—Amo Caín.
La voz susurrante de la chica volvió a escucharse.
«¿Quién es ella? ¿Un demonio...?», se preguntó él.
—Amo no tiene que estar a la defensiva, nosotros nos encargaremos de protegerlo. —avisó la chica misteriosa.
Él no entendía nada.
¿Por qué de repente apareció una chica llamándolo “amo” y diciéndole que lo protegerían?
Confundido miró por doquier…
—Amo no sé preocupe, solo usted tiene el poder de verme.
Él volvió a fijar la mirada en ella; un aspecto sombrío con una voz robótica lo miraba sin parpadear.
—No le quitó más su tiempo Amo. —y dicho eso la chica se esfumó de su vista.
«¿Eh…?»
Tenía dudas al respecto pero lo dejaría para después. Se apresuró a llegar a su casa para ir por su uniforme y dirigirse al colegio cuanto antes.
…
—Justo a tiempo. —dijo el guardia.
Estaban a punto de cerrar las puertas del Colegio y Caín logró llegar en cuestión de minutos.
«Maldición. ¿Qué sucede conmigo? No suelo cansarme tan rápido.»
Un poco agitado se encaminó a su salón de clases, aún faltaban diez minutos para iniciar por lo que dirigió a la cafetería.
Entonces atisbó a Isabela quien se encontraba a un rincón de la misma cafetería.
Él recordó que llevaba la libreta de ella así que se lo entregaría de una vez.
Al mismo tiempo, él se preguntaba a quién recibiría.
¿Acaso Bae le tomó el pelo para mandarlo al Colegio?
Sin más preámbulos, fue directo a ella.
Pero lo que él no percibió fue la presencia sigilosa que lo seguía.
Los murmullos no sé hicieron esperar ante la “belleza” que radiaba aquella estudiante que iba detrás de Caín.
Isabela, por su parte, estaba perdida en sus pensamientos; no tenía la menor idea que el “demonio del colegio” lo tenía frente suyo.
«Papá sigue con ese dolor de cabeza. ¿Cómo lo convenzo para que vaya al médico? Cada día su salud se debilita.»
—¿Oye?
Caín agitó su mano en la cara de ella.
De inmediato, Isabela reaccionó.
—El otro día olvidaste tu libreta.
Ella observó perpleja su libreta que creyó que había perdido; era algo íntimo y apreciado para Isabela por lo que no pudo evitar sonrojarse.
Caín le entregó la libreta y ella lo agarró guardando lo en su mochila.
Cómo era de saberse, los murmullos no sé hicieron esperar sobre ellos.
«Mm. Él es popular…puedo sentir todas esas miradas furtivas sobre mí.»
Antes que Isabela le pudiera agradecer… Una chica apareció en escena, tomando el antebrazo de Caín con confianza y una mirada coqueta.
Todos lo que observaban quedaron estupefactos ante la chica bella con dotes prominentes sonriéndole a Caín con picardía.
Por otra parte, él quedó paralizado; bajó su mirada y no tardó en oscurecer sus ojos ámbar.
—¡Hola! —la chica lo saludó con una extensa sonrisa.
Nadie podía creer lo que veían.
¿Quién en su sano juicio se atrevía a tocar al Demonio del Colegio?
Los comentarios no se hicieron esperar sacando como conclusión que se trataba de la novia de Caín…
Claro, ella era hermosa y él atractivo, eran tal para cual.
Isabela también estaba estupefacta, ni siquiera sabía por dónde mirar pero los murmullos fueron demasiados para ella.
“¿Esa qué hace ahí?”
“Es un mal tercio”
“Una nerd opacando tal vista”
—Er. La clase está por empezar. —dijo casi tartamudeando.
Sin decir nada más, rápidamente se marchó de la vista de él.
Caín se alejó de la chica pero está lo volvió a tomar del brazo.
—No sé quién seas pero suéltame ahora. —él gruñó con ferocidad.
—Soy Fathnir. —le susurró muy cerca.
—¿Qué mier—
—Ja. No digas nada y ven conmigo.
“Ella” se llevó a Caín a la parte trasera de la cafetería.
Fathnir soltó un gran suspiro.
Caín no lo podía creer.
Estaba enojado por la noticia.
—¡Esto no es lo que esperaba! —Fathnir se quejó por la misión de “primer rango” que le instruyó Bae.
En su mente no pasó que la misión consistía en ser una linda chica colegiala.
Caín: —¿Qué carajos están haciendo? —espetó.
Quería una explicación cuanto antes.
¿Qué es lo que pasaba por la mente de los demonios?
Primero fue Madel quien se mostró como un “joven enfermero” y ahora era Fathnir siendo una chica…
—Dame un respiro. ¿No ves que ahora soy una chica? ¡Esto es vergonzoso! —exclamó él, arrepentido por la misión.
Caín inexpresivo le dijo: —No sabía que un demonio tuviera gustos extraños.
Fathnir se sintió ofendido.
—¡Ey! No me veas como un pervertido. No soy esa clase de demonio. —refutó hasta el cansancio.
«¿Por qué el jefe me dio está misión? Infiltrarme para proteger al principe pero, ¿Al menos él lo va a permitir?»
—¿Y bien? ¿Qué haces en el colegio?
—Mi prioridad es cuidarte mientras estés aquí. Mi jefe fue un poco escrupuloso sobre ti.
Caín frunció el ceño.
—¿Cree que no puedo cuidarme?
«No soy un niño.»
—Solo sigo las órdenes al pie de la letra. Espero puedas comprender la situación.
Fathnir realmente no deseaba ser un tormento pero no tenía de otra que seguirle los pasos a Caín.
—Puedes hacer lo que quieras pero no te entrometan en mi camino y menos me sigas, se pueden hacer ideas equivocadas. —mencionó él.
No le importaba las habladurías pero sabiendo que Fathnir era un demonio masculino, le causaba repelús.
Caín no tenía más que decir así que se encaminó a su aula.
—Espera, ¿A dónde vas?
—A clases.
«¡¿En serio?! Esto se significa que voy a estudiar junto a los humanos, voy aprender lo que ellos…»
Fathnir se ahogó en un vaso de agua mientras que Caín caminaba todo despreocupado.
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