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La vista es grandiosa. Las palmeras, el basto mar azul y un olor salado. Noah a corrido para mostrarle a Rain los criaderos de peces luna.

—¿Te parece si nos dispersamos?, nos encontraremos a la orilla luego del mediodía.—Preguntó la madre de Noah, dándome un aerosol de bloqueador solar.

—Si, mamá.— Respondo. Creo que cuando empecé a ir a la casa de Noah adapte la costumbre de llamarla así, de igual forma a papá.

Ellos se alejan tomados de las manos.

Supongo que no es buena idea ir y romper la burbuja de su felicidad.

Me senté en cualquier parte, aun es temprano y la marea no sube.

A pocos metros de mi hay un grupo de personas y frente a ellos alguien posando para una cámara.

Una sonrisa inconsciente se forma en mi rostro al ver la modelo suspirar antes de sonreír como si realmente fuera su estado de animo, ¿o no?

Quizás solo soy yo él que ve todo muy negativo.

Los caracoles sobre el suelo y las piedras de colores cobrizos me recuerdan a que alguna vez hubo una pecera en casa...pero, no recuerdo cuando dejó de estar.

El teléfono vibro en mi bolsillo y tome la llamada sin prestar mayor atención.

—¿Aló?, ¿Aubrey?

Sentí mi estomago expandirse, como si estuviera haciendo espacio para que pudiera comprimirse y desbocar una serie de emociones negativas.

—¿Estas ahí?

—Oh, si, si. Estoy aquí...

—Hace un rato no cogía la señal, ¿estas bien?, ¿adonde estas?

—Salí con un amigo.

Hay un ruido, al otro lado de la linea, seguido por el llanto de un bebe y una voz aguda que lo consuela.

—¿Ellos están bien?— de alguna manera no digiero que mi madre tenga otros hijos, otro hogar, pero mentiría si digo que no tengo curiosidad.

—Lo están. Seguro es alguno de sus juegos que ellos mismo entienden.

Volví al silencio aunque ellos mantienen su ritmo animado. Quisiera hablar sobre lo sucedido con el profesor Marcus pero se que solo estaré confesando al vacío. Ella tiene sus problemas y yo no represento nada.

Las palabras se atoran en mi garganta mientras ella me cuenta sobre su trabajo y algunas cosas triviales, ¿como puede hablar tan tranquila?

—Oh, me tengo que ir. Amin ya esta en casa. Cuidate, Aubrey.

No tuve tiempo de decir nada.

Ella colgó.

Susurré un “hasta pronto"  al viento.

Un brazo me rodeo sobre los hombros.

—¡Jovencito!, ¿esta usted bien?— Él sonrie pegando su cabeza a la mía. Es una broma entre nosotros que surgió de un película.

No respondí, mas bien, tire un poco de arena húmeda que se resbalo por su camisa.

Sonreí cuando su expresión se volvió en una mueca y devolvió un ataque de cosquillas. Reaccione hasta que estaba embarrado en la arena. El día se nos esfumo  entre juegos y platicas nada concretas, incluso olvidamos almorzar y para cuando el sol se estaba ocultando, los padres de Noah volvieron.

Nos trasladamos aun lugar menos céntrico y rodeamos una fogata.

—Bien. Ya que esta oscuro deberíamos de empezar, lo calcule bien porque es el punto de luna llena.

El sonríe y pide que sigamos sus movimientos. En unos minutos terminamos tumbados hacia atrás con la vista al cielo. Estaba tan estrellado y brillante que sentí quedarme dormido.

Por alguna razón el canto agudo que ambos emitían me hizo sentir tranquilo ¿así se siente la calidez familiar?

Es extraño como parece que por dentro algo se detuvo y no me duele mas respirar.

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