Capítulo VIII

Gerald.

—¿Aaahhh viste?

— ¿Qué te dije? — Qué en lo que entrara la abeja reina cambiarías. —Coño macho pero no quieres dejar para nadie, déjame esa a mi, tú tienes ahí por lo menos cien números de teléfonos — comenta Aarón.

Sonreí y seguí observando a esta bella dama, veo como baila, y pienso que sí da la vuelta , mostrará las braguitas, es que el vestido es demasiado cortito. También observo como casi todos los hombres la miran, es que destaca y se ve tan espectacular que hasta las mujeres la miran con desagrado, se les nota la envidia, aún así, ella ni sé inmuta. Se desenvuelve fenomenal, y ni siquiera se tropieza, y eso que calza unas sandalias altas doradas de tacón fino que la hacen verse mucho más sexy.

Me ha impresionado gratamente. Justo veo cuando va a dar la vuelta, y pienso :

¡Ay Dios si su faldita se levanta se le verá todo! ¡¡Ohhhh!! para mí sorpresa, e imagino que para todo el que la observa, lleva debajo unos minúsculos shorts de la misma tela de la falda como las que usan las tenistas, y al levantarse pues no mostró nada más allá de un simple pantaloncito cortito, qué por cierto, le hace un trasero espectacular. Respiré aliviado.

De verdad qué la chica llamó la atención, es qué todos la veían. Luego los dos volvieron a la mesa. Salgo de la barra, me dirijo al frente para de manera disimulada contemplar mejor a esta hermosura, pude apreciarla conversar, reír, y con delicadeza pasar la mano por su cabello, también levantar el vaso y solo beber un sorbo, se nota que no es de mucho tomar y menos fuma, eso también me encantó. Regresé a la barra y le dije a mis amigos

—¡¡Joder amigos, no me había impresionado tanto una chica, es increíble!! —Me gusta, me gusta.

—¡Ay Dios, otra que va para tu colección! — y es una pena ya que se ve encantadora — sonríe Aarón.

No hago más que mirarla idiotizado, me provoca acercarme e invitarla a bailar, sin embargo no me queda claro si el chico con quién baila es su pareja. No obstante el destino quiso mostrarme algo, entonces veo cuando uno de los chicos le da un piquito en los labios al otro que está sentado a su lado.

Todos nos miramos y sonreímos, les digo:

—Ah bueno amigos tengo luz verde. Tomo una servilleta me la paso por mi rostro secando el sudor, bebo un trago, y salgo detrás de la barra, camino hasta su mesa, estaba temblando esto no me había pasado desde que era adolescente.

Me acerco, y tendiendo mi mano le digo:

—¿Bailamos?

— Dirige su mirada a sus amigos, con el que ella bailaba le dijo:

—"Ve a bailar" —¡Diviértete!

Tomó con naturalidad la mano qué le ofrecía. Pero, un no sé qué me hizo casi perder el equilibrio. Me calmé y la llevé a la pista.

¡Qué divino se siente tenerla en mis brazos!, tiene una gran soltura y a la vez parece que baila en el aire de lo liviana que la siento.

Algo llamó poderosamente mi atención, y es que no le sentí fragancia de perfume, colonia, crema, ni nada. Solo emana de su cuerpo la propia esencia de sus feromonas, la respiro, es muy agradable, tanto, que ha invadido mi olfato y mi cerebro muy suavemente, es maravilloso. ¡Me encanta!

Algunas personas tenemos que bañarnos en perfume, sino lo hacemos pareciera que no estamos listos para salir, bueno a mí me pasa. Quise preguntarle, pero me pareció de mal gusto preguntar algo tan personal.

Después de bailar más de dos canciones, la llevé a la mesa, y volví a la barra, mis amigos me miraron y yo le hice un gesto igual cuando estamos comiendo algo que te fascina, y al mejor estilo italiano dije:

—¡Mamma Mia!...¡Qué divina es!

—Paolo comenta:

—Macho, te cambió la cara, se te ve radiante. Pero mira, más de una quiere matar a la chica cuando vieron que tú la sacaste a bailar. Si las miradas mataran, ya estuviese muerta la abeja reina.

sonrío y le digo:

—Bueno yo no tengo culpa «jajaja»

—¿Y qué?

—¿te la llevarás a pasar una linda noche?

—Pues claro, una noche nada más, acuérdense que tengo novia y sé qué más temprano que tarde, me casaré con ella.

—¡Bravo amigo pendejo! —Pues disfruta mientras te llega la prisión. «jajaja» Todos reímos. Pero yo no le quito la vista de encima. En eso una hermosa rubia viene hacia donde nosotros, se me acerca y me dice:

—¿Bailamos guapo?

—Oye — le digo:

—Aquella chica que está allá sentada, la de rojo, bueno, ella es mi novia, y estamos medio peleados, si me ve bailar con otra, pues va a ser peor. Así qué discúlpame. Pero mira, este quiere bailar contigo, señalando a Paolo.

Todos reímos una vez más, es que yo no quería bailar con nadie más que no fuese ella. En otros tiempos claro que bailaba y hasta me besaba con todas, pero hoy solo quiero hacerlo con una sola, y hasta quisiera besarla. Solo pensar en eso siento una erección.

Es qué no tengo ojos para nadie más. De hecho está en la pista bailando con su amigo, en lo que da la vuelta, me mira, y me siento suspendido del suelo, flotando, pude apreciar que tiene unos ojos muy negros, negros como la noche qué hace un bonito contraste con su cabello color miel y sus labios rojos como un coral.

Aaron se me acerca y me dice:

—Te veo mal, esa chica como que te interesa más de lo que tú crees, y no para una noche.

Me quedo mirándolo y le digo:

—¿Esas luces nunca las apagas?

—Si amigo, ya viene el momento romántico. Allí bajamos las luces, todo a media luz.

—¿Dentro de cuanto tiempo?

—En diez minutos termina este set.

—Está bien, voy al baño.

Así qué me dirijo al baño, me lavo el rostro y vuelvo a salir. Al rato oigo al Dj invitar a todas las parejas de enamorados a la pista. Comienza el momento romántico.

Voy directo a su mesa y la invito a bailar, siento mi corazón como caballo desbocado. Justo bajan las luces, la tomo por la cintura y muy juntitos comenzamos a bailar, la acerco mucho más a mí y le canto suavemente al oído. Siento como tiembla entre mis brazos.

Cuándo ya teníamos mucho rato bailando, no aguanto más, bajo mi rostro hacia sus labios y los beso suavemente, ella me corresponde, y aunque la música sigue sonando, nos detenemos. Y como si no hubiese más nadie, seguimos besándonos con más frenesí por mucho rato más, acaricio su espalda de arriba abajo pero en eso rompe el beso, se suelta, comenta algo, me deja allí parado, y se dirige a su mesa. Me quedé impactado, no logro entender que sucedió.

Bueno, regreso a la barra con un nuevo sentimiento y una marcada actividad en mi entrepierna. Me quedé sentado allí, ninguno de mis amigos comentó nada.

Yo lo que hacía era mirarla, deseaba estar a su lado. Fue maravilloso besarla, ha sido algo más que me gustó de ella, es que no sé, había como inocencia, dulzura, ternura, pero a la vez pasión desmedida.

Pues no me daré por vencido. Mucho rato después de que subieron las luces y ya la música era más bailable, de nuevo la invité a la pista, solo le tendí mi mano y no dije nada, ella aceptó.

Siendo la música más movida bailamos de lo mejor, me gustaba darle la vuelta para que su faldita se levantara, podía ver cómo los hombres la miraban, y a mí, con envidia «jajaja»

Me reía por dentro, ya que quién la tiene soy yo, y me sentía orgulloso que todos la admiraran.

Sus amigos se acercan le dicen que se marchan, en lo que va a responder, les digo que no se preocupen, yo la llevaré más tarde, me mira asombrada, y les dice algo, pero ellos no le prestan atención, solo besan sus mejillas, se despiden y se marchan.

En ese momento me dije. Es ahora o no será nunca, así que aproveché y la invité para otro sitio.

Por supuesto, ella sabía adónde me refería.

Más populares

Comments

Gra MA GU

Gra MA GU

porque se tarda tanto en cargar los capítulos 😞

2024-05-14

2

yenifer marquez la escritora ✨

yenifer marquez la escritora ✨

Gerard es un pendejo

2024-05-12

1

Erica Godoy Silva

Erica Godoy Silva

si es un pendejo 😡

2024-04-30

2

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play