TIENDA DE RAYA

Aurora Ya pasaron un par de semanas desde mi llegada, nos enteremos que el patrón no estaba que había salido de viaje, había acompañado a sus padres a tomar el barco a España y luego tenía que arreglar algunos asuntos de negocios, claro que hice varias veces el intento por entrar a la casa grande como le llamaban, pero fueron inútiles mis intentos, ya que parece que después de mi huida, él reforzó todas las entradas principales de la casa apostando varios hombres armados alrededor de ellas, solo puede entrar la servidumbre autorizada y los patrones ya estoy desesperada, quiero comprobar si regresar a esa habitación es suficiente para poder volver a mi hogar, ruego porque así sea, al menos la gente que trabaja aquí ya me comienza a conocer y de a poco me empiezan aceptar, todas las noches después de terminar la jornada de trabajo, todos se reúnen en un lugar donde forman una fogata, tocan la guitarra, cantan y bailan, me sorprende la alegría y calidez de esta gente, que a pesar de la gran carencia económica que tienen, lo poco te lo ofrecen de corazón sin esperar nada a cambio de hecho ya tengo un apodo me dicen la "mudita", ya que ellos creen que no hablo, con la única que platico es con Carmen y lo hacemos cuando estamos solas, cuidando que no nos vean ni oigan, hoy es un día importante para mí es día de pago estoy contenta no sé cuanto me den pero espero recuperar con eso algo de ropa para Carmen, ella me dice.

-Hay niña ni sé por qué estás tan contenta porque hoy es la paga pero bueno.-

Que pesimista, vamos juntas a donde estaba Jacinto el capataz, ya que él era el que te entregaba el dinero de la paga, ahí estaban todos los trabajadores formados esperando a que se les diera su dinero, cuando llega mi turno, me entregan un pedazo de papel, algo parecido a un pagaré, donde venía el nombre de la hacienda, mostraba una cantidad de dinero y con letras más grandes decía. "Solo válido en la tienda de raya" que es esto pensé entre mí donde esta el dinero, en eso siento que alguien me toma de la mano y me dice que pasa mudita todo bien porque miras tanto ese papel o que acaso sabes leer, retiro mi mano de su agarré y con un movimiento de cabeza le digo que no y me voy de ahí, espero a que Carmen me alcance y nos vamos juntas a la tienda, esta estaba ubicada a un costado de la hacienda, no la había visto, ya que con tanto trabajo no la he podido recorrer, al entrar estaba muy surtida de una gran cantidad de productos y todos estaban en estantes a la vista de los trabajadores y abajo de ellos tenían el precio, al acercarnos al mostrador el encargado nos pidió el pagaré le di el mío y me dijo que solo me alcanzaba para un kilo de azúcar ¡¡¡Que!!! Salió un grito sin querer cubrí mi boca lo bueno es que él no me conoce y no dijo nada, únicamente pregunto algún problema, cayó y me puse a analizar las cosas y observe que las cosas si estaban caras, podías comprar pocas cosas no lo niego pero, el azúcar solo valía una cuarta parte del pagaré y lo demás a quien se le quedaba, eso tenía que averiguarlo despues, estaban robando descaradamente a esta gente, debido a su analfabetismo, como no sabían el costo de las cosas como reclamaban, en eso el encargado me saca de mis pensamientos y me dice muchacha ven a poner tu raya para que te puedas ir y me quede con cara de ¿What? (Que), me acerque y en donde decía firma, me pidió que pusiera una raya así lo hice y salimos de ahí, se me vinieron a la mente mis clases de historia y recordé las famosas tiendas de raya, antes de la revolución, tengo que tener presente esas clases, si no puedo cometer un grave error, Carmen me dice.

-Niña qui te pasa desde que salimos de la tienda no has dicho nada, aquí trabajamos mucho y compras nada, por eso ni me emociono de la paga, sabes hoy en la noche salgo con el Juancho, así qui voy a llegar tarde a la choza ni mi esperes tú duerme.-

Le doy una sonrisa pícara y le digo con que te vas de traviesa eh, se muerde él rebosó, esta bien diviértete te lo mereces se da la vuelta y se va riendo es una buena chica pienso.

Me voy caminando hasta la choza pero antes recorro un poco la hacienda, como es día de paga es como si fuera tu día de descanso, todo esta tan cuidado tan pulcro, el establo lleno de animales, hay caballos, borregos, vacas, gallos de pelea muchos más, llegó a la choza ya esta oscureciendo y me dispongo a dormir, pero para mi mala suerte, no me doy cuenta que alguien me esta siguiendo, atranco la puerta y me acuesto a dormir.