Una Luz Entre La Oscuridad.
Todo buen padre sacrifica muchos aspectos de su vida por un hijo, y, la mayor gratificación al constante esfuerzo es observar la sonrisa en el rostro de la personita que más se ama.
El matrimonio Carbajal estaba completado por dos pequeñas y magníficas niñas. La mayor portaba el nombre de Daniela y, la menor por dos años, Alma.
Las niñas eran muy bonitas, carismáticas y risueñas, tan parecidas que cualquiera creía que eran gemelas.
El matrimonio vivía en una pequeña pero cómoda casa, eran uno de los matrimonios más ejemplares de los que se pudiera hablar.
Un buen día, ambas niñas estaban jugando en el patio trasero, era un ritual entre ellas.
—Daniela, mamá dice que no podemos pasar de la zona de tabiques— Instó la pequeña Alma a un paso de la zona indicada.
—¡Vamos Alma deja de ser tan insoportable!— la pequeña Daniela de adentraba entre las grandes plantas. —¡Ven Alma, no pasa nada!—
—Pero mamá dice que ahí hay muchos monstruos — a la pequeña se le aguaron los ojos, temía por su hermana .
—¡Aquí no hay nada!, si acaso un par de lombrices y una araña... vamos Alma, mamá no se dará cuenta— rogó la mayor.
Temerosa la pequeña Alma dió un paso fuera del la zona, cerrando sus ojitos al paso, quizá esperando algún suceso catastrófico pero, al sentir que no pasaba nada volvió a abrir los ojos.
—¡Date prisa Alma!— Instó Daniela dirigiendose a ella.
Alma se sintió más segura con el tacto de su hermana, ella tenía ocho y Daniela diez.
Cuando Alma se sintió a gusto en ese territorio... cuando se liberó del temor implantado en su ser a causa de los comentarios de su madre la tarde se volvió gustosa, ambas niñas jugaron por un buen rato, hicieron pasteles de lodo, muñecas de plantas y un zoológico de insectos.
—Será mejor que vallamos a casa o mamá nos va a regañar — Instó Daniela acomodando las lindas muñecas con cabellera de pasto.
—Alma... Alma... ¿¡Porqué no me contestas!?— Daniela levantó la vista vislumbrandose completamente a solas.
Su instinto de alerta se activo inmediatamente, incorporándose comenzó a gritarle a su pequeña hermana
—Alma... Alma — buscaba por todos lados, no estaban tan lejos de casa, desde ese punto aun podía ver la puerta trasera de la fachada.
—Alma... Alma — Empujaba las hojas gigantes, buscando a su hermanita.
A lo lejos pudo ver un automóvil desconocido, en aquel lugar era muy extraño observar un vehículo.
—Alma— alcanzó a vislumbrar el vestidito rojo de la niña sobre el hombro de un hombre.
—Alma— Corrió con todas sus fuerzas hasta darle alcance al hombre que cargaba a su hermanita.
—¡Hey tú!— lo enfrentó — Deja a mi hermana.— Pegaba con todas sus fuerzas al desconocido, sin lograr hacerle nada.
—¡Paquete doble!— Instó el hombre desfigurado del rostro
Daniela ya entendía a la perfección el peligro que muchas niñas en el mundo corrían, el peligro de ser secuestradas.
—Dejala— sus ojos se nublaron — Ella es muy pequeña—
El hombre tomo del brazo a Daniela y la arrojó al pavimento.
—¡Puedo percatarme que eres muy lista!, pero... ambas me servirán — Sonrió macabramente
En ese momento Alma se despertó con un dolor de cabeza intenso, a lo lejos pudo ver a su hermana sobre el pavimento.
Dentro de sí se percató que estaban en peligro,por ello sobre el hombro comenzó a moverse
—¡Niña estúpida, estate quieta! — Instó el hombre, sus planes se podían venir abajo — Aaahg— soltó un grito ahogado, Alma le había mordido el hombro.
Con fuerza la pequeña Alma aterrizó a un costado de su hermana.
Daniela la tomo con entre sus brazos. —Alma es hora de correr—
Ambas niñas se incorporaron y comenzaron a huir.
El hombre, quien sangraba del hombro se percató que las niñas intentaban irse.
Corrió detrás de ambas, eran bonitas y el jefe pagaría mucho por ellas, quizá con la plata que le dieran podría vivir dos meses sin trabajar, por ende no se iba a dar por vencido.
Daniela escuchó las pisadas del hombre cerca.
—Alma, quiero que corras a casa y pidas ayuda a mamá— por sus ojos corrieron un par de lágrimas.
—Pero Dani... —
—Solo vamos a estar bien si le pides ayuda a mamá, corre y no pares.
Recuerda esto XY3X5. Te amo—
La pequeña Daniela dió doble vuelta, se enfrentó al hombre.
—Dejala a ella, yo me voy contigo — Instó deteniéndose en seco, mirando por el rabillo de los ojos que Alma estuviera lo bastante lejos para quedarse sana y salva.
El hombre vio que la otra niña estaba muy cerca de la construcción, era tomar a Daniela o nada.
—Como órdenes mi reina— La tomo de la cintura y la lanzó a su hombro.
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Comments
Verónica Bustos
guau ,se viene fuerte,ojalá la protagonista no sufra mucho
2024-04-08
1
Devoradora de historias.
empezamos fuerte
2022-08-02
2