonrió agradeciéndole y comió con alegría ese pedazo de pastel.
Fin del Flash Back
-¿Será porque ya no me recuerda?- pensó la humana. Se sentó bien en la banca, pero una ligera punzada en su cabeza la sacó de sus pensamientos, tocó su cabeza y respiró profundo.
Leyai: ¿Te pasa algo?
La morena no se dio cuenta en qué momento el mayor se había sentado en la misma banca, en el otro extremo.
Shindra: N-no te escuché llegar.
Leyai: Sigo siendo silencioso…
La chica se giró hacia él apoyando su brazo derecho en el respaldo del asiento.
Shindra: ¿De verdad desaparecieron tus poderes?
Leyai: Si… soy como un humano normal.
Shindra: Pero ¿cómo sucedió?
Leyai: No tengo idea, debo hablar con esa humana para que me diga exactamente que hizo y encontrar una explicación.
Shindra: ¿Por qué dijiste que enviarías a todos a la escuela?
Leyai: Esa señora estaba curiosa con nosotros, si le decía que no iba a seguir indagando.
El mayor tomó un sorbo de agua, la castaña lo notó y se le quedó mirando.
Shindra: ¿E-estas tomando agua… agua clara?
Leyai: Si, fui por agua porque tenía sed.
Shindra: Pero no te gusta el agua…
Leyai: No es que no me guste, el agua me debilita, pero como ahora no tengo, puedo consumirla sin problemas.
Shindra: Ah, vaya…
Leyai: Entremos, debes descansar.
La chica asintió y entraron a la casa. Leyai la dejó frente a una puerta y él entro en la habitación de enfrente. La morena abrió silenciosamente, entró y cerró de la misma forma. La recámara tenía una cama King Size, un pequeño librero, un sillón y dos mesas de noche. Kinto y Cronh, con quienes le tocó compartir la habitación, estaban dormidos en el suelo recargados en la pared, casi juntos, para que ella pudiera dormir en la cama. El acostarse sola en una casa ajena la hacía sentirse apartada, incómoda y solitaria, entonces Shin sacó una manta grande y cubrió a Cronh, después se sentó entre ambos jóvenes y estiró la cobija hasta cubrir a Kinto, se recargó en el maestro y se durmió casi inmediatamente. Al día siguiente Shin se despertó sobre la cama, sin rastro de los otros dos. Sobó un poco su cabeza y se recargó en la cabecera, cuando de pronto entró Amei con mucha alegría, abriendo de portazo la puerta.
Amei: ¡Shin! ¡Buenos días!
La morena bostezó y saludó.
Shindra: Buenos días, Amei…
Su amiga se sentó en la cama y le acercó una bolsa.
Amei: Te traje ropa para que te cambies, también compré ropa para los demás, espero que les quede.
Shindra: Amei… no sé cómo agradecerte…
Amei: ¡No es nada! Cuando estábamos en el mundo de ellos, nos trataron muy bien, nos alimentaron, nos dieron cobijo y ¡hasta turisteamos! ¡Esas fueron las mejores vacaciones de mi vida!
Shindra le sonrió, pero después bajó la cabeza.
Amei: ¿No estás a gusto aquí?
Shindra volvió a mirarla.
Shindra: No es eso, solo que… nadie me recuerda, ¿cierto?
Amei: Mmm… desde que nosotros volvimos aquí, nadie preguntó por ti ni había registro de que alguna vez exististe, como si te hubieran borrado del mapa.
Shindra: Entiendo…
Amei: ¡Pero puedes empezar de nuevo! Ir a la escuela, salir, visitar a Fumiko y a los demás… Hasta que encuentren la manera de volver a su mundo.
El planteamiento era de igual manera a como sus amigos habían lidiado la estancia en el castillo, aprender y tratar de complementarse con la sociedad. Amei la tomó de la mano y la jaló hasta el baño.
Amei: ¡Vamos! Date un baño y aquí te espero para ir a la sala.
Cerró la puerta y esperó. En media hora, la ojos azules salió con un pantalón negro formal, zapatos negros y una blusa rosa con mangas a tres cuartos.
Amei: ¡Te queda muy bien! ¡Ven! Vamos a ver que tal van los chicos.
La tomó de la mano y caminaron hasta la sala. Allí los chicos ya se habían cambiado de ropa y puesto el uniforme que llevaran para la escuela.
Shindra: ¿Los uniformaste?
Amei: Son para la escuela, quise que se probaran eso primero para ver si le atiné a sus tallas, elegí los más grandes.
Los uniformes de pantalón azul oscuro, camisa blanca de manga larga, una corbata y un saco a juego hacían lucir a los jóvenes mas serios y atractivos. Leyai y Natku se acomodaron perfectamente las prendas; Kinto se quitó el saco porque le incomodaba, Cronh no se puso ni el saco ni la corbata; Shun dejó abierto el saco y desalineó la corbata; Theron y Haku no se pusieron la corbata; e Issei no se puso el saco y se subió las mangas.
Shindra: Nunca creí verlos así…
Amei: ¡Les queda de maravilla! Guarden esas ropas para ir a la escuela, ahora ¡pruébense esto!
La chica les mostró unas bolsas con ropa y se las dio a Issei, tomó del brazo a Shin y abrió la entrada.
Amei: Cuando terminen, salgan. Los esperaremos afuera.
Ambas chicas salieron y se acercaron a un auto color azul, de él salieron Fumiko y Kenta, Shin los vio y corrió a abrazarlos.
Shindra: ¡Qué gusto verlos, chicos!
Fumiko: También nos alegra verte, ¡ha pasado tiempo!
Kenta: Amei ya nos explicó como fue que llegaron aquí, esto es de locos.
Shin solo se lamentó haciendo una mueca de disgusto.
Shindra: Los chicos tratarán de adaptarse aquí, así como ustedes lo hicieron allá en su mundo.
Fumiko: ¿Tú crees que sea tan fácil? Tienen un temperamento… algo fuerte y estricto.
Shindra: Lo sé… lo bueno es que Leyai sabe un poco las costumbres de aquí.
Kenta: ¿Él está aquí? ¿No será peligroso?
Shindra: ¡Ese es otro detalle! Lamentablemente no tiene poderes.
Kenta y Fumiko se quedaron boquiabiertos.
Fumiko: ¿Cómo que no tiene poderes? ¿Se volvió humano?
Shindra: No lo sé, es tan complicada su situación…
La castaña se recargó en el carro con la mirada hacia la puerta, para ver el momento en que los demás salgan de la casa.
Kenta: No te preocupes, nosotros los ayudaremos a adaptarse, se los debemos.
Fumiko: ¿Por qué no salen?
Amei: ¡Ah! Les di un cambio de ropa, con las prendas que traían parecían extranjeros. Lo primero que hay que cambiar en ellos es la ropa.
Amei era una fanática de la moda, su familia estaba relacionada con empresas de ropa de marca y su sueño es ser parte de esas compañías. Emocionada se acercó un poco más a la puerta para ser la primera en ver a los maestros y soldados con su nuevo cambio de look. En minutos la puerta se abrió y Leyai asomó la cabeza, un poco avergonzado.
Amei: ¡Vamos, salgan todos! ¡Queremos verlos!
El ojos rojos tragó saliva y salió, su pantalón blanco con su camisa negra hacían juego con sus intensos ojos rojos.
Fumiko: ¡Oh, por Dios! ¡Se ve increíble!
La ojos azules se sorprendió y asintió para darle la razón a su amiga.
Amei: ¡El que sigue! ¡Sin pena!
Natku salió con una camisa blanca y unos jeans oscuros; Shun con camisa azul rey y pantalones negros.
Kenta: Se nota que tienes buen gusto por la ropa, Amei.
Fumiko alzó su pulgar con una sonrisa algo pervertida en su rostro. El siguiente en salir fue Kinto, con una camisa de color chedrón y pantalones negros; Cronh llevaba puesto una camisa marrón con pantalones color hueso.
Fumiko: Les queda el color, ¡tú muy bien, Amei!
Issei llevaba una camisa gris oscura con pantalones negros; Theron tenia puesto una camisa verde esmeralda con pantalones negros; y Haku una camisa color vino con pantalones grises claros. Shin solo volteó a ver otro lado mientras se limpiaba de manera disimulada el ligero sangrado de nariz que había tenido.
Amei: ¡Genial! Les quedó todo perfecto, ahora si podrán hacerse pasar como un humano normal.
Shun: ¿No crees que los colores son muy llamativos?
-Los llamativos son ustedes…- pensó Fumiko admirando a los jóvenes.
Amei: Todos usan esos colores, si les doy ropa de color claro, destacarían más.
Kenta: ¡Que bueno volverlos a ver!
Kenta y Fumiko los saludaron desde lejos mientras se acercaban, los maestros les devolvieron el saludo y los soldados reverenciaron levemente.
Kenta: ¿Solo están ustedes?
Issei: Sí… je.
Fumiko: Entonces, ¿les parece si vamos a pasear? Para que conozcan un poco el lugar.
Leyai: ¿Nos podrían enseñar en donde queda la escuela?
Kinto: ¡¿Otra vez con eso?! No iremos a ese lugar aburrido.
Leyai: Si te demuestro que no es tan aburrido, ¿aceptarás ir?
Kinto: … … ¡Hecho!
Fumiko: Esta bien, les mostraremos las instalaciones del instituto. ¡Andando!
Los humanos se subieron al carro de Kenta mientras que los demás abordaron el vehículo en donde anteriormente fueron traídos. El grupo bajó hasta las puertas de la escuela, un enorme edificio de cinco niveles protegido por un barandal alto de cuatro metros y puertas de reja negra. Kinto lo vio y no se impresionó del todo, en cambio Theron se le hizo inmensa y agradable.
Natku: ¿Aquí es?
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