Las leyes del amor son escritas por la locura en conjunto con el ciego corazón, la razón es ignorada, el raciocinio sale del lóbulo frontal del cerebro y pasa a ser abandonado en algún rincón del baúl más asegurado.
Alma dormía plenamente sobre su cama, por alguna extraña razón su mayor pesadilla ahora no se reprodujo, ni siquiera algún maldito fragmento. Todo fue tranquilidad y paz... ¡ahora sí que descanso!.
Abrió los ojos lentamente al momento que estiraba pies y manos. Algo llamo su atención, la mano izquierda toco lo que parecía un cuerpo desnudo.
La chica volteo la mirada hacia la dirección, tomándose con el cuerpo yacente del pelirrojo.
La primer reacción de Alma fue alejarse rápidamente, sin acordarse que la cama era tamaño matrimonial cayó de bruces sobre el suelo de azulejo celeste.
—¡Aahg!— el impacto le saco el aire instalado en los pulmones, y a su paso la aturdió de la vista.
Emilio al escuchar el golpe se despertó, buscando a Alma entre las cobijas se topo con ella en el suelo.
—¡Buenos días peque!— Instó con su increíble sonrisa.
Alma seguía aturdida, aún con todo en su contra lo escrutó con la mirada.
Maxwell se bajó rápidamente de la cama y, pasando una mano detrás de la nuca, la otra detrás de las rodillas la cargo y regreso a la cama.
Su dorso estaba completamente desnudo, dejando a la vista su six perfectamente trabajado. El calor que emanaba su cuerpo se transmitía al pequeñito de Alma, la cual estaba roja como tomate pues en su vida había visto desnudo a un hombre, ni siquiera a su padre, aunque solo fuera del dorso.
—¡Buenos días peque!— volvió a resaltar inhalando aquella escencia que el pequeñito y frágil cuerpo de la morena emanaba.
—¿Qué... haces... aquí?— Instó Alma buscando confort en los pulmones.
—Te dije que te buscaría a las 5:00 am.—
Por los ratos del sol que se adentraba a la habitación Alma dedujo que era más tarde.
—Pecoso, te equivocaste de horario — masculló Alma aún con el pelirrojo demaciado cerca.
—¡Claro que no!— se ofendió sin alejarse— Llegue muy puntual pero tienes el sueño muy pesado, ¡Pude haberte hecho muchas cosas mientras dormías!, eres como una piedra—
Alma sintió el aliento mentolado sobre su rostro, una especie de corriente eléctrica recorrió su espina dorsal.
Con la palma de sus manos empujó al pelirrojo —¡Más te vale que no me hayas hecho nada o de lo contrario te corto las bolas!—
La pequeña se levantó hecha una fiera, de tan solo pensar que un desconocido tocara su cuerpo le revolvía el estómago.
—Hoy tampoco podrás ir a la escuela— Emilio tomaba los extremos de su camisa, rápidamente esta descendió tapando el dorso voluminoso.
—¡Tengo que ir!, ayer no pude hacerlo y, seguramente eso me cueste mucho en mis notas—
—Hablé con el rector, le conté sobre tu decisión de tomar un curso en el extranjero, obviamente que a la mejor alumna l
no le negaría la oportunidad— Milo caminaba por la habitación como si no fuese un intruso —Por supuesto que la plata que le ofrecí también sirvió de mucho —
Alma, quien se mantenía ocupada organizando sus útiles paro en seco
—¿¡Sobornaste al rector!?— no podía salir del asombro.
—¡Ay niña!, pensé que tus calificaciones sobresalientes eran por tu gran intelecto— espetó con sarcasmo.
—Eres un desvergonzado— alma arrojó un lápiz en su dirección.
—¡Tengo hambre!— Instó mirando hacia el marco de la puerta —¿Qué tienes para desayunar?—
—¿De verdad no entiendes que estás en departamento ajeno?— Alma se adentro al guardarropa buscaba entre sus blusas.
—¿De verdad no entiendes que le vendiste tu alma al diablo?—
Alma salió para dedicarle una mala mirada, no podía dejarlo así como así.
Al asomarse por el marco de la puerta de su guardarropa se topo con el apuesto rostro.
Estaban tan cerca que podían sentir la respiración el uno del otro.
—Alma, yo soy el diablo—
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Comments
Solcito Allende
yo me quemó en ese infierno 🔥🔥🔥
2022-08-03
4
✳️💫Andrea Kabreraa💫✳️
el diablo pelirrojo
2022-08-03
1