-Cuidado! -Grito Joaquina observándolos junto a Carol.
Al escucharla y sentir la barandilla chocar con su espalda Antonio se volteo unos segundos durante el forcejeo provocando que el atacante ganara algo de ventaja y pudiera acercar el cuchillo su suficiente como para clavar la punta del puñal en el pecho de Antonio haciéndolo gritar. Antonio luchaba por apartar su mano mientras su atacante forcejeaba por enterrarle la hora del cuchillo en el pecho algo que nadie notaba era que el iris de los ojos de Carol cambiaron de color de celeste a un azul brillante mientras estaba observando aquella escena. En ese momento Joaquina salió de la casa y grito para llamar a dos vigilantes que vio a la distancia haciendo su ronda nocturna, pero mientras y para sorpresa de Antonio pudo no solo apartar el cuchillo de su pecho si no tambien quitárselo. Era como si su atacante se hubiera debilitado de un momento a otro y a la vez el se hubiera fortalecido pudiendo tirarlo al suelo para inmovilizarlo a pesar de eso luego del forcejeó Antonio termino cansado por lo que lo único que podía hacer era hacer tiempo forcejeando para mantenerlo en el suelo hasta que llegara el ayuda.
Cuando volvió Joaquina volvió con los dos vigilantes de seguridad los cuales subieron por la escalera para ayudar a Antonio quien estaba sobre el atacante manteniéndolo en el suelo así que luego de amarrar las manos del secuestrador Antonio envío a unos de sus empleados que fuera a buscar al capitán Espinosa y al Doctor Romero.
Ya más tranquilos Joaquina fue llevar a Carol a dormir mientras Antonio y el resto se quedaron con aquel tipo hasta que llegaran. Antonio se sentía afortunado cuando el doctor Romero trato su herida ya que le dijo que tenía mucha suerte de que aquel cuchillo no había llegado profundo porque la herida estaba a la altura de su corazon.
-Gracias por venir y perdon por molestarlo a esta hor, doctor. -Se disculpo Antonio dándole la mano.
-Es mi trabajo, me alegra poder ayudar. -Le contesto el doctor Romero despidiéndose de el.
Ya sea por suerte o milagro Antonio logro sobrevivir hasta que llegaron a auxiliarlo el doctor pero eso estaba lejos de terminar aún porque ahora había que ver qué era exactamente lo que lo llevo a meterse en su hacienda.
-Me alegro de que este Bien. -Exclamo el capitán Espinosa sujetando al tipo que habia entrado a la hacienda. -Voy a llevármelo.
-Todavia no. -Le dijo Antonio. -Primero quiero saber que era lo que quería.
Antonio se puso de pie frente al sujeto quien levanto la vista para verlo con una expresión de desprecio.
-Usted descanse. -Le sugirió el capitan Espinoza.
-Tengo que saber a qué se debe esto. -Replico Antonio.
-Por supuesto pero ahora lo principal es que descansen usted y su familia. -Le respondió el capitán Espinosa. -Mañana vaya a la prisión y lo vamos interrogar, haremos que diga todo.
Antonio levanto la vista hacia las escaleras que dirigían a su habitación y recordó que a Carol y Joaquina también las había afectado lo sucedido por lo que decidió seguir el consejo del capitán Espinosa y dejarlo que se lo lleve a la prisión para descansar. A pesar de eso sería difícil que solo fuera a descansar y es que después de lo que que sucedió no iba a ser tan simple por lo que al menos despidió reforzar la seguridad por lo que esa noche los guardias se quedarían fuera de la casa vigilando por si acaso.
Al día siguiente Antonio reorganizó a sus empleados para que se encargarán más de la seguridad ya contratará más empleados pero lo principal era estar seguros de que lo que había sucedido no se volvería a repetir por eso fue a la prisión.
15:00 PM, Prisión de Zugamurdi.
Cuando Antonio llego saludo al oficial de la recepción quien se encargo de llamar al capitán Espinosa.
-Señor Walker, buenas tardes. -Lo saludo capitán Espinosa estrechando su mano.
-buenas tardes, Capitán Espinosa. -Lo saludo Antonio.
-No estaba seguro si vendría. -Le dijo el capitán Espinosa.
-Mi esposa me dijo que el le dijo que lo que queria era a mi hija así que con mayor razon tengo que saber porque. -Le contesto Antonio.
-Pense que esto era una especie de asalto. -Le dijo capitán Espinosa.
-Al principio pensé lo mismo, que había querido llevarse algunas cosas cuando Joaquina lo vio, pero ella me dijo que lo que el quería llevarse no era algo material. -Le comento Antonio.
-Entonces lo haremos hablar. -Aseguro capitán Espinosa.
El capitán Espinosa llevó a Antonio hacia la celda donde estaba encerrado mientras conversaban.
-¿Descubrió algo de él? -Le pregunto Antonio.
-Solo su nombre. -Le contesto el capitán Espinosa.
Cuando llegaron a la celda el capitán Espinosa se puso de pie frente a la puerta viendo hacia dentro para decirle al prisionero;
-Señor Jorge Pereira, tienes visitas. -Le dijo el capitán Espinosa.
Aquel hombre levanto la mirada, el es un hombre de piel muy oscura (negra) que hacen juego con ojos color café oscuro, su cabello es afro corto el cual lo que acentúa su rostro delgado. Sus vestimenta era una camiseta gris de mangas cortas y unos pantalones olgados de color cafe.
-Pónganse de pie. -Le pidió el capitán Espinosa a Jorge.
Jorge se puso de pie en silencio y se quedó viendo hacia donde estaba Antonio con el capitán Espinosa y otros oficiales.
-Mede, abra la celda. -Le pidió el capitán Espinosa a uno de sus guardias.
El guardia de turno que custodiaba las celdas se dirigió hacia la puerta de la celda para abrirla mientras el capitán Espinosa se volteo a ver a otros dos guardias y decirles:
-Sujetenlo.
Los dos oficiales que los habían acompañado a las celdas entraron para sujetar a Jorge y esposarlo.
-Puede entrar. -Le dijo el capitán Espinosa a Antonio luego de que los guardias salieran.
Antonio entro a la celda donde estaba Jorge seguido del capitán Espinosa quien se quedó de pie junto a él.
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