Capítulo III

Ada:

Sujeto la mano que me ofrece este hermoso y guapo hombre, con solo su contacto me pone a temblar de emoción, trato de calmarme un poco y caminamos hacia la pista de baile, me tomó fuerte por la cintura y comenzamos a bailar.

Luego de dos o tres canciones seguidas, me devuelve a la mesa dándome las gracias.

¡Ay!, pero a mí me ha dado escalofríos estar entre los brazos de este hombre tan atractivo —Qué extraña sensación he sentido

Mis amigos se alegran muchísimo y comentan que parece que este es el hombre, que es el indicado y que no lo pierda de vista.

Los observo y seriamente comento:

—Pero la verdad es que definitivamente están enfermos, ustedes como siempre, ni siquiera sé cómo se llama ese hombre y pretenden que vaya a acostarme con él....¡Por Dios santo, son insoportables los tres!. — Nos reímos de nuevo.

Seguimos disfrutando ya que aún la noche era muy joven. Efrén y yo de nuevo en la pista bailando, en eso, disimuladamente se acerca a mi oído diciendo:

—¡Mujer!, como que impresionaste a ese tipo, no te quita la vista de encima. Te daré la vuelta y verás que te observa muy atentamente.

Es cierto, en lo que me da la vuelta quedamos frente a frente; claro a cierta distancia, ya que está sentado dentro de la barra, sin embargo su mirada la tiene fija en mí. De una vez volteo hacia otro lado me siento intimidada, no obstante pude apreciar que sus ojos son de color gris como los de un gato y la combinación con su cabello tan negro como la noche lo hace verse increíble.

No no, no, este hombre definitivamente no es de este mundo, es un verdadero dios griego.¡¡Un adonis!!

Luego de un rato volvemos con nuestros amigos, seguimos disfrutando y tomando sorbitos de mi bebida.

Al Cabo de un buen rato, y como quien no quiere, Leidys comenta:

—¡No voltees!...tu admirador viene directo hacia acá nuevamente.

—¡Ay, no por Dios!... Comencé a temblar, pero debo calmarme si no se va a dar cuenta que me tiene idiotizada y que estoy babeando por él. Así que respiro profundo tratando de disimular y me digo: ¡¡Gobiérnate mujer y demuestra seguridad en ti misma!!.

Se acerca, tiende su mano diciendo:

—¿Bailamos de nuevo, hermosa?

Observo a mis amigos y en sus ojos vi el brillo de la alegría y la emoción. Se sentían igual que yo: ¡Eufóricos!.

Bueno, tomé su mano, y de nuevo sentí esa sensación nueva para mí que recorre todo mi cuerpo, y la verdad no sé explicar qué es.

Las cosas no pintaban bien para mí, ya que bajaron las luces y todo quedó a media luz, o sea, muy romántico.

¡Ay!, me muero. ¡Por favor auxilio!.

Con este mágico escenario, y sintiendo estas sensaciones ¿No será mejor que me lance al piso y le digo que me tome allí mismo? — que le obsequio mi tesoro así sin más. Me parece que es mejor, a tener que estar entre sus brazos. Y lo peor, ahora me canta suavemente al oído. ¡No por favor!... Siento escalofríos y hasta estoy mojada. Creo que en verdad este como qué es el hombre.

Y bueno, por si tenía alguna duda, el guapo hombre ha bajado su rostro hacia el mío besándome levemente en los labios, imagino que esperando que le corresponda. Me quedé sin saber qué hacer, aún así prosigue con suavidad con lentitud y entra en mi boca de una manera tan sutil, tan dulce, nos quedamos allí inmóvil. La música seguía pero para nosotros se detuvo el tiempo.

No sé si lo b3saba bien, tan solo sé que con esa lengua dentro de mi, hice de todo, chupé, acaricié con la mía, jugué con ella trazando pequeños círculos, y me he paseado por toda su boca. Él tampoco se quedaba atrás, me tenía loca, casi a punto de perder los sentidos.

Su mano recorrió mi descubierta espalda de arriba abajo, sentí que moría y volvía a vivir, sin embargo en un momento de lucidez, dejé de besarlo, me separé de su lado y entre dientes tan solo dije:

—Lo siento — y regresé a la mesa.

Mis amigos que habían visto todo lo que en medio de la oscuridad podían apreciar, me auparon a que si me invitaba a otro sitio, pues que acepte y ya.

—Mira, ese hombre está demasiado buenote, aprovecha y hazlo tuyo, y tal como la canción: "Dale a tu cuerpo alegría Macarena" —¡Y al carajo los enfermos! — dice Efrén riendo.

—Eso es verdad. —también comenta George:

—Es lo que siempre, te hemos dicho adorada amiga, y aunque suene trillado, pero es así:

La vida es muy breve mi alma, debuta con ese tipo y más nada. ¡Sin remordimientos!.

Además, te amoldas muy bien a su cuerpo. O sea, chica dejaste a ese hombre armado como carpa de circo, «jejeje» . Así que si te dice para salir, no lo pienses dos veces, y dale tu perla. A vivir la vida, y como dice Leidys "vive y vacila"

—Por cierto, —pregunto intrigada:

—¿Y qué se hizo?

— Bueno ella no pierde tiempo, se marchó con el papacito súper atractivo que se levantó, bailaron, charlaron, tomaron y después decidieron ir a otra parte a continuar su fiesta. Prefirieron bailar en la cama, ya sabes «jajaja» Reímos como locos.

Así seguimos un rato más, estábamos muy contentos, realmente pasando el tiempo bien agradable.

Ya había pasado el momento romántico, y en la pista de baile encendieron de nuevo las luces, mejor dicho, las subieron, ya que no las habían apagado totalmente permitiendo que el lugar estuviese a media luz, pues ahora estaba abarrotada de personas que disfrutaban al son de la buena música bailable que sonaba el DJ.

George rápidamente me hace una señal, y es que viene hacia mí de nuevo mi locura, mi gran tortura, en absoluto silencio y observando fijamente mis ojos, solamente tiende su mano. Obviamente invitándome a bailar.

Al parecer ahora sobran las palabras..

Nota de autor.

Saludos apreciados lectores, espero estén disfrutando esta historia escrita con dedicación, esmero y respeto para ustedes.

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