Al llegar la familia Walker estaba preparándose para ir a dormir. Carol y su madre Joaquina se arrodillaron en el suelo junto a la cama de Carol listos para orar cuando de repente escucharon fuertes ruidos.
En la sala el señor Walker se puso de pie al ver entrar a dos guardias (Iván y Rogelio) los cuales entraron a buscarlo con desesperación.
-Señor Walker, Señor Walker! -Gritaban aquellos hombres.
Joaquina se acerca a la puerta y la abre para salir del habitación por lo que Carol quien estaba de rodillas iba a ponerse de pie pero Joaquina volteo a verla para decirle;
-Ve a tu cama.
-Iván ¿Qué los tiene tan agitados? -Le preguntó Antonio al guardia.
-¡Quilombolas cercaron la hacienda! Están invadiendo el lugar. -Le contestó Iván a Antonio con exaltación.
-Vamos. -Le dijo Antonio.
-Antonio ¿Qué pasa? -Le preguntó Joaquina viendolo desde las escaleras.
-Encierrate en la habitación con Carol. -Le ordeno Antonio.
-Pero...
-No hay tiempo, solo ve, por favor. -Le suplico Antonio a su hija. -Ve a encerrarte con Carol en la habitación y pase lo que pase no salgan.
En su habitación Carol estaba abrazando a su madre con temor.
-Quiero a mi papá. -Repetia Carol mientras Joaquina la abrazaba Intentando calmarla.
-El estará bien, dios está cuidandolo. -Le respondió Joaquina esperando que así fuera.
-La sombra vino a buscarlo. -Susurro Carol asustada recordando el sueño que había tenido al despertar esa mañana;
Su padre estaba muerto en el suelo con su vientre abierto en canal y aquella sombra estaba junto a el metiendo su mano en aquella herida para extraerle sus viceras y comenzar a comerlas.
Al tomar un revolver antiguo y ir a su recibidor recibidor junto a Iván y Rogelio Antonio ve a 10 empleados armados dentro de la casa incluyendo al capataz.
-No se preocupe señor, defenderemos la hacienda con nuestras vidas. -Exclamó el capataz de hacienda.
-¿Los demás están bien? -Preguntó Antonio al capataz.
-Los demás están afuera señor, nosotros vinimos a cuidarlos en caso de que alguien logre ingresar. -Exclamó el capataz.
-Rogelio, ve a pedir ayuda al capitán Espinoza. -Le ordeno Antonio a Rogelio. -Te cuidado.
-No se preocupe, volveré enseguida. -Le respondió Rogelio antes de salir corriendo.
-5 de ustedes vayan a cubrirlo los otros 5 quédense conmigo y con Iván, nosotros defenderemos la casa mientras los esperamos. -Les dijo Antonio.
-No lo abandonaremos. -Objeto el capataz.
-No está a discusión, al menos uno de ustedes debe llegar y llamar a Espinoza necesitamos que vengan aquí rápido.
El capataz lo dudó un instante, pero sabía que Antonio tenía razón, aunque eran muchos en la hacienda su única esperanza era que el comandante los apoyara.
-Nosotros intentaremos resistir hasta que lleguen. -Le dijo Antonio a Iván Voltando a verlo.
-Si, señor. -Le dijo Iván.
-¿Eran muchos? -Le pregunto Antonio.
-Demasiados, todo el Quilombo. -Le contesto Iván.
Afuera de la casa se desató una guerra entre los Quilombolas del Quilombo dos Santos contra los empleados y guardianes de la hacienda Walker los cuales aunque llegaban a superarlos en número no estaban tan entrenados como ellos para la batalla pero a pesar de eso hicieron todo lo posible por defender la hacienda. ¿Cómo no hacerlo? Ese era su hogar y no estaban dispuestos a perderlo.
Rogelio sabía que sería difícil, pero aun así se esforzó por salir de la hacienda mientras sus compañeros con los que había salido de la casa lo cubrían evitando que se acerquen los quilombolas a él. Algo que los ayudó bastante fue el hecho de que los quilombolas nunca usaban armas de fuego, las únicas armas que usaban eran cuchillos, espadas, hachas y piedras en algunos casos lo que les permitió poder escapar disparando a los que se acercaran.
Cuando Rogelio logro salir de la hacienda con un caballo de color café él fue a toda velocidad a buscar al comandante y a sus oficiales. Otra cosa que los ayudó es que todos estaban defendiendo la casa y eso era algo que los quilombolas no entendían.
Si había esclavos maltratados ¿cómo es que ninguno se unió a ellos ni quiso escapar? Al contrario, defendieron la hacienda, eso es algo que desconcertó enormemente a Zumbi, pero no quedaba otra que seguir luchando y ahora a la defensiva pues ya habían muerto varios de sus compañeros.
Zumbi estaba confundido y desconcertado así que comenzó a intentar buscar a Jorge para que le explique que es lo que sucedió, el número de personas que peleaba con ellos era demasiado grande por lo que varios de allí debían ser esclavos. Lo que lo hizo llegar a la conclusión que claramente ellos no querían ser rescatados.
Jorge aprovechó el combate y se alejó intentando que nadie lo note, su objetivo no era pelear, lo que él quería era entrar a la casa para matar a Carol. Para eso intentó usar la oscuridad de la noche y la distracción de los demás, pero no se percató de que a la distancia Zumbi lo observó escabullirse. Claro que Zumbi se encontraba ocupado en ese momento junto a los demás Quilombolas peleando contra los esclavos de la hacienda Walker.
Mas tarde Rogelio llegó a la jefatura para buscar ayuda, él ingresó lo más rápido posible, casi corriendo por lo que chocó con un oficial haciéndolo tambalear y casi caer.
-Perdone. -Dijo Rogelio intentando recuperar el aliento.
-No se preocupe. -Responde el oficial.
-Señor Rogelio ¿Qué pasa? -Le preguntó el capitán Espinosa a Rogelio al verlo.
-Necesitamos su ayuda, La hacienda Walker está bajo ataque! -Exclamó Rogelio.
El capitán Espinosa dio un salto levantándose de la silla donde estaba sentado para preguntar;
-¿Cómo bajo ataque?
-Quilombolas invadieron la hacienda, son demasiados y están atacando a todos! -Replicó Rogelio.
-Ustedes quédense aquí a cuidar a los prisioneros. -Les ordenó el capitán Espinosa a los oficiales que estaban sentados junto a él en la jefatura. Rodeó su escritorio para ir a donde estaba Rogelio.
-Iremos con todos los oficiales disponibles y los ayudaremos a proteger la hacienda. -Aseguró el capitán Espinosa.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 23 Episodes
Comments