NORTE Y SUR

Dan despertó a la orilla de un lago donde en él miró a un hombre; un hombre desnudo y, a juzgar por su apariencia incluso muerto, sin embargo, se movía, lo que descartaba la realidad de su apariencia. Simplemente estaba ahí caminando por una de las orillas con baja profundidad. Se quedó varios minutos viéndolo y volvió a dormir sabiendo que aquel hombre no podría hacerle daño, estaba tan drogado que su realidad difería de la de Dan en ese momento.

Dan despertó unas horas después, el sol estaba a las últimas horas de luz y la noche llegaría pronto, para dan esto era mortal, puesto que, en la noche los fotones reflejados en la luna llena no logra atravesar las hojas de los árboles frondosos quienes disfrutan de dicha herramienta, las luciérnagas alumbran las calles y los pocos depredadores que merodean las ciudades en busca de alimento hacen lo debido y necesario; cazar.

Aprovechando el tiempo Dan pensaba que hacer, no podría ir a la ciudad, es un lugar peligroso porque cualquier persona lógica iría a la ciudad a buscar suministros alimenticios, por lo que decidió mejor estar aislado en este hermoso lago, aunque tuviera que ver los genitales del hombre drogado, y le pareció una idea fantástica asentarse.

Piénsalo a fondo…

Por un lado, Dan sabía que los hombres cazan y que por la noche está actividad sube, sabe que la mayor cantidad de problemas ocurren cuando no hay un lugar seguro y si no se descansa correctamente y, a decir verdad, Dan estaba y se notaba cansado.

Miro su alrededor y recordó aquellos días donde el mundo era un lugar más tranquilo.

En su mente se abrió el telón:

Aparece en escena Dan con un fondo familiar, diría yo que esa es su casa, muy acogedora pero pequeña, la sobrepoblación en su región evita que los hogares sean demasiado extensos.

Dan mira la televisión y en el programa de hoy mira un conflicto infantil donde el protagonista de una serie de personajes decide que él quiere ser un bombero, Dan se ríe de la situación en la que el protagonista se encuentra pues, éste no sabe que arriesgaría su vida por un sueldo que no lo dejará sobrevivir.

Su madre lo acompaña y escucha a su hijo, preocupada por decirle que aunque sea mal pagado es un héroe, a lo que Dan responde; “al menos eso se lleva, un reconocimiento”.

Se cierra el telón…

Dan terminó de recordar y se volvió consciente de que el sol ya había pasado por su cabeza y que la luna está más cerca de ella.

No podía saber la hora pero se dio cuenta de que ya era tarde, y el amanecer pronto daría su espectáculo de luces. Y pensaba: “ahora ni siquiera bombero podemos ser” se rio sarcásticamente y comenzó a trepar un árbol.

Al llegar a la cima admiró la puesta de sol y a un costado la luna posándose para ser admirada, esa fue su última aventura hasta que quedó dormido en unas ramas que juntó y ajustó para poder dormir seguro de no caerse.

Antes de amanecer, Dan escuchó algo y despertó, había gente merodeando bajo él, era de noche y escuchaba pasos lentos y sigilosos, lo que lo llevó a pensar que lo iban a cazar, sin embargo, eran otros jóvenes, tres hermanos que iban caminando por la noche. Contrario a lo que suponía Dan, estos tres chicos creían que la noche era cuando mejor se podían mover y, cómo hacerlo mejor que con trajes tácticos con mirada de visión nocturna.

La preparación que tenían era increíble, parecía que habían jugado demasiados videojuegos, pero no, su ágil mente pensó en lo primero, priorizando importancia al iniciar el Delirio Colectivo.

A la cabeza de una fila iba el mayor, el hermano mayor tenía 27 años; a punto de iniciar su madurez, mientras que, detrás de él iban sus dos hermanos pequeños, uno de 15 y el otro de 12. Así los tres bien cubiertos y preparados con armas caminaban debajo de Dan sigilosamente para evitar que Dan los ubicara.

El hermano menor tomó su daga que guardaba en una bolsa especial en su brazo y se metió entre los dos hermanos mirando fijamente los movimientos de Dan, el hermano mayor con un rifle de asalto miraba el entorno asegurándose de que estuviera solo, y el tercer hermano con un arma más pequeña cubría la lateral asegurando no solo a sus dos hermanos, sino a Dan por igual.

Dan sabía que un movimiento en falso provocaría su rápido deceso, así que hizo lo que cualquier humano evolucionado haría… Habló.

Dan miró a los tres hermanos preparados, dos en el gatillo y uno casi en cuclillas esperando ver caer su cuerpo para rematar en el cuello.

-Norte- Dijo Dan esperanzado en que alguno de ellos tuvo que ver aquel programa que recordó la tarde anterior.

-Sur- respondió el hermano menor

Los tres hermanos bajaron armas y esperaron a que Dan bajara.

Sonó un reloj de engranes…

Los tres hermanos apagaron sus lentes y se quitaron las gafas, el hermano mayor los guardo y volvió a mirar a Dan con atención.

-¿Tienen hambre? – preguntó asustado Dan, qué sinceramente ya esperaba esa tarde morir.

-No somos como ellos – respondió el hermano mayor y pregunto:

-¿cuántos años tienes? –

-17-

-Ven-

Pará un adulto, el Delirio había sido específicamente por una razón y a Dan le iban a dar información de lo que pensaban era la razón.

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