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Solía creer que el culpable entre los problemas de mamá y papá era yo, con el paso del tiempo me di cuenta de que solo fui uno mas de los heridos en ese pequeño núcleo. No recuerdo mucho de mi infancia pero hay una escena que se repite en mi mente como una toma muy borrosa en una escala de colores fríos y nauseabundos.

Mi madre se encerraba en la habitación del fondo, la escuchaba llorar y algunas veces la veía con una expresión como si estuviera sin vida, las cosas cambiaron cuando luego de esos tres meses extraños ella me dejo con la abuela, vendió la casa y se fue, prometió que volvería pero nueve años después, ella aun no volvió. No puedo describir si es molesto o doloroso porque aunque lo piense no logro saber como termino sintiendo tan mal por las cosas y en otro extremo me siento tan patético y egoísta por no dejar que haga su vida lejos de alguien que solo representa un mal pasado.

Mi abuela intentaba consolarme diciendo que las cosas siempre suceden aun si son malas y no las merezcamos realmente.

Muy en el fondo solo quiero ignorar lo que sucedió.

—Audy, ¿porque no me dijiste que traíamos todo esto? pudimos pedirle a mi papá que nos trajera en el auto.—Noah se queja llevándo la caja con las telas dobladas y unas piezas de cartón forradas para simular ventanas.

Yo iba aun mas cargado con el material, pase toda la tarde corriendo de distintas tiendas, el almacén y mi casa solo para traer una pequeña parte de esto.

—¿Qué pensaste que haría con esto en casa?, de todas formas estamos cerca.

Llegamos hasta el salón del club de teatro, ahí estaba él chico antipático de antes y dos mas que quizás sean sus amigos.

Ni siquiera se molesto en saludar y comenzó a urgar en la caja. Sacó uno de los manteles.

—Tiene una buena costura, ¿esto es todo?

Le sostuve la mirada hasta me di por vencido y negué con un movimiento lento de mi dedo índice.

—Creo que deberían comenzar a ordenar la escenografía.— habló fuerte pero no gritando y ellos comenzaron a desempacar colocando las cosas.

Podía sentirme desplazado del ambiente y de no ser porque debo de reportar mi trabajo con el profesor me retiraría. Necesito puntos extra además.

—Voy a pasar a tomar la orden del club antes de la primera clase, te veo luego.— Noah palmeó mi espalda luego de eso y salió corriendo dejando la puerta medio abierta.

—Respecto a la sangre y maquillaje de los maniquíes, podemos hacerlo esta tarde.

Asentí llevando mis manos a una pluma azul que había quedado en la caja, es suave y seguro se desprendió del ave montada en macrame.

El se despidió agitando su mano  desapareciendo por el telón que cubre los vestidores al estar fuera del escenario.

Él profesor llegó minutos mas tarde e intenté ser lo mas breve posible entregando el presupesto, material usado y todo lo referente.

—Audrey ¿porqué no, solo lo aceptas?—Él preguntó casi arrastrando las palabras.

Yo sonreí débilmente y salí apretando mis costillas en un auto-abrazo, mire al suelo en todo el camino y al llegar al salón solo busque refugio en continuar el desarrollo del tema, me enfrasque en rellenar las páginas con la letra mas legible que pudiera trazar y preste atención a cada detalle para distraerme, porque no quería romper en llanto ahí mismo.

Al salir corrí a buscar a Noah, estaba solo en las gradas del campus sonriendo y posando al teléfono.

Me acerque deslizandome hasta quedar sentado a su lado.

—Kare wa watashinotomodachidesu kare no namae wa Audrey desu(Este es mi amigo. Se llama Audrey)— me señaló con emoción.

Entonces vi que estaba en videollamada con Rain, me pregunto cual sera su nombre real, seguro Noah lo sabe.

Es divertido escuchar como se esfuerza por hablar correctamente en japones cuando pueden comunicarse en inglés y no perder el tiempo en balbuceos.

Rain luce poco sonriente con una pared de granito negro de fondo y lo que parece una palmera, vestido con un pijama y con el maquillaje corrido.

No puedo imaginar que tenga esa confianza en tan poco tiempo y que parezcan tan familiares como cercanos si ni siquiera se han visto en persona, pero ahí estan, se observan y solo ríen como cómplices. Noah esta mostrándole la perforación en su lóbulo y él aplaude.

No puedo describirlo como envidia pero tener celos es egoísta.

—Ey, ¿necesitas una toalla?

Hay un chico frente a mi extendiendo una toalla, hay un pato bordado en ella. Entonces soy consciente del sudor que se a funcionado con una lágrima involuntaria, es el calor del sol.

Me puse de pie y la tome secandome de una sola vez con ambas manos.

—Yo...gracias y por el agua del otro día también.— en realidad hubiera querido ignorar eso.

—Ah, no es nada ¿estas mejor?

Me sonrió. Su sonrisa ea como un corazón y su cabello castaño. Es agradable de ver.

Asentí.

—Me llamo Thomas, pero puedes llamarme Sean, es mas fácil ¿Audrey, verdad?

Volví a asentir y esta vez retiro la toalla de mis manos. Supongo que sabe mi nombre por Noah.

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