Se mi cura

Seung

Pensamientos

Hace unas horas estuvo a punto de entregarse a mí y ahora está luchando con los deseos qué ha despertado el afrodisíaco, cómo pudo ser tan estúpida en confiar en ese hijo de puta, vaya lío en él que me metí, voy a tener que entrenarte, para que puedas sobrevivir a este mundo.

Seung estaba realmente enojado, ya le había dado la medicina para frenar los efectos, Iris le había dicho como conseguirla y pudo obtenerla con facilidad, pero debido a la dosis tan alta, aún tenía rastros de la droga en su sistema.

Estaba tan metido despotricando en contra de lo ilusa que había sido alma, que solo el jefe del comando Uno, pudo sacarlo de transe.

Comando Uno: señor Hank, el doctor li ya llegó a la base que está al norte de Milán, es la más cercana y no tardaremos mucho en llegar.

— Acelera, hay que llegar lo más rápido posible, te voy a pedir a los hombres más discretos y confiables que tengáis en tu equipo, también voy a necesitar que les comuniques a los otros dos comandos que se queden en la base del sur.

Para Seung se hacían infinitos los minutos, no era nada sensato tener a alma en su regazo jadeando inconsciente de placer, cuándo llegó, las puertas de la gran fortaleza se abrieron dando paso a un hombre que llevaba en sus brazos a una mujer cuyo estado era delirante, los presentes estaban atónitos pués su jefe nunca había traído a una mujer, y mucho menos si no estaba en sus cinco sentidos.

El doctor corrió apresurado a su encuentro llevándolo por un amplio pasillo hacia una habitación resguardada, en la cual solo entraron el, seung y una muy extasiada Alma, el doctor al verla en semejante estado se apresuró a revisar su condición.

El comando Uno, que estaba formado por cinco de los mejores mercenarios del mundo, se quedaron a proteger la entrada de la habitación.

— Doctor Li, como se encuentra ella, ya le suministre el antidoto, pero los efectos no cesan.

El doctor algo nervioso no sabía cómo darle el veredicto final.

— Señor Hank, lamento ser el portador de malas noticias, la droga que ingirió es demasiado fuerte, sin mencionar que la dosis fue exuberante, es un tipo de afrodisíaco que aumenta considerablemente el lívido, lo qué puede hacer para que esté un poco más consciente es darle una buena ducha con agua templada, y esperar que pase el efecto sin causar daños.

— Doctor sea más explícito, me estoy poniendo algo impaciente.

— ¿Cuánto tiempo tiene de haber ingerido la droga?.

— Aproximadamente, Una hora

— Me temo que la única solución es atacar los síntomas con estímulo sexual, para aligerar la carga que esta sufriendo su sistema.

— Doctor, puede retirarse, yo me encargaré del resto gracias por su colaboración.

— Mierda ahora sí estoy jodido, lo mejor será bañarla, pero no la puedo meter con ese vestido, cómo me arrepiento de no tener mujeres trabajando para mí.— comienzo a despojar la de su vestido quedando solo en una pequeña lencería negra tan exquisita que me provoca arrancarla de su cuerpo, la dejó en la cama y le preparo la tina, no está en mis planes quitar su ropa interior, así que la meto en la tina sin pensarlo dos veces, es una imagen tan perturbadora, comienzo a rociar agua, enjuagando su cabello, es espléndido ver cómo resbalan gotas por sus hombros, poco a poco va recobrando los sentidos e inesperadamente comienza a jadear un poco más fuerte, al sentir el contando de mis dedos en su cabello.

Estoy experimentando un calor sofocante en todo mi cuerpo acompañado de espasmos en mi zona íntima y un hormigueo que parece no acabarse nunca, siento algo frío recorrer mi cuerpo abro mis ojos lentamente, me encuentro en una tina en ropa interior y seung Hank a mi lado enjuagando mi cabello, se ve tan bien, que siento la necesidad de tomar sus labios y en un arrebato los aprisionó a los míos de manera demandante, él trata de alejarse, pero no lo dejó, posó mis brazos alrededor de su cuello apretando para que no me suelte, me fundó en sus tibios labios haciendo un viaje con mi lengua explorando su cavidad bucal, estoy fascinada con cada emoción que produce este intenso momento hasta que…

Está mujer ha enloquecido la droga nubló su juicio, pero no caeré en su juego, la separó y me mira de mala manera.— No alma, no estás en tus cabales, ni pienses que te haré algo, ya que has recobrado en parte la conciencia toma está toalla y secate, te espero en la habitación.

No se muy bien que me pasa, pero anhelaba sus labios y los volveré a tener junto a los míos, una fuerte ola de deseo recorre mi cuerpo, y necesito sentirme mejor, salgo envuelta en la toalla y sin más preguntó.— ¿Seung que me está pasando, por qué me siento así?.

— Te han drogado con una fuerte droga que aumenta tu deseo sexual, y la única forma de bajar los efectos es a través de la estimulación sexual. 

No sé quién me ha drogado pero en estos momentos no quiero pensar en ello, así que quito la toalla wue cubre mi cuerpo y abrazo a Seung por la espalda y en medio de jadeos le ruego.— Se mi cura, te lo suplico, calma estas ansias que me están quemando, Seung Aaaah por favor ayúdame……..

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