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Aubrey.

Puedo sentir incluso el peso de su mirada sobre mi. Él parece fastidiado y su dedos chocan contra la superficie de la mesa como si fuese un piano.

—¿Estas bien?— Pregunto luego de un rato.

—¿De donde conoces al profesor Marcus?— Sus manos se han cerrado en puños y yo no logro entenderlo.

—¿Qué a pasado...?— Pregunto intentando llegar a él, rodeando la mesa.

Sean coloca una mano sobre su hombro pero el se sacude. A este punto las miradas de muchos están sobre nosotros.

—¡Tu!— Me señala dejando salir aire de su boca.—Explicate.

No se que decir. Volteo y Noah se a alejado bastante muy pegado a la pantalla de su teléfono.

—Deberíamos hablarlo en privado, calmate.— Intente decirlo calmado pero mis nervios me traicionan.

Él me sostuvo la mirada hasta que se sentó. Comenzó a mordisquear sus labios y a tronar los dedos de sus manos.

—¿Por qué te comportas así, Kai?— Sean se inclina para quedar cara a cara.

—No te comportes como mi hermano mayor porque no lo necesito. Dejame.

«¿Ellos son...?»

—Aubrey, ¿de donde conoces al profesor Marcus?— vuelve a preguntar entre dientes.

—Él es...— me detengo al tener su atención, ¿realmente debo decirlo solo así?

—No lo fuerces, Aubrey no tiene porque darte explicaciones.

En su mirada hay una confusión casi abismal. Quizás si habláramos un poco podríamos entendernos. Parece inaccesible pero de seguro algo querrá.

Observo el reloj en la pared.

—Ven conmigo después de clases. — dije a lo que Sean le dedicó una mirada vacía y él solo asintió.

Cuando la campana sonó nos dispersamos.

En las ultimas tres clases continuas no pude asimilar lo sucedido, es demasiado para mi intentar buscar una respuesta. Me moví de un salón a otro hasta el ultimo de literatura.

Al salir, me quede a esperar en la puerta principal, tanto Noah como Sean se unieron a mi.

— ¡No puedo creerlo!, Rain estará de gira aquí en dos meses.— Noah estaba tan sonriente y sus ojos brillantes.

—¿Quien es?— Preguntó Sean posándose sobre la pared.

—Es un amigo, algo como una celebridad pero independiente.— Noah busco en su teléfono para mostrarle una foto de su galería.

—¿Conseguirás entradas o algo así?— pregunte, en realidad me estaba quedando fuera de la conversación.

—Oh, no.— él me sonrió ladino y yo alcé mis hombros.

— Se ve...— Susurro Sean.

—Como un zombie pero con luces.— Complete.

Noah rodo sus ojos guardando el teléfono en su bolsillo.

Hasta ahora no me había dado cuenta de que Sean traía la figura en sus manos.

—Oh, lo siento...— Empecé a decir y extendí mis manos, él me la dió negando con su cabeza.

—A todo esto, ¿eso es un centauro?— preguntó Noah.

Sean asintió ayudándome a guardarla en mi mochila.

—¿Porqué?— volvió a preguntar.

Sean estaba por responder cuando, Kai apareció.

—¿Vamos?— Pregunté.

Me despedí de Noah y Sean dejándolos con expresiones confusas.

Comenzamos a caminar hasta el parque.

—¿Y bien...?— Dije.

— Solo dímelo, ¿como se conocen?

— No quiero ser grosero pero hay cosas que son personales y yo-

—¿Personales?, entonces es así, ¡tu estas saliendo con él y por eso tiene fotos tuyas en su teléfono!

Mi sangre se heló o el clima es así de fresco ahora, pero el sol...¡¿como?!

—No, Kai eso no es.

—¡No me digas así!, tu no eres nadie para llamarme así.— Sus lágrimas comenzaron a desbordarsé y yo no puedo reaccionar a mas que abrazarlo .

«...este chico».

—Lo siento.— Susurré.

Él se aparto de golpe y coloco sus manos sobre mis hombros. Sus ojos rojos se confunden con el marrón de sus iris.

—Él y yo no tenemos ese tipo de relación.— Me siento atrapado en la situación y mas si lo pienso, ¿como él vió su teléfono? O en ellos.

—Allen, deja de llorar, ¿Qué hiciste?— Una mujer de cabello ondulado y vestido salmón se paró frente a nosotros. Parece molesta.

«¿Allen...?»

—Gracias por cuidarlo pero me lo llevo a casa.— Ella lo haló del brazo y él no se opuso, se dejo llevar a rastras hasta un auto negro a casi una cuadra.

«¿Qué acaba de suceder...?»

Una llamada llegó a mi teléfono.

“Estela, mamá".

Volví a guardar mi teléfono. No tengo ánimos de fingir ahora.

El teléfono repicó unas cuantas veces mas y conteste.

—¡Audy, te estoy esperando en casa!—  alejo el dispositivo de mi oreja lo mas rápido que puedo, Noah me dejara sordo algún día de estos.

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