CALA NEGRA

Claro fue, el plan se llevó de la manera más exitosa posible, pero Dan no estaba listo para lo que había presenciado, una matanza se encargó de acelerar el proceso de la toma de su decisión.

Dan recordó cada detalle y lo narró con sus propias palabras.

-Dan escribe…

Entramos y por fin presencié a una de esas cosas, Effingo Cibum, su rostro era el de un animal, miraba a todos lados como buscando rastros de vida en su entorno, sus 8 ojos negros miraban con claridad todo su frente, pero su parte trasera era su punto ciego, claro que al girar la cabeza este se vuelve visible.

Tenían varias patas, dos largos brazos en los que a veces se apoyaba para correr, como las pinzas de una mantis, solo que con músculos delgados y fuertes, muy ejercitado.

En la parte de su abdomen contaba con dos extremidades extrañas, parecían unos brazos amórficos que parecían manos. Y sus poderosas patas traseras que con el sentido de las de un grillo podían ayudarlo a desplazarse velozmente, aunque con una terminación de cuatro pies por así decirlo, lo que le daría estabilidad incluso si llegase a trepar por obstáculos.

Mi primera impresión de esas cosas había sido toda una aventura, pues tan intimidante como llamativa su hermosa piel de color blanco con líneas amarillas cuál rana venenosa y tonos rojos en las pintas de las patas me hacían verla como una especie bella y terrorífica por esta misma cualidad.

No parecía inteligente pues mucho de su actuar era extraño pero bueno, quien ha visto a un animal de ese tamaño cazar no lo ha contado, así que no hay que dudar de su inteligencia.

La forma en que el mayor de los tres hermanos luchó fue una forma de observar la humanidad que tenemos, las bestias salvajes que somos por naturaleza y la primitiva forma de resolver conflictos, pero en una guerra por la supervivencia, ¿qué es lógico?.

A mitad de la pelea el hermano cayó por unas escaleras tres pisos abajo teniendo tres golpes en cada una de los barandales de las escaleras de cada piso, pero aun así se levantó y asesino a ese evolutivo ser.

El hermano con tal brutalidad tomó a la bestia del cuello y resistiendo su mordida, abrazó el regazo y puso el arma en su boca disparando hacia el esófago. Sangre blanca brotaba de él y su cuerpo emanaba un vapor extraño, la bestia cayó y murió después de correr sin cuello algunos metros a toda velocidad.

El hermano se levantó se quitó el traje y se lavó con un aceite extraño la herida, se volvió a poner el traje y nos fuimos.

En una camioneta que hicieron funcionar nos subimos solo para al avanzar un poco recibiéramos disparos de los rebeldes de esta historia, y como experto que es el mayor de estos tres viajeros se estacionó y bajó a hablar con ellos.

Tomó a uno y lo azotó contra el capo de uno de sus autos, a otro con el auto encendido; puso la mandíbula en la liga del motor y terminó metiendo al tipo en el motor en funcionamiento dejándolo ahí hasta que el motor dejó de funcionar por averiado.

En otro auto nos disparaban y recibió cuatro tiros, ninguno a la cabeza y aún así se levantó como si nada y con su misma arma mascaró el rostro de aquellos tiradores, dos en total, al tercero lo persiguió incansablemente por unos metros dentro del bosque, donde al acorralarlo sacó su cuchillo y corto sus hombros para evitar ser atacado. El hombre sufriendo lloraba de dolor, mientras veía a su asesino hacer una pregunta. ¿Donde están operando?, el chico no respondió y cuerpo quedó tirado con varias balas en la cabeza. El hermano había presionado el gatillo de su arma por unos segundos, deshaciendo el rostro del chico al punto de que era irreconocible.

El hermano regresó con una mirada fría y arrepentida, subió al auto y arrancó en silencio, su mirada tenía la presencia de un hombre valiente y honorable, pero sus ojos tenían lágrimas retenidas, apuesto que su garganta tenía un nudo muy grande, que al pasar saliva dolería, y su pecho sentiría la presión de las aguas de las fosas de las Marianas.

-Termina de escribir Dan

Lo que menciona Dan, es un día normal para los soldados de Élite del campamento Arca 12.

Esta corporación era una nueva formación militar post delirio formada por la ONU para hacer frente a las protestas y misiones de rescate de la población sana, pero cuando los adultos se transformaban se volvían violentos y la corporación se volvió una ciudadela, una nueva ciudad de sobrevivientes donde al cumplir los 24 años eran exiliados a los campos negros, llamados así porque se cultivaban flores del mismo color para delimitar la zona, un mensaje para los “Religiosos” del inicio de campo de tiro de los francotiradores del arca 12.

Los religiosos son un grupo de personas rebeldes no infectadas que deciden vivir su vida fácil y tomaron el camino que les parecía lógico, con una lista de cosas que todos anhelaban hacer.

A diferencia de las Arcas, los Gonsos son ciudades de ensueño, una Utopía donde lo que pidas se te cumple, siempre y cuando no dañes a los pobladores del Gonso, su nombre viene del primer no infectado adulto, un hombre que tendría 37 años por mucho llamado de esa forma (Gonzalo) , que fundó el primer Gonso. Prometiendo hacer lo que quieras hacer, al final, ya iban a morir.

Pará ser parte de un Gonso debes ser menor de 24 años o si eres mayor someterte a pruebas para probar que no estabas infectado, una exploración cerebral completa, una vez hecho te marcan un brazo con un número y te documentan, y a partir de ese día, tienes acceso a todo el Gonso, con la única regla; No dañar a nadie perteneciente al Gonso (documentado) ni dentro ni fuera del Gonso.

Y por obvias razones los Gonsos y Arcanos están en guerra tratando de formar la nueva forma de vida en la tierra, ambos desarrollando estudios y tecnología para el mismo fin, sin embargo, las Arcas cuentan con más tecnología y menos científicos, los Gonsos, por otra parte, cuentan con la mayor participación científica, por el poco control de normas que deben cumplir. Pueden usar cualquier método.

El mundo ya no era el mismo, ya tenía sus propios órdenes y sus propios rivales, a decir verdad, dentro de un Arca o un Gonso parecía que los Effingo Cibum era un problema del ayer, podías olvidarte de ellos por toda una vida.

Cuando Dan iba entrando a las calas negras bajaron del vehículo, los tres hermanos mostraron su marca Arcana que era un tatuaje que solo se podía ver con mirada infrarroja, pero Dan no la tenía así que un francotirador los amenazó disparando al suelo.

El atardecer se avecinaba y los campos de cala negra eran famosos por una bestia, la Cala negra; un Effingo Cibum que no poseía ojos, era ciega pero que como todos contaba con extremidades fuertes, su peligro era que aparte de sus patas, tenía alas, 4 alas que posaba sobre su torso y una larga cola que usaba para equilibrarse, su mandíbula aerodinámica y sus garras para excavar en la tierra era impresionante, pero había otra cosa. Era gigante, de 3 metros de alto y, su característica más viva, su color pues era negra y muy emplumada, bellísima, pero claro, letal.

Como la noche llegaba Dan no podía quedarse solo afuera, necesitaba entrar, pero poco teme el que nada sabe, así que Dan se retiró y se llevaron a los tres hermanos, ya no podían recibir a Dan, pues era tarde, y le advirtieron que no estuviera en los campos.

Su única opción si quería ser Arcano, es que sobrevivirá la noche con nada más y nada menos que el CALA NEGRA

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