Capitulo 09

17:00 PM aún en la prisión Jorge estaba en su celda sentado cuando repentinamente escucho que le hablaban.

-Tienes visitas. -Dijo el capitán Espinosa abriendo la puerta de su celda para que entre Antonio Walker.

-Vas a salir. -Le dijo Antonio.

-No, no. -Se quejo Jorge. -Yo les dije todo lo que sabía.

-Y por eso eres libre. -Le contesto Antonio.

-¿Que? -Pregunto Jorge confundido.

-Esto es para ti. -Le dijo Antonio extendiendo hacia el su mano en la que sostiene un sobre amarillento.

-E-esto es...

-Si, es tu carta de libertad. -Le contesto Antonio entregándole el sobre en sus manos.

-Gracias. -Le dijo Jorge con mientras extendió su mano hacia él.

De mala gana y por pura formalidad Antonio estrecho su mano y le dijo;

-Todo hombre tiene que ser su propio dueño esa es la única razón por la que lo hice.

-Aun así gracias. -Volvio a agradecer Jorge.

Año 1578, martes 14:24 pm.

Jorge ahora es un hombre libre y feliz que trabaja como cazador y pescador, ese era un trabajo en el que está teniendo mucho exito. Cómo es de costumbre el se había adentrado en el bosque para cazar pero esta vez sería diferente a las demás.

Cuando se encontraba persiguiendo a un conejo repentinamente comenzó a escuchar unas risas infantiles, esa era la risa de una niña y eso era algo extraño ya que era algo sabido que ese bosque era de caza y no sería algo fuera de lo normal ver a otro cazador pero ¿Una niña?.

Ese no era un lugar común para acampar sobre todo por los pumas y otros animales peligrosos por lo que por curiosidad despidió ir hacia haya. Se imaginaran su sorpresa cuando al acercarse a la cueva de Zugamurdi pudo ver fuera de la misma a una niña que estaba flotando en el aire. Eso llamo su atención y lo sorprendió de tal manera que tardo en darse cuenta de algo importante y es que cerca de esa niña viendola volar se encontraba Merga Waterhouse.

En estos años el había escuchado rumores de aquella mujer con la que el se había encontrado decían que ella era una bruja que usaba a los recién nacidos como sacrificio, también había escuchado que cuando había un menor que les interesaba particularmente contrataban a alguien para secuestrarlo y aunque eso era algo que el no creía todo cambio en ese momento. Al ver a Merga Jorge se impresionó tanto que intento retroceder asustado pero por mala suerte para él al hacerlo piso una rama la cual se rompió produciendo un sonido que alertó a Merga y a la niña de su presencia.

-Zolù, ve por el espía. -Dijo señalando a los arbustos detrás de los cuales se escondía Jorge.

Al oír eso Jorge volteo a ver a la cueva de dónde salió una extraña criatura era un monstruo con apariencia de un zombi, era un cadáver viviente con una avanzada descomposición por lo se le estaba cayendo la piel a trozos. En lo que quedaba de su rostro se podían apreciar gusanos en los músculos expuestos al igual que tiras de piel que traia colgando de las que aún no habían llegado a desprenderse totalmente.

El rostro de la criatura era inexpresivo tal vez debido a que lo que quedaba se sus labios estaba cocido o tal vez se debía al hecho de que solo le quedaba un ojo en el lado derecho de su cara mientras que en el lado izquierdo una cuenca vacía, así como parte de su cráneo expuesto. Lo más extraño de esta criatura eran sus brazos; tenía marcas de costuras en sus muñecas y sus codos estaban hacia adentro bajo sus bíceps.

La impresión de Jorge fue tal que al intentar escapar desesperado cayo hacia atrás tropezando con las ramas y rocas del lugar.

-Baja Tiba. -Le dijo Merga tomando a esa niña de la mano para bajarla mientras su criatura había ido a buscar a Jorge.

Jorge corrió despavorido intentando escapar del monstruo, para evitar que lo vea se escondió detrás de un árbol y se quedó esperando a que se fuera. Cuando esa criatura parecía haberse ido en otra dirección dió un suspiro de alivio, para estar seguro de que se había ido se asomo para ver si podía verlo pero para su sorpresa el monstro lo atrapo desde atrás sosteniendolo con un fuerte abrazo.

-Auxilio! -Grito Jorge pidiendo ayuda.

Por más que lo intento no podía liberarse del agarre del monstruo pero algo más fuerte que su abrazo era su olor. Por más que intento llevar sus manos a su cara para tapar su nariz no llegaba a moverse, los brazos del monstruo lo rodeaban a la altura del pecho y eso provocó que ese olor horrible a podrido que lo mareara tanto así que se vómito antes de quedarse desmayado.

Cuando Jorge despertó se encontró que estaba atado en una silla y que frente a el estaba la pequeña Tiba observadolo con una sonrisa antes de acercarse a la salida de la cueva para gritar;

-Señora, ya despertó!

Jorge intento soltarse desesperadamente de la silla.

-Gracias, ve a jugar afuera. -Le dijo Merga a Tiba con una sonrisa.

-Si, señora. -Dijo Tiba antes de salir.

Cuando Tiba salió de la cueva Merga fue hacia Jorge con una sonrisa.

-Es verdad, es una bruja. -Le dijo Jorge asustado.

-Y vos me fallaste. -Le dijo Merga sonriente. -Te dije que quería a esa niña.

-Pe-pero ahora tienes otra y tal vez te sea más util. -Le contesto Jorge.

-No, esa niña es muy especial. -Le dijo Merga molesta.

Jorge habia escuchado que Merga solía maldecir a la gente que la hacia enojar y que de eso no podía resultar nada bueno, de hecho, se creía que si ella maldecia a alguien lo mejor que a esa persona le podia pasar era morir de algún modo horrible y lo peor era vivir en la ruina ,tantas con tragedias y sufrimiento que desearían morir. Jorge conociendo todas esas historias y sabiendo que eran reales esperaba un final piadoso pero por mala suerte para él Merga lo necesitaba vivo.

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