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La noche se estaba volviendo cada vez más fría y las pocas personas que se encontraban aún en el jardín fueron caminando rumbo a la entrada de la mansión.

Mientras pasaban frente a nosotros yo solo podía agradecerles por el tiempo que perdieron buscándome y estos solo asentían.

Aarón se había mantenido callado en cuanto vio que todas esas personas caminaban hacia nuestro lugar, pero luego de que todos ingresarán y quedáramos nuevamente solos volvió a llamar mi atención y continúo con el tema.

– A pesar de haber recibido la respuesta que esperaba escuchar no me puedo imaginar cómo lograste escapar de ladrones.

– Sí te lo dijera no me lo creerías pero todo fue solo suerte. Dos de los ladrones comenzaron a discutir y fue cuando aproveche para escapar pero el tercer ladrón salió de la nada y me atrapado, creí que no lo lograría pero de un pisotón y un golpe conseguí soltarme de su agarre y corrí.

– ¿Dijiste qué discutían entre ellos? ¿Sabes el motivo de la discusión?.

Esa pregunta merecía ser respondida con sarcasmo. ¿Qué clase de tonto se quedaría a escuchar cuando tenía la oportunidad de escapar?.

Una sonrisita burlona se dibujo en mi cara y las palabras estubieron a punto de salir como veneno cuando de la nada algo me detuvo.

Era un cuadro, similar a una pantalla flotante y estaba justo delante de mis ojos a unos centímetros de mi cara. Su repentina aparición logro sobresaltar me pero antes de que pudiera entrar en pánico ví que había un mensaje en letras blancas escrito en el, y decía:

« Aviso: Usted está a punto de tomar una decisión importante para la trama»

¿Qué demonios?

« Dependiendo de la respuesta que elija el resultado será beneficioso o perjudicial para el usuario »

¡Oye! se supone que estoy atrapado dentro de una novela, no de un videojuego de supervivencia.

– ¿Te encuentras bien?.

– Sí, solo dame unos minutos. Estoy tratando de recordar algo.

« Iniciando misión secundaria: "En busca de aliados"

Ahora lo entiendo, este es el dichoso don del qué Solunia me había hablado. No tenía ni idea de cómo se le había ocurrido algo así en un lugar en el que aún ni existían los videojuegos, pero esto podría ser me de mucha ayuda en mi aventura; más que un don parecía ser una guía para indicarme que hacer en algunas situaciones.

Cómo posibles respuestas:

a) Decir la verdad.

b) Mentir y fingir no recordar nada.

c) Burlarse en su cara y evitar el tema.

Recompensa: +3 puntos de relación.

Castigo al fracasar la misión: - 6 puntos de agrado.

Tenía que hablar tan pronto, esto también podía ser mi perdición. ¿Cómo se supone que debería responder ahora? Ni siquiera sabía si era buena idea tener a uno de mis Bullying como aliado.

« Respondiendo al usuario las opciones están hechas para aumentar o quitar puntos. El resultado final se verá más adelante cuando los puntos hallan alcanzado un límite o cuando la situación lo amerite.

El límite total de recolección de puntos es:

+ 100 puntos de relación.

- 50 puntos de agradó. »

Puedes leer mi mente ¿eh?.

– Encerio sí te sientes mal-

– Creó que tengo algo.

Extraña pantalla escojo la opción a.

– Recuerdo solo un poco. Creo que uno de los hombres encapuchados se molestó con el barbudo por pensar diferente.

– Son ladrones ¿A caso no estaban de acuerdo en quitarte todo lo que traías contigo?

– No entendí muy bien la situación pero me pareció que tenían un acuerdo entrar ellos, algo como no asaltar a ciertas personas.

– Ya veo, uno de ellos quiere sentirse con algo de moral aún después de lo que hace.

¿Eso es todo lo que recuerdas?.

– Por el momento lo es.

– Si recuerdas algo más búscame.

– Está bien pero ¿porqué estás tan interesado?.

– No es nada, solo tengo una teoría que me gustaría comprobar si es cierta o no.

– Bueno me gustaría escucharla.

– No creo que-

– Antes de que te rehúses quiero que sepas que sería lo más justo, yo te respondí lo que querías saber ahora es tu turno.

– No es lo mismo.

– Se que no lo es pero en verdad me gustaría saber; también hay algo dando vueltas por mi cabeza y pienso que podría tratarse de lo mismo que te molesta a tí.

Si el problema es que se lo pueda contar a alguien puedo darte mi palabra de que no lo haré.

Él se quedó callado viéndome con asombro y yo le devolví una mirada decidida asegurándole que estaba siendo honesta, siguió mirando sin responder hasta que un ruido llamo nuestra atención. Los portones estaban siendo abiertos otra vez por los guardias y de ellos entraron algunos trabajadores de la mansión, siendo encabezados por Arturo y Haniel; eran todos aquellos que habían seguido la búsqueda por la ciudad.

– Búscame en la granja mañana, ahí hablaremos mas del tema.

Y antes de que todos llegarán se alejó en el sentido contrario entrando a los jardines.

« Resultado de la misión en curso: + 3 puntos de relación con la manzana de Adán

Siga adelante para conocer nuevos objetivos »

¿Qué era eso de la manzana de Adán? tendría que averiguarlo después, por ahora solo esperaría a que todos se acercarán y les daría las gracias.

Hace unos momentos atrás había considerado responderle a Aarón con la segunda opción, no veía el caso tenerlo de mi lado pero entonces pensé que tenerlo en contra sería mucho peor.

Por la recompensa pude deducir que las respuestas neutras no existen, dos de ellas tenían que ser malas y una buena o al revés.

Podría ir juntando puntos con Aarón y si pasara el caso de ser más perjudicial tenerlo de mi lado entonces podría perder algunos puntos sin temer a tenerlo como enemigo.

.

.

La mañana llegó una vez más y con ella iniciaba la rutina que estaba empezando a llevar desde ayer.

Cómo todos los demás empleados, tenía que levantarme temprano para empezar con mis labores aunque afortunadamente hoy solo tenía que barrer y trapear gracias a la ayuda que había recibido el día anterior de Haniel.

El aseo no había Sido tan difícil como lo Había imaginado en un principio, aunque ahora que había terminado de trapear el largo pasillo creo que debí dejar menos mojado el trapeador.

Tuve que esperar al menos unos minutos para que se secara algo y no caer de trasero porque cuando lo intente la primera vez mi pie se había deslizado y por poco terminaba en el suelo.

Tome las cosas de limpieza y camine con cuidado hasta el cuarto de limpieza; estaba de espaldas a la puerta mientras acomodaba las cosas en su lugar cuando alguien me llamo desde atrás.

– Veo que has terminado.

Era María, parada en el marco de la puerta con sus cabellos rojizos recogidos en una media cola, vestida con un vestido rosa claro en la parte inferior y las mangas, la falda era blanca y larga pero no tocaba el suelo dejando ver un par de zapatillas rosas.

– Sí, acabo de terminar señorita. ¿Necesita algo?.

– Acompáñame, hoy voy a salir de compras a la ciudad y quiero que me ayudes con algo.

– Está bien pero e-

– ¡Fantástico! – Aplaudió–. Pongámonos en marcha.

Bueno el desayuno tendrá que esperar, este será el primer trabajo que haré para la señora y puede que también me sirva para conocer mejor a María, aún no puedo opinar nada sobre su actitud del otro día cuando no la conozco en verdad.

– De acuerdo, solo déjeme cambiarme y salimos. Mi vestido se mojo un poco y no puedo salir así, pero no tardaré, si gusta esperarme en su recamara.

– No, yo voy contigo. Vamos a cambiar tú apariencia.

Tomo de mi brazo y subimos juntos hasta el tercer piso. Llegamos a la que era mi recamara y solo al entrar María se dirigió hacia el ropero que guardaba mis vestidos y comenzó a sacar uno por uno revisando los.

– Me gusta este, es de tu estilo y combina con tu tono de piel.

Tomo uno de los vestidos en sus manos y me lo mostró. Era uno muy sencillo que no siquiera había notado antes, color verde oscuro algo opaco, con mangas que llegaban hasta los codos y un moño decorando el pecho y llegaba unos centímetros más abajo de las rodillas.

Al ser un chico no sabía sobre los gustos de la mayoría de las mujeres, especialmente en cuanto a vestidos se refería pues las únicas mujeres con las que conviví solían llevar pantalones de mezclilla la mayoría del tiempo, por no decir a diario.

Aún así el vestido que estaba delante de mí me pareció algo feo y sin chiste, especialmente considerando que Molly era una mujer joven, pero si este se encontraba en su armario seguramente era porque le gustaba.

Entonces sin ninguna objeción tome el vestido y un par de zapatillas verdes y me encerré en el baño para cambiarme mientras María esperaba sentada en la cama.

Cuando salí ella me sonrió y de nueva cuenta me tomo del brazo para guiarme hacia la salida.

– Te dije que te quedaría perfecto.

– ¿Encerio lo creé, señorita?.

– Por supuesto que lo creo. Ahora vamos antes de que se nos haga más tarde, nos divertiremos afuera.

En la entrada de la mansión una carroza ya estaba esperando por nosotras, así que subimos en ella y esta se puso en marcha por el centro de la ciudad.

Había muchas personas caminando por las calles, niños jugando lejos del cruce de las carrozas, mujeres caminando de un lado a otro y un grupo de hombres hablando de algo a lo lejos.

El hombre que conducía la carroza se detuvo cercas de lo que parecía ser una plaza y el segundo hombre que había estado sentado a su lado se bajó inmediatamente de la carroza para abrirnos la puerta y ayudarnos a bajar, al ser María la señora de la mansión era algo obvio que tendría que ser la primera en bajar así que espere. Fue algo incómodo tener que tomar su mano pero ahora era una chica y además no quería dejarlo con la mano estirada, entonces la tomé y baje.

María le dió indicaciones al conductor para que pasara por nosotras luego de unas horas y a lo que este asintió y se marchó. Por nuestro lado empezamos a caminar por las plaza hasta cruzar a una calle que parecía estar llena de comercios.

Había locales para pasar el rato y comer algo, joyerías, una panadería de en donde se podía oler un aroma delicioso e incluso había un herrero.

De todos los comercios que habían esos dos últimos fueron los que más llamaron la atención, uno por el aroma que me había hecho recordar el hambre que tenía al saltarme el desayuno y el otro solo por curiosidad, había jugado algunos juegos en donde aparecían herreros pero nunca había visto como fabricaban las cosas como espadas.

Para mí descontento ninguna de estas llamo la atención de María, aunque la segunda era algo obvio, se trataba de una señorita de familia noble la cual nunca necesitaría utilizar un arma mientras fuera protegida por los guardias de su familia.

La mujer de ojos verdes entro a una casa grande con un par de puertas grandes también que se encontraban abiertas de par en par y yo fui tras ella preguntándome por el lugar en el que estábamos.

Por fuera no aparentaba ser más que una casa común pero al ingresar todo se transformaba completamente. Habían un montón de telas finas esparcidas de un lado a otro, lo que parecían ser maniquíes sin cabezas vestidos con elegantes vestidos e hilos y agujas esparcidos sobre una mesa en el fondo.

En sí el lugar no se veía mal pero lo que venía a continuación sí que lo era. Había mantenido la esperanza de que con compras se refiriera a algo más sencillo de escoger como joyas o zapatos pero no, se refería a ropa.

Este día sí que va a ser largo y acababa de iniciar.

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