LA GOLPIZA

Aurora Estaba dormida cuando siento que alguien me levanta de un jalón, me cubren mi boca para que no grite, me abraza por la cintura colocándome de espaldas a él, empieza hablarme al oído y a oler mi cuello, diciéndome.

-Muy bien mudita ya tienes un tiempo trabajando y no me has pagado el derecho de estar aquí y como sé que no tienes un solo peso, yo me lo cobraré con tu cuerpo, será mejor que no te resistas o te irá muy mal coopera muñeca, es más no sé ni porque te tapo la boca.-

Esa voz la reconocería en cualquier parte era "Jacinto" el capataz hablaba y besaba mi cuello, que asco, en eso afloja su agarré para destapar mi boca y aprovecho para voltearme y con la palma de mi mano le propinó un fuerte golpe en la nariz quebrándola, haciéndolo sangrar, lo tomó de sus hombros y lo golpeó en las partes bajas, doblándolo de dolor, lo agarro y de una patada lo saco de la choza, cayendo al suelo y le grito, agradece que no te haya matado y no te vuelvas a acercar a mí, atorando la puerta como puedo, agitada y alterado regreso a mi tapete, en ese momento agradecí a mis padres que desde niña me inculcaron el amor por las artes marciales y defensa personal, si este tiempo no era seguro, el mío tampoco lo era.

Carmen y Juancho regresaban de su cita y se topan con Jacinto que con dificultad caminaba, cuando Juancho lo ve le dice. -Que te paso Jacinto mira nada más que golpiza te metieron quien te hizo eso.- Se quedó callado por un momento y volteó a ver a Carmen, ya sabes riñas de juego responde. -Pobre del que te lo hizo ya me imagino lo que le harás nada más te recuperes.- No responde nada y se retira furioso, llegan a la choza de Carmen y ahí la deja Juancho, no sin antes despedirse con un apasionado beso, Carmen trata de entrar y se da cuenta que la puerta está atrancada.

Niña ábrame soy yo, escucho la voz de Carmen y corro abrir rápidamente, al verla la abrazo con fuerza, me ve y me pregunta si estoy bien, comienzo a llorar y le cuento todo lo ocurrido.

-Hay niña no puedo creer que tú dejaste así a Jacinto, Juancho y yo nos lo encontramos cuando venimos pa acá y dijo que había pileado por juego ya entiendo por qué, piro ahora si estamos en problemas, él ni si va a quedar así tenemos que tener mucho cuidado no sabemos lo que va a ser.-

Carmen tenía razón, ya no quise mencionarle que hable, para qué la preocupo más, con el enojo que tenía se me olvidó por completo que yo era supuestamente muda, después de esto nos fuimos a dormir.

Pasaron tres días si ninguna novedad como siempre llenas de trabajo, al siguiente día nos levantamos temprano y fuimos a la cocina para recibir nuestras indicaciones para ese día y Juana nos dice, qué el patrón acaba de regresar de su viaje anoche y que una de las chicas que trabajan con ella en la casa grande esta enferma y necesita que alguien la ayude, ella se dirige Carmen y le dice que es su oportunidad que trabajará por fin dentro de la casa, tenía la esperanza de que fuera yo, así estaría más cerca de la habitación para tratar de volver, pero también entendía que Carmen lleva mucho tiempo esperando esta oportunidad y estaba tan feliz que me alegre por ella, nos separamos ella entró a la casa y yo me fui a la huerta, era lo doble de trabajo, ya que compartíamos ella y yo la tarea, el calor estaba muy fuerte, así que me quite él rebosó y me concentre en mi labor, estaba tan ocupada que no me percate que me observaban, por un lado, Jacinto con dos hombres más y por otro él "patrón."

Jacinto vaya parece que mi plan funcionó mírenla por fin esta sola, -Jacinto estás seguro de esto dice Juancho en verdad quieres que la "matemos"- es ella o tu adorada Carmen tú escoges, esa mujer es un peligro, algo escode no es quien dice ser, hasta Carmen puede correr riesgo, es momento, vengan vamos, se estaban acercando con cautela escondiéndose, cuando de pronto detienen su paso y se agachan, era el "patrón" que se acerca a ella y la toma por el brazo arrastrándola dentro de la casa grande, se quedan en silencio por poco y los ven, al patrón, hasta Jacinto le temía, bueno parece que alguien más se va a encargar de ella, dice Jacinto con una risa burlona, vámonos muchachos por el momento no tenemos nada que hacer aquí, hay que ponernos a trabajar, se van y todo queda en silencio.

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