La Alianza

— Hija... Ellos se dedican desde hace mucho tiempo a…

Luigi fue Interrumpido por el timbre del celular de Alma, y en ese momento soltó el aire reprimido en sus pulmones, Irónicamente pensó que se había salvado de las explicaciones, pero que equivocado estaba.

— Un momento padre, ni creas que está conversación quedó aquí.

Al contestar el teléfono, su semblante cambio, sus facciones se habían relajado notoriamente, lamentablemente para Luigi, la situación no fue a la misma, al enterarse del remitente.

ALMA

( por teléfono)

— ¡Hola, Luciano! No esperaba que me llamaras a esta hora ¿cómo estás?... ¿A qué se debe tu llamada?

Alma estaba realmente intrigada, no era para nada normal, que Luciano la llamara en su horario laboral.

Por su parte Luigi estaba con el ceño notablemente fruncido y ambos brazos cruzados hacia el frente, mirando con molestia a su hija.

LUCIANO

(Por teléfono)

— ¡Hola, mi principessa! Espero y puedas perdonarme si te estoy importunando, Llamaba para invitarte a cenar, tengo algo muy importante que quiero decirte.

Alma sabía que algo no andaba bien con Lucian, su voz era notoriamente diferente, en sus palabras había malicia oculta con halagos y lo podía intuir muy bien.

ALMA

(Por teléfono)

— Lamento rechazar tu oferta, pero el deber me llama, en unos días puedo agendar una cita.

Aunque sonarán prepotentes sus palabras, la realidad era completamente diferente, a pesar de haber cancelado sus compromisos para ese día. Seguía siendo una mujer ocupada, y tenía ciertos asuntos que tratar con su padre.

Luigi está más que satisfecho del carácter que demostraba su hija. Ese niñato no era de su agrado, pero por más que quisiera, no podía intervenir en las amistades de su niña.

LUCIANO

(Por teléfono)

— ¡No hay ni siquiera, una limosna de tu tiempo para tu mejor amigo! Te estaré esperando en tu restaurante favorito... ¿Me dejarás esperando?

Luciano no pensaba rendirse, tenía las que claro sus objetivos, y no se daría por vencido tan fácilmente.

En el búnker, las opiniones eran divididas.

Luigi quería matar a ese prepotente, pedante, egocéntrico, bueno para nada.

Alma estaba más intrigada, Luciano no era de insistir mucho él era todo lo contrario.

Mayormente se llegaba a victimizar a tal punto de parecer el agraviado para que la otra persona le rogara, pero, nunca!!! De los nunca, le rogaba a nadie.

ALMA

(Por teléfono?

— ¿Pero qué cosas dices Luciano?, está bien... Pásame la dirección y allí estaré.

Luigi no estaba para nada contento, a su parecer ese niñato, era la peor escoria de la sociedad, y así tuviera que romperle la promesa que le hizo a su padre, no permitiría que su preciada niña se involucrara con tal canalla.

LUCIANO

(Por teléfono)

— Claro mi dulce bella, sabes que eres el  alma de mi vida. Mañana te estaré esperando en el restaurante del hotel****** a las siete sin falta.

Fin De La Llamada

— Ahora sí padre, soy todo oídos.

Alma estaba más sería de lo normal, la información de esas personas la tenía intrigada, y ahora la sospechosa actitud de Luciano, no era algo que le causará buena espina.

Por su parte, Luigi seguía molesto, algo tenía que hacer, para que no se diera esa dichosa cena. Miro a su hija fijamente y con un ligero tono de advertencia le dijo:

— Sabes que no me gusta la amistad que tienes con ese joven.

Al ver lo desencajada que quedó su hija, con suavidad le dijo:

— Pero es tu vida y no te diré qué hacer.

No permitió que su hija hablará, y continuó con lo que tenía que decir, esta alianza era la mejor opción, para proteger a su hija.

— Las personas que me salvaron son la familia Hank, una familia muy poderosa... Manejan desde las sombras los hilos de este país y muchos otros, pero, también tienen enemigos que están haciendo alianzas para acabar con ellos.

— Actualmente, su organización la maneja su único hijo, que por motivos de seguridad. No puedo revelar su nombre, y no intentes hackearlo, no conseguirás nada.

Alma se asombró al ver que su padre ya conocía algunos de sus métodos, pero no dijo nada al respecto.

— Ellos son mafiosos, el número uno en el tráfico de Armas, Diamantes y algunas sustancias. Aparte de sus negocios poco convencionales, tienen varias empresas legales, entre esas una flota de navieras bastante extensa, exportación de petróleo, coltán, madera y diversos minerales.

Al conocer más a fondo los negocios de su futura familia política, el interés de Alma hacia ellos, se duplicó.

— La alianza sería la siguiente, tu cuidas de él desde la luz y el cuidara de ti desde las sombras. Sería un matrimonio entre dos familias muy poderosas, claro sin que absolutamente nadie aparte de nosotros lo sepa, sería un secreto, tendrías que desarrollar un dispositivo para saber cada movimiento de él y por supuesto, él sabrá los tuyos, ahora dime ¿qué piensas de todo esto?.

Alma estaba terminando de analizar la información, y los términos no le parecían para nada descabellados.

— Me casaré

Alma fue tajante en su respuesta, tanto así, que Luigi no se percato de las palabras que había salido de la boca de su hija, y siguió con un pequeño discurso que de antemano ya tenía preparado.

— Entiendo que aún no estés segura.. ¡Qué!

— Sería de gran ayuda este matrimonio, a todos nos conviene esa alianza.

Luigi tenía una gran sonrisa, no esperaba que su hija aceptará tan fácil, pero era de entenderse, Alma tenía mucho parecido con su difunto padre.

— ¡Hija, no sabes lo feliz que me haces!

Alma sonrió ligeramente, sabía que su padre movería sus cartas, antes que Sandra lo hiciera.

— Antes que nada, quiero hablar personalmente con él. Hazles una invitación hoy a almorzar en la casa, aprovechando que mi queridísima madre salió de viaje.

— Me comunicaré con ellos de inmediato, no sabes lo feliz que estoy.

Luigi salió corriendo cual niño chiquito, tenía que preparar todo en tiempo record, Alma le dio acceso a todas las instalaciones para que se moviera libremente en el búnker cuándo quisiera.

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En otro lugar dos personas muy acaloradamente discutían su plan.

Luciano se encontraba perdido en los placeres, besando el cuello de una exuberante joven.

— Muñeca, solo será hasta que tenga en mi poder las dos empresas, esa tonta me cederá todo con facilidad.

La joven estaba sentada en horcajadas restregando su cuerpo contra el de Luciano, causando grandes jadeos, de parte de ambos.

— ¡Aaaah, Hmmm no te quiero con esa mustia!

La joven no paraba de jadear, pero en su mente solo había algo con claridad, no podría permitir que le quitarán su minita de oro, Luciano era demasiado ingenuo, sacarle buenas sumas de dinero era lo más fácil del mundo. Tener un buen amante en la cama, y que te de grandes sumas de dinero, no era nada fácil de conseguir.

Sujetándola de la cadera, la levanta adentrándose más en ella de una sola estocada.

Ambos estaban perdidos en los placeres, y aunque en sus corazones había sentimientos diferentes, en su mente solo había un solo propósito.

— ¡Hmmm! Se siente tan jodidamente bien estar dentro de ti.

Luciano aumentaba cada vez más, sus movimientos, buscando su propio placer.

La mujer también estaba perdida en lo carnal, estas eran una de las cosas que no quería perder si Luciano se casaba.

— Me vas a volver loco.

Ambos estaban en su propia nube, sin saber que sus planes no llegarían tan lejos.

...Mansión de la familia Hank ...

— Hijo, casarte con ella será lo mejor para los dos, y lo sabes muy bien.

Una mujer elegante, de rasgos coreanos hablaba de lo más tranquila. Su sonrisa reflejaba la victoria y en su mirada reflejaba la firmeza de sus palabras.

Ella era Yang Mi Hank, una mujer bastante reconocida y audaz.

Una voz robótica habló con todo el desprecio que llevaba guardado en su corazón.

— ¡Madre, ya hablamos de eso, en serio crees que ella va a querer casarse con un adefesio cómo yo! Entiende de una buena vez, esto es una completa locura.

Dijo con su voz más apagada.

— ¡Pero qué demonios estás hablando, eres mi hijo, y no voy a permitir que te expreses así de ti!

Le gritó encolerizado el padre de este.

Dae-hyun Hank, era un hombre tosco, de mal temperamento y nada paciente.

— La cuidaré desde las sombras, tal y como lo he hecho siempre, pero no me pidan más— Mi querida Alma, quiera ser yo el motivo de tus alegrías, ser el hombre que te acompañe día tras día, pero el destino ya trazo nuestro camino.

dijo para si mismo el joven, el sabía que era mucha avaricia retenerla a su lado.

— ¿Vas a dejar que ese infeliz le haga daño?

Dae-hyun sabía como persuadir a su hijo, no era idiota, y por el momento, ese dichoso matrimonio era muy beneficioso.

— ¡Eso nunca! pero entiendan de una vez que ella lo ama, y si su felicidad es él, yo estaré allí, para cuidarle la espalda.

Dae-hyun ya había perdido los estribos, no podía creer que su hijo fuera tan cobarde.

— ¡Muchacho del demonio! ¿qué estás diciendo?, ¿dejarás que se case con esa bestia que quiere dañarla? ¡es eso lo que quieres!

El hombre ya estaba molesto de que lo cuestionarán, y dijo:

— ¡Yo Siempre voy un paso adelante! Él nunca la tocará, mientras yo viva.

Yang mi, estaba entretenida con una llamada que la dejó bastante satisfecha.

— Nos invitaron a un almuerzo en la mansión Miller, la joven magnate aceptó el trato y te quiere conocer, así que vayan a arreglarse en dos horas partimos.

Ordenó la mujer con frialdad, en ocasiones su esposo y su hijo resultaban ser dos pequeñines discutiendo por tonterías.

Antes de irse, le dirigió una mirada amable a su hijo y le dijo:

— Confío en ti, no me defraudes.

Volvió su mirada a su esposo, y disimuladamente le hizo una seña que él conocía a la perfección, y sabía que iba a estar en problemas.

— Vamos, mi cielo, hay que arreglarnos.

La mujer salió altiva, con su brazo derecho entrelazado con su esposo.

Cuándo el hombre por fin se quedó solo, se recostó en el sofá, tratando de asimilar todo, pero una misteriosa visita entro por la ventana.

— Qué hermano más cobarde me toco, jajajaja, ¿en serio vas a perder la oportunidad de tenerla a tu lado?.

La mujer lo miraba interrogante, ella no podía creer el nivel de cobardía de su hermano.

— No la quiero tener a la fuerza, además, no hay una más cobarde que tú.

Le dijo: con una mirada maliciosa, y una sonrisa aterradora.

La mujer por un momento ignoro su insinuación, y se concentró en dar una respuesta coherente.

— Ella acaba de aceptar, y sabes que cuándo toma una decisión no se echa para atrás, no veo cuál sea el drama de está situación.

La mujer en frente de él, levanto su copa de vino con gracias y en tono divertido dijo:

— ¡Entonces salud! Por lo cobarde que somos.

Sonriendo amargamente volvió a decir:

— Anda, tienes que arreglarte, hoy conocerás a tu futura esposa.

— Salud querida hermana. Tengo que confesar, que no me esperaba que aceptara, pero no la dejaré conocer mi rostro, Aún es muy pronto para eso.

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