El INCENDIO UN COMIENZO

Al escuchar la voz de alarma, Álvaro me toma de la mano y ambos salimos corriendo de la casa grande, para ver que era lo que sucedía, al estar afuera nos dimos cuenta, que se estaban quemando la mayoría de las chozas de los trabajadores, el fuego estaba arrasando con todo rápidamente, los hombres trataban de apagarlo, pasando cubetas con agua, formaron una larga fila de donde sacaban el agua de la presa.

Corrimos para tratar de ayudar, trayendo a los heridos a un lugar seguro, también paleaban la tierra para tratar de extinguir las llamas, Carmen Juana y yo atendíamos a los lesionados, en lo que llegaba el médico, por la distancia a la que se encontraba, prácticamente así no la pasamos toda la noche, hasta que por fin lograron controlar el fuego, lamentablemente no pudimos salvar las chozas eran de palos de madera y perdimos a cuatro personas, que fue la choza donde comenzó el incendio.

A la mañana siguiente, la entrada principal de la casa era un gran campamento, Álvaro había mandado a traer, más víveres y cobijas para su gente, el médico ya había llegado y estaba atendiendo a los heridos, sobre todo por quemaduras, la gente estaba triste y devastada porque habían perdido lo poquito que tenían y sus casas, se preguntaban ahora donde iban a vivir.

Estaba yo atendiendo algunos heridos, dándoles agua, cuando llega Álvaro a buscarme, ven mi amor me dice, que extraño se oía y a la vez que maravilloso, esa sensación en el estómago y una alegría que sentí, al escuchar esa palabra, ya estaba segura que eso también sentía yo por él, que paso amor, para qué me necesitas, me dio una amplia sonrisa y me abraza, me dice al oído con lo que me acabas de decir, me volviste el hombre más feliz del mundo, comenzamos a reír y nos voltean a ver, salimos de ahí y nos dirigimos a la casa grande, será mejor que comamos, descasemos y nos cambiemos de ropa, porque necesito hablar con mi gente y quiero que tú me acompañes, ya que si no voy por ti, eres capaz de quedarte todo el día ayudando, dándome un fuerte abrazo, estábamos a punto de besarnos, cuando escuchamos un carraspeo, era Juana perdón patrón no quise interrumpirlos, va Álvaro con ella y la abraza, no te preocupes mi nana linda y le da un beso en la frente, voy a lavarme y se adelanta cuando me dispongo a seguirlo, Juana me detiene y veo que tiene lágrimas en los ojos, mi niña quiero agradecerte me dice, no había visto a mi niño tan feliz desde hace mucho tiempo, él era distante, frío y gruñón nunca sonreía y ahora míralo no lo reconozco, se asoma y nos dice no van a venir que tengo hambre, nos miramos reímos y nos fuimos juntos a la cocina.

Descansamos un rato y después nos dirigimos a donde estaba toda la gente, me pide que me quede junto a él y comienza hablar.

Álvaro: Mi gente quiero darles a todos, una importante noticia, no les había dicho nada, porque la estaba guardando para la fiesta de nuestra Santa Patrona que es muy pronto, pero en vista de lo sucedido la voy a adelantar, quiero que sepan que sus casas van a ser reconstruidas, en su totalidad, mucho más grandes y con material de calidad, les donaré una pequeña porción de tierra, para que ahí construyan y puedan vivir dignamente, el dinero que recupere de Jacinto lo vamos a ocupar para este fin, ya que es tanto suyo, como mío, así que les pido a todos de su apoyo y cooperación, para que podamos terminar de levantar las casas antes, de la fiesta de nuestra Santa Patrona.

La gente comienza a gritar y aplaudir eufórica y alguien dice ¡¡Que viva el patrón!! Y todos gritan al unísono "Que viva". Agradece el aplauso y pide silencio para seguir hablando.

Pero todo esto no hubiera podido ser, sin la ayuda en esta maravillosa mujer, que llegó a mi vida, gracias Aurora, por enseñarme a ver más allá, por demostrarme como debo ayudar y por preocuparme y ver por los demás gracias nuevamente. "Por este nuevo comienzo."

Besa mis manos y todos comienzan aplaudir y a chiflar, menos mal que no dijo que éramos novios, todavía no era el momento, salimos de ahí y todos muy contentos comienzan agradecernos.

Pasaron los días, Álvaro estaba sumamente ocupado, con la construcción de las cabañas, él supervisaba personalmente la obra, trabajaban a marchas forzadas, tenían que terminar para la fiesta de la Virgen de la Capilla, nos veíamos poco y no habíamos tenido tiempo de retomar donde nos quedamos, mejor así, siento que me había precipitado en tomar la decisión de estar con él, deseo que sea un momento especial para ambos.

También yo me mantuve bastante ocupada, ya que tuve que ayudarle a Carmen a organizar su boda con Juancho, íbamos a aprovechar la visita del Cura para qué los casará, le confeccionaron su vestido blanco y se tenía la tradición que cada mujer que apreciará a la novia, bordara un pedazo de su vestido, llego mi turno y eso era algo que yo no sabía hacer, pero Juana con paciencia me estuvo enseñando, hasta que por fin termine por suerte fui la última, esta fiesta se notaba que era de mucha importancia, para la gente de la hacienda, se esmeraban en todo comida y detalles, la Capilla la decoraron de manera esplendorosa, me di cuenta que esta celebración era para ellos, esta gente trabajadora, sencilla, que se apoyaban entre todos, que alegría me daba que Álvaro se diera cuenta del calor de su gente y que a partir de hoy siempre este al pendiente de ellos.

Por fin terminaron de construir las casas, quedaron muy bien, Álvaro vino por mí para que las viera, era una gran diferencia de las anteriores y justo a tiempo, ya que al día siguiente era la gran celebración, la pregunté si sus padres no iban a venir, me dijo que no, porque este festejo era para su gente y que lamentablemente, la clase social en este tiempo tiene mucho que ver y que si el cambio fue por mí.