Comenzó como nadie esperaba, un día en varias partes del mundo mucha gente reporto comportamiento extraño en las casas aledañas, normalmente en poblados alejados. En las ciudades, por otro lado, las desapariciones eran más seguidas e incluso se corrían rumores de sectas que mataban gente, lo curioso era cómo los cuerpos eran encontrados.
Los gobiernos mantenían a su población en paz diciendo que la guerra contra el crimen se estaba luchando, pero la verdad es que desconocían todo lo que sucedía y de igual forma mantenían silencio. Ni siquiera desplegaban cuerpos de seguridad para la sociedad, total un muerto más o un muerto menos.
-3 años después-
Cuando todo ocurrió fue muy calmado, una transición entre el fin y el reinicio muy notable. La gente no corrió pánico debido a que esas cosas entraban sigilosas, aunque no muy inteligentes eran hábiles, y lo que querían era comida, cuando sacaban su hambre dejaban a la persona simplemente ahí, pero el medio de contagio no se conocía y aún menos sin científicos que lo investiguen. La población se redujo y notablemente el mundo se volvió un lugar silencioso.
En un poblado de escasos recursos yacía un joven, un joven de apenas 17 años que buscaba comida, comida que estaría por caducar dentro de un año, pero lo importante era comer algo, revisaba casas a su paso y lleva recorridos 876 kilómetros desde que inició el delirio colectivo.
El mundo funcionaba de una forma rápida de entender, la gente no es confiable y todos pueden matarte, es casi indistinguible quienes son los infectados y quienes no, pero es seguro que es mejor estar solo y es algo que Dan entendía perfectamente y su modo de vivir era también básico; moverse constantemente, buscar comida y descansar, un ciclo que se movía ya de manera muy sistemática.
Ahí estaba Dan, recolectando comida en una tienda departamental de wriman un poblado muy extenso al que era peligroso entrar, pero claro, no tiene mapa y recordemos que su punto es sobrevivir.
Dan recogió apenas unas cuantas sobras en los estantes cuando de la nada miró a lo lejos una silueta, era una señora que parecía asustada.
Dan sabia que no podía confiar, pero necesitaba confiar aún para no perder la esperanza en la humanidad.
Años antes Dan había estado cuando todo comenzó con sus padres, un anuncio sonaba en la radio del auto mencionando que un poblado tenía manifestaciones en las calles, la gente enloqueció y comenzó a matarse entre ella, al día siguiente los cuerpos fueron recogidos y no vueltos a ver. Pero realmente no le tomaron importancia, pues iban a un viaje de vacaciones apenas terminado el verano sin mucho que hacer el tráfico los embotello en medio de una interseccion entre 6 caminos. Un hombre sacó un arma y le disparo a su esposa dentro del auto y se quedó mirando con deseo el cuerpo tomó el volante y chocando otros autos se retiró.
La gente miró esto asustada pero no hicieron más que llamar a la policía, el hombre se había fugado exitosamente, de la nada en otros pequeños puntos la gente se empezaba a pelear sin razón aparente y varios hombres con armas de fuego. Dan y sus padres corrieron y se alejaron lo más posible hasta llegar a un callejón solitario pero seguro a descansar de la corrida.
La sorpresa se la llevó Dan al ver que al estar desprevenida su padre metió sus dedos a los ojos de su esposa sin algún remordimiento, grito de horror y trató de calmarlo, pero su padre no paraba, al sacar los dedos de aquellos ensangrentados cuencas chupo sus dedos y luego jalo la cabeza de la mujer por el cabello, sin aviso mordió la nariz y la arrancó. Con sus manos libres le quito la ropa superior y justo por debajo de la costilla comenzó a abrir el cuerpo de la mujer solo para masticar sus entrañas como si de un coctel se tratase.
Dan asustado corrió lejos pensando naturalmente en lo sucedido, algo que lo dejaría marcado de por vida.
Por ello no quiso acercarse en un inicio a la pobre viejecita, pero al final se acercó:
-¿Señora? - preguntó en voz baja Dan
-hola hijo, no hagas ruido por favor- dijo apenas pujando la señora al punto de llorar.
-tranquila señora, todo va a estar bien, ¿qué necesita? -
Dan al preguntar tenía toda la intención de ayudar, hasta que de reojo miró que su mano tenía sangre seca por lo que tomó precauciones.
-no te preocupes es mía, estoy herida- dijo la viejita al ver que Dan retrocedió
-lo siento, creí que era otra cosa-
Dan la ayudó a levantarse y puso su brazo sobre su hombro para que la viejita dejara caer sobre éste su peso.
-solo necesito sentarme en un lugar más cómodo, me caí y me lastimé con un tenedor-
-no se preocupe, yo la ayudo-
Dan la llevo y la sentó y al dejarla sentada notó la herida de la señora, era una mordida, pero una mordida extraña, los dientes eran distinguibles, pero no parecía a la mordida de un infectado, sino que los dientes habían sido clavados muy torpemente.
Dan siguió analizando a la viejita y siguieron hablando.
-¿de dónde vienes? - preguntó la viejita
-la verdad es que no sé si conozca pero es de muy lejos-
-ya veo, también te mueves por aquí después de eso-
-si así es, como todos buscando un lugar donde asentarnos-
-ya no hay hijo, lamentablemente-
Al escucharlo Dan dudo de lo que dijo, la viejita lo miró al voltear y ella miraba fijamente sus ojos con una sonrisa muy extraña, la sonrisa detono un sentimiento en Dan.
Sacó un arma y le disparo en la cabeza rápidamente, al ver el movimiento brusco la viejita iba a intentar agarrarlo, pero no funcionó.
La rara mordida de la viejita había sido de ella misma a sí misma lo que quería decir que estaba infectada.
Después de matar a la anciana salieron dos hombres que electrocutaron al chico y desmayado lo levantaron a una camioneta que iba a un lugar del que nunca se había hablado. Así comienza la aventura de Dan.
Llegaron a un pequeño campamento, que, a juzgar por su apariencia no parecía un apocalipsis; permíteme describirte el lugar.
El sitio era blanco y por ello se veía que la gente se empeñaba en limpiarlo, había pasillos muy largos y laberínticos, sin embargo, había un orden estricto entre las diferentes zonas y sus utilidades.
Ahora bien al verlo por dentro Dan no sabía qué pasaba, estuvo por mucho tiempo caminando por las calles y merecía explicarse como es que este lugar nunca se murmuró entre los no infectados.
Dan fue aislado en una pequeña habitación cerrada hasta con 3 candados magnéticos, una falla en las instalaciones eléctricas podría liberarlo, pero aún no pensaba en salir, era tan grande la curiosidad por averiguar la historia de aquella bella prisión que salir de ahí no estaba en sus planes.
Encerrado, en su blanco y tan cómodo pupitre se sentó a reflexionar. Esto es importante en el apocalipsis, que la mente siempre funcione de la mejor manera, pero no reflexionaba por esta razón.
Con una rara morbosidad recordaba aquella noche.
Estaba sentado en la calle solo mirando al infinito, la pausa en su vida le dio paz, mirando a lo lejos como destripaban a un tipo inocente, alguien que hace unos momentos había pedido ayuda. No lo miraba tranquilo, lo miraba con culpa, lo miraba con recelo.
Antes de que Dan mirara aquella escena había pasado varias noches con un hombre que encontró en las inmediaciones de las calles, buscando únicamente a su bebita. El hombre le ofreció a dan un lugar seguro y lo llevó a una tienda derrumbada, donde sabía que los infectados nunca buscarían, pues estaba ubicada justo por encima de las ya expuestas alcantarillas que apestaban con ese aroma tan particular del metano expedido por las bacterias que descomponen lo que hay ahí, obvio y seguro que también había cuerpos humanos.
Dan sabia en lo que estaba en aquella ocasión, no era paz pero se podia sentir seguro, así es que de la nada se quedo dormido, cansado de su larga travesía huyendo de los infectados.
Por la noche aquel hombre lo cuido, pero no por gusto, el hombre lo admiraba, lo veía y amaba, deseaba su cuerpo y por las noches había ruidos extraños, jadeos que no eran normales, una clase de quejidos, pero no por dolor, era algo más. Dan usaba ropa que apenas cubría sus piernas y su torso, no hay mucha moda que usar en el fin del mundo.
Una noche no muy lejana al día en que se encontraron noto que aquel hombre se masturbaba mirándolo dormir, las cosas que pasaron por la mente de dan eran básicas pero entre ellas hubo miedo así es que trato de alejarse un poco de él.
El hombre insatisfecho por solo mirar en un momento intento usarlo; sin embargo, Dan se alejó rápidamente y en un movimiento brusco pero peligroso dejo al hombre fuera de la reja que separaba el espacio interior del exterior, el hombre gritaba de furia, y su misma desesperación lo llevó a su final.
Un grupo de infectados lo escucho y lo masacraron, buscaron a dan pero este se escondió bajo el agua de la alcantarilla por unos segundos, acto seguido admiro con atención y morbo, pero aún con recelo y con duda de su decisión la muerte de aquel hombre.
Pasaron horas cuando por una pequeña ventana que daba al pasillo paso un guardia con otro chico más pequeño. Entonces aconteció lo que Dan esperaba.
La instalación eléctrica falló por un momento y todas las puertas se abrieron, sin embargo, todos tenían la misma mentalidad que Dan, salir era suicidio, tenían cama, ropa, hogar, ¿por qué querrían salir?
Del cuarto salió Dan y camino hasta el fondo del pasillo, olió un rico aroma que venía de lo que parecía una cocina, el horror estaba en que era lo que aquellos hombres uniformados cocinaban, pues eran chicos como él.
La reacción fue rápida, en una parte de la cocina estaban los cuerpos de chicos colgados con las viseras salidas, vaciaban el cuerpo para cocinar la carne y los órganos por separado, como un embutido, los huesos, por otra parte, los apartaba y lavaban para su uso en armas. Dan tomo un hueso y lo partió esperando que quedara una gran punta filosa su esfuerzo fue en vano al primer intento, pero en el segundo lo logró, lo rompió y se ocultó bajo la mesa, llegaron dos guardias que pasaron de largo a revisar las habitaciones.
Dan estaba asustado pero sabía que tenía que salir, sus opciones eran salir corriendo a ningún lado pues desconocía el lugar o tratar de buscar aliados, como sea las dos decisiones eran complicadas y no aseguraban ningún resultado positivo sólo tenía un hueso que duraría dos apuñaladas y no significaba que era a dos personas diferentes.
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Comments
Tenebrae
Dificil situacion en dificil mundo, interesante que haya ocurrido por un tipo de virus que hace agresiva y rabiosa a la gente al punto de querer y morder, digamos que son un tipo de zombies conscientes y eso es mas aterrador que el.zombie ordinario sin duda
2023-03-07
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