Aurora: Al separarnos, nos quedamos mirando un momento y dijo Gracias y salió hacer sus actividades, yo me fui a buscar a Carmen, iba pensando que me estaba pasando, como había podido sentir esa sensación, si yo era una mujer casada, enamorada de mi marido, acaso uno se precipita al escoger a alguien, sin sentir esa clase de emociones, creyendo que estás enamorada y no es la persona destinada para ti, por miedo o temor a la soledad.
Llegue a una de las habitaciones de los sirvientes dentro de la casa, que gran diferencia de las chozas, en ella había una pequeña cama mullida, una cajonera y un espejo nada ostentoso, solo cómodo y limpio, ahí estaba Carmen acostada boca abajo y Juancho a su lado, ya la habían curado y tendría que esperar a que sus heridas sanaran, él al verme se pone de pie y me dice:
--Señorita usted aquí-- Hola Juancho como estás como sigue Carmen --Mucho mejor señorita, no debería estar aquí, se puede molestar el patrón, por venir aquí con los empleados-- No tiene por qué molestarse, él no es una mala persona, eso les ha hecho creer Jacinto, además él sabe que Carmen es mi amiga. --Amiga de una sirvienta-- Si Juancho, eso ami no me importa, ella es una persona de buenos sentimientos, que me ayudo cuando más lo necesite, además le voy a pedir al patrón, que Carmen trabaje aquí en la casa grande a mi servicio, de verdad me dice Carmen muy emocionada que estaba escuchando la conversación. --Bueno yo las dejo platicar un momento, tengo que ir a trabajar, ah y señorita "muchas gracias" por salvar a mi Carmen"-- sale y nos deja solas.
Hola ¿Cómo te sientes? -- Todavía mi duele mucho niña, pero gracias por ayudarme-- Bueno entonces, tienes que mejorar para que estés aquí conmigo --Hay niña si ve rete chula así vestida como una señorita di sociedad-- Ambas comenzamos a reír y nos quedamos platicando un largo rato.
Mientras tanto Álvaro se reune con Jacinto y varios de sus hombres, sobre todo los que participaron en el castigo.
Álvaro: Realmente estaba furioso quería "matar" a Jacinto con mis propias manos pero Aurora tiene razón, no puede dejar que se marche con todo lo que me ha robado, me controlo y comienzo hablar, se forman en fila y comienzo a caminar frente a ellos, de un lado a otro con las manos en la espalda, quiero que me digan con mil demonios, quien les autorizo a castigar de esa manera, saltado mi autoridad y sobre todo ustedes dos, señalando a los hombres de anoche y tomando a uno de ellos de la solapa y pegándome a su cara, se atrevieron a tratar de impedirme el paso a mí, al patrón, al que les paga su sueldo, solo agachaban la mirada y lo aviento, agradezcan que no los echo a la calle como "perros", que sea la última vez, que hacen algo parecido entendido, si patrón contestaron al mismo tiempo y tú Jacinto eres mi capataz, mi mano derecha y tienes muchos años trabajando aquí conmigo, pero eso no te da derecho, a tomar esa clase de decisiones sin consultarme, también para ti es una advertencia, si patrón respondió, bueno entonces aclarando esto, pónganse a trabajar, se van los demás y me pide Jacinto hablar conmigo.
Jacinto: Oiga patrón solamente quería decirle que yo lo respeto, no fue mi intención faltarle, es que como la chamaca, escondió a la señorita que usted buscaba y por su culpa no encontramos, pensé que era una falta grave.
Mira Jacinto esa señorita, solamente es una vieja más para mí, la tengo como un juguete, es tan tonta como todas las viejas y en cuanto me aburra de ella que se largue, asintió con la cabeza y se fue, yo solo apretaba el puño para no golpearlo, espero y allá caído en la trampa y pueda agarrarlo, siempre ha sido tan adulador conmigo, que logró que confiara ciegamente en el que "estúpido" fui pero eso se acabó.
Regreso a la hacienda y entro a mi alcoba ya empezaba a oscurecer, me cambio de ropa y salgo, para esperar el tren ya no tardaba en llegar, tenía que esconderme, para ver que mercancía compraba Jacinto, con el dinero que le doy cada mes, yo nunca intervine en esas labores, Jacinto era el encargado, así que no creo que sospeche que yo voy a andar por ahí, salgo de la alcoba, pero no sin antes cerrar con llave, lo siento no quiero que Aurora entre, no sé lo que pueda pasar, la quiero para mí, me voy rumbo al tren.
Ya estaba oscureciendo, me escondí entre los vagones, muy cerca de vagón de la mercancía, vi a varios hombres bajando algunas cosas, en eso llega Jacinto con Miguel el encargado de la tienda, se acercan y escucho que le dicen al del tren que no descarguen tanto, que solo necesitan dos cajas una de frijol y azúcar, él le responde otra vez solo eso Jacinto, si sigues así no tiene ningún caso estar deteniendo el tren aquí, hombre no la hagas de emoción, ten toma esto por las molestias y veo que saca un fajo de billetes y se los da, terminan de hablar toman la mercancía y se van, "maldita rata" desde cuando me estás viendo la cara pero esto me lo vas a pagar.
Regreso a la casa grande entró a mi despacho y me pongo a escribir una carta a mi amigo Genaro, pidiéndole de favor que me busque un grupo de gente de protección de confianza para mí y en cuanto los tenga que me los mande, lo más pronto posible, que después le explico con más detalle de que se trata y sobre todo que sea muy discreto nadie tiene que enterarse.
Llamo a mi nana y le pido que le diga al cochero que venga, que tiene que mandar una carta a la Hacienda de Genaro, así lo hace él llega y se retira con la carta. Espero y Genaro no tarde, ya pronto caerás Jacinto tu reinado se acabó, pienso y me retiro a dormir.
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Comments
Armyes
Muy Bonita tu novela, transportas a uno al pasado, aunque te confieso que me la estoy imaginando Como por ahi de Los 1950's, y la foto de aurora 👏👏👏 que padre que no uses una super mujer, me gusta que se vea Como una mujer comun y corriente, 👏👏 enfin, cuidas Los detalles y eso es muy Bueno, felicidades
2022-08-14
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