[17]

Hace unas horas atrás había salido con algo de dinero oculto entre mi vestido azúl. Tomé el pago de la de la semana pasada pero al no ser suficiente tuve que tomar más de los ahorros que tenía guardados Molly, después se los devolvería.

Tras recibir comida y un techo en donde dormir la paga no era mucha, solo lo necesario para comprar dos nuevos cambios de ropa una vez al mes aunque luego de mirar los ahorros que había juntado la joven dama puedo decir que solo los ha gastado en una muda de ropa nueva y el resto lo a guardado.

Hoy no tuve mucho trabajo por hacer, solo lo típico de la limpieza y encontrarme con María en su habitación pero justo en cuanto llegaba me encontré por primera vez con el protagonista masculino.

La interacción no duró mucho, por no decir nada. Oziel solo me miró unos segundos frente a la puerta de su recamara y después me despidió diciendo que María no me necesitaría hoy.

Entonces le había pedido permiso al mayordomo para salir a la ciudad pero este simplemente se negó. Según lo que dijo el permiso tenía que ser dado por el señor o la señora de la casa pero estaba segura que ninguno de los dos lo haría, seguro y María ya lo había puesto al tanto de nuestra charla y su ridícula idea de tenerme encerrada.

Sin más opciones tuve que escaparme de la mansión. Escapar del interior no había sido muy fácil, tuve que salir escondiendome del mayordomo y otros trabajadores con los que me encontraba.

Atravesar el portón no fue nada difícil, los guardias no tenían orden alguna de detenerme, después de todo la mayoría de las personas que trabajan en este lugar creían que por cuenta propia me había recluido dentro de esas paredes y estaba seguro que solo los más cercanos a María tendrían como orden vigilarme.

Por suerte había logrado salir de la mansión con rumbo a la ciudad, para desgracia no habían carrozas que pudieran llevarme hasta allá. La ciudad estaba algo alejada de la propiedad pero ya había ido a pie una vez y después había caminado todo el trayecto hasta el templo de los milagros de Solunia y ese sí que estaba lejos.

Cuando llegue al centro llamé a la pantalla de misiones para que me ayudara a encontrar lo que buscaba en este lugar.

'Amm... ¿pantalla extraña estás ahí?. Hay algo que quisiera preguntar.'

« Estoy para responder y ayudar cada que el usuario lo necesite »

Es extraño llamarte pantalla cada vez, ¿hay algún nombre por el que pueda llamarte?.

« El usuario puede llamarme como deseé.

¿Desea introducir un nombre por el que deba responder? »

Que alta tecnología ¿Cómo diablos lo había logrado Solunia?. Encerio tenía que preguntárselo pero por ahora tenía que nombrar a está pantalla inteligente, así que respondí afirmativamente a su pregunta.

« Ingresé el nombre de su agrado, por favor »

Bueno tu voz es más parecida a la de una chica así que ¿Qué te parece el nombre de Selene?

« Cualquier nombre que escoja el usuario estará bien para este servidor»

¿Cómo? ¿Entonces eres un chico?.

« Respondiendo al usuario, este servidor no cuenta con ningún género »

Entonces estarás bien con cualquier nombre que decida ¿Eh?.

¿Incluso si es un nombre tan feo como Ñiopi topi?

« Nombre "Ñiopi topi" ingresado con éxito »

¿¡Qué!? ¡No, no, no! ¡Ese ni siquiera es un nombre!

« El nombre ingresado no puede ser modificado. »

¿¡Y ahora me lo dices!? Baj ¿Sabes qué? me da igual, de todas formas solo yo lo conoceré.

Entonces Ñiopi topi, ¿cuántos objetos tenemos que encontrar en la ciudad?

« Respondiendo al usuario el número de objetos por encontrar es de 4.»

De casualidad, ¿podrías darme alguna pista de en donde buscar?.

« La única pista que Ñiopi topi le puede dar al usuario es que son objetos necesarios para usar el día del baile»

Es mejor eso que nada. Si son objetos requeridos para el baile y además se trataba de algo que debía usar imagino que debe tratarse de ropa y calzado.

En el centro debería haber varios lugares en los que podría conseguir algún vestido presentable pero el único al que sabía llegar era al que había ido hace unos días atrás con María.

Encontrarlo no fue difícil, había memorizado el camino y fue cuestión de nada pasar por la panadería y la herrería de la otra vez hasta llegar a mi destino. La casa estaba abierta así que entre y esperé a encontrarme con Julia.

Antes de salir me había asegurado de esconder mi apariencia lo más que podía, me había puesto uno de los dos únicos vestidos elegantes que tenía y mis cabellos estaban escondidos bajo un gorrito que había tomado prestado por ahí.

Julia me vio y me saludo, le dije que quería ver algunos vestidos y ella solo asintió.

– ¿Qué es lo que está buscando, señorita? –Pregunto– ¿Algo fresco, para el día cotidiano, una fiesta?.

– Eso mismo, necesito algo adecuado para el baile que realizará la familia real.

– De acuerdo. Tengo un montón de opciones perfectas para usted, sígame por aqui por favor.

Ella me llevo hacía el mismo cuarto al que había llevado a María encontrando con una habitación repleta de vestidos a mano izquierda, del lado derecho había solo un gran espejo.

Comenzó a buscar entre todos esos vestidos que comenzaban a marcarme y de ellos fue sacando algunos los cuales iba dejando en un largo sillón que estaba al frente.

– Estos son tres de los mejores pero créame cuando le digo que son perfectos para un evento tan importante. –Tomo uno y me lo mostró – Debería probarcelos, ¿qué le parece empezar por éste?.

Si antes era una tortura ir de compras en este lugar sería peor.

De un momento a otro Julia se acercó por atrás y empezó a quitarme el vestido.

– ¿Qué está haciendo? –Sujete con fuerza la parte delantera – ¿No debería pedir primero permiso?.

– ¿Qué cosas dice señorita? ¿Qué no quiere probarse los vestidos?.

– ¿Es necesario que usted este presente?.

– Necesitara ayuda para ponerse los. No hay nada de que avergonzarse, señorita.

A pesar de mi vergüenza retire mis brazos y le permití ayudarme a quitarme el vestido para que fuera más rápido. Generalmente no necesitaba a alguien para ayudarme a cambiarme o desvestirme pero los vestidos que estaba por probarme eran muy diferentes a los que solía vestir.

Cuando sentí un movimiento sobre mi cabeza me altere y sujete en un agarre mortal el som que ocultaba mi cabello.

– Me gustaría que el gorro permaneciera en donde está.

– Pero no se verá bien y será más difícil elegir.

– No importa, quiero mantenerlo conmigo.

– Sí insiste.

El primero era de color verde claro con moños blancos en el pecho,vientre y falda. Tenía pintar de ser d esos vestidos que se utilizaban en las grandes fiestas pero a mí gusto era muy infantil y solo de ver sus brillantes colores me provocaba dolor de cabeza.

– Este no me gusta – Solté –. Es muy alegre.

– ¿De verdad lo piensa? Yo creo que el color le va bien a su piel.

– No me gusta, mejor veamos otro.

Entonces fue el turno de otro color blanco con bordados en dorado, este también era de colores brillantes pero a diferencia del otro no se veía para nada infantil. Cuando me lo probé me hizo sentir como si estuviese escogiendo un vestido de novia y el pensamiento me incómodo.

Este era sin lugar a dudas más adecuado que el primero, pues tenía la elegancia que una mujer noble necesitaba, pero sus mangas de volantes y el estilo en sí me recordaban al vestido que había utilizado mi abuela en su boda. Sin decir una palabra comencé a quitarmelo y la mujer detrás mío lo entendió ayudándome en el proceso.

Con el tercero mi gustó por las chicas góticas hablo pues este era un vestido rojo oscuro con olanes negros muy parecido a un vestido gótico. Al verme lo puesto en el espejo tuve clara tres cosas: la primera que era el mejor vestido de los tres, la segunda que ese gusto seguía viviendo en mí y la tercera que a Molly le quedaba muy bien ese estilo.

Queriendo terminar con la primera parte, estaba por preguntar él costo cuando mi recién nombrada pantalla apareció.

« Alerta: Usted está por tomar una elección errónea.

Como uno de los objetivos principales es: "Opacar a la serpiente esmeralda." »

¿Debo sobresalir más que otra persona? Eso no me lo habías dicho antes, además este vestido es perfecto para sobresalir en un baile, ¿A quién no le gustan las chicas góticas?.

« De continuar con la elección la misión "Un baile lleno de misterios" se anulará.»

Está bien, ya entendí.

– ¿No tiene algo mejor dentro de su gran boutique?

– Esos son los mejores diseños de este año.

– Entonces me temo que lo que estoy buscando no se encuentra en este lugar. Creo que tendré que seguir mi búsqueda en otro lado.

– Espere por favor, ¿Está segura qué ninguno es de su agrado?.

– Completamente segura. Son buenos diseños pero no lo suficiente para un evento como ese.

Estaba quitándome el vestido rojo cuando ella salió corriendo a otro lado, no me pregunte por el motivo y seguí haciendo lo mío pero luego ella volvió a aparecer con una caja larga en sus brazos.

Se le veía algo difícil de llevar pero en ningún momento se cayó de los brazos de Julia, quien la dejo en el mismo sofá en donde había dejado los otros y al instante abrió la caja sacando un vestido más.

Este era de color azul marino sin mangas sujeto al cuello con dos listones del mismo color que debían cruzarse. A simple vista parecía sencillo pero cuando me lo puse, utilizando una crinolina más grande este cambio por completo.

El corset y parte de la falda era de un azul oscuro pero conforme más iba bajando más oscuro se hacía llegando hasta el punto de convertirse en negro.

En la falda a demás contaba con lo que parecía ser brillos que lo hacía lucir como una noche estrellada.

– Este es un diseño que había hecho para una joven dama para el mismo baile al que usted asistirá pero sin siquiera habérselo probado, lo rechazó buscando colores más vivos. Está elaborado con un material extraño que viene del extranjero y eso es lo que lo hace brillar.

Tenía que admitir que era adecuado para una fiesta de noche y como el rojo también lucía muy bien en Molly pero al escuchar que no solo era un diseño nuevo si no también que estaba elaborado con un material del extranjero caí en cuenta de que no sería nada barato.

« Un objeto de misión a Sido encontrado. »

Me lleva.

– ¿Cuál es el precio por el?.

Lo sabía, ni con todos los ahorros de Molly podría pagarlo, con ellos a penas y podría ajustar para alguno de los otros tres pero este sobre pasaba el límite.

– Se que el precio es algo elevado pero eso es por lo especial que es este vestido, aunque estoy segura que no es nada para usted.

–…–

– ¿Señorita? ¿Puede pagarlo, cierto?

– Mire, lo que pasa es que mi padre creé que soy algo mimada y solo me a dado cierta cantidad de dinero.

– ¿Cuánto es el dinero con el qué cuenta?

Saque la bolsita en donde lo había guardado y se lo mostré. Ella lo contó y luego solo se quedó callada pensando en algo desconocido para mí.

Luego de que estuvo satisfecha con algo, volvió a guardar las monedas y me miró.

– Creo que podemos llegar a un acuerdo.

– ¿Qué clase de acuerdo?

– Tú tendrás el vestido y yo tomaré solo esto como pago más aparte tendrás que conseguir algo para mí.

– ¿Qué sería eso que quieres que te consiga?

– Nada de otro mundo, solo necesito algunas flores.