Cara a Cara

— En una bodega abandonada a las afueras de Milán, tres individuos no se rendían en sus ataques.

— ¡Maldición, el sistema nos volvió a sacar!

El hombre moreno de gran altura, maldecía una y otra vez, no era la primera vez que el sistema lo botaba, y no tenía forma de entrar, le habían bloqueado todos los accesos.

— ¿Cómo que la subestimaste?, es más fuerte de lo que creías ¿no es así?. Tendremos que abortar nuestros planes, si queremos seguir con vida.

Un hombre un poco mayor, de complexion delgada decidió intervenir para bien, ya no le encontraba sentido a todo esto, el solo quería una vida más tranquila.

— ¡Eso nunca! Tengo un segundo plan, tenía mis dudas acerca del sistema, acabo de comprar que el imbécil de su padre tenía el sistema reforzado.

— ¿Y cuál es tu maravilloso Plan?.

Pregunto el moreno con altanería.

— No comas ansías, ya lo verás, muy pronto estarán a nuestros pies y toda su fortuna será nuestra.

La mujer aún no comprendía que ese sería el inicio de una gran catástrofe, que no podría parar.

...En la Mansión Miller....

Alma ya se encontraba dejando todo perfecto, tenía que darle su toque personal a la cena, su padre había hecho un excelente trabajo, pero ella decidio darle un poco de color a todo, el ambiente era muy sombrío, y no estaban en un funeral.

— Bueno aquí ya terminé, tendré que darme prisa si quiero estar lista a tiempo.

A Pesar de su apariencia física, Alma no se sentía cómoda estando al frente de desconocidos y menos si uno de ellos dentro de poco sería su esposo.

Optó por un vestido fucsia con pequeñas aberturas en su cintura, un brazalete dorado que adornaba su muñeca haciendo juego con el cinturón de su vestido, unos tacones dorados y un maquillaje que resaltará sus ojos negros.

En el comedor ya estaban presentes: Una mujer que a pesar de sus Cincuenta años se conservaba perfectamente, junto a su esposo un hombre  serio que irradiaba un aura fuerte y algo terrorífica, ambos estaban acompañados de su hijo, un joven alto de 1,90 cabello azabache, tez blanca, con una máscara que cubría perfectamente sus rasgos asiáticos más notables, dejando solo a la vista sus sexis labios.

En medio de la charla tan amena no se hizo esperar la presencia de una hermosa joven que tenía la mirada fija, en el hombre que portaba la máscara, sin más decidió presentarse, y retirar su atención del hombre.

— Bienvenidos, para mí es un placer poder conocerlos; mi padre me habló muy bien de ustedes. Mucho gusto, Alma Miller, de antemano les agradezco por haber aceptado mi invitación tan arbitraria.

La voz de Alma era encantadora, su temperamento "era dulce y cálido" cosa que agrado a todos, a excepción de una persona, que la miraba con cierta duda.

— Él placer es nuestro, por conocer a tan educada y adorable jovencita, mi nombre es Hank Dae-hyun, pero me puedes decir hyun, dentro de poco seremos familia.

Dae-hyun era un hombre intimidante, así como ambicioso, así que le convenía muy bien, llevarse bien con su nuera.

— Así es querida, dejemos las formalidades para los extraños, soy Hank Yang Mi, la esposa de este cascarrabias, me puedes decir como quieras si no te molesta, madre mucho mejor.

Alma noto que Yang mi era realmente sincera, pero con Dae-hyun, paso todo lo contrario, había algo que no la hacia sentirse en confianza.

— Me alegra mucho conocerlos, Sr. hyun, madre, espero y sean de su agrado los platillos, mi padre se esmeró en la selección.

Los Hank estaban maravillados con la sencillez y calidez de la joven.

Una voz robótica se hizo presente dando a conocer su inconformidad.

— Señorita Miller, creo que se ha olvidado de mí.

El hombre estaba molesto, pero gracias a su máscara ocultaba sus facciones, lo único que dejaba al descubierto eran sus ojos y sus labios, mostrándole una sonrisa encantadora a los presentes, en su voz robotizada no había ni una gota de sentimientos, así que era imposible percibir su molestia, ya que su mirada no expresaba nada.

— Permítame presentarme, Hank Seung.

Con un tono de picardía y una sonrisa ladina dijo:

— Pero me puedes llamar mi cielo, si así deseas.

Para Alma, el descaro del hombre se le hizo inaudito y decidió apelar.

— Sr. Hank, intuí que no quería conocerme, ya que vino cubriendo su rostro como si de una fiesta de disfraces se tratara, si lo hubiera sabido antes me hubiera preparado para tal acontecimiento.

Dijo en tono divertido, una gran satisfacción sintió, al ver por un instante el asombro en sus ojos.

Luigi intervino antes de que su hija hiciera estallar una guerra nuclear.

— Princesa, vamos a comer, después se conocerán mejor.

La cena transcurrió en total armonía, excepto por las miradas furtivas que se daban Alma y Seung.

— Señorita Miller, ya que usted está de acuerdo con la alianza, ¿ya tiene diseñado el dispositivo que utilizaremos?.

Pregunto Seugn inmerso en la curiosidad que le despertaba estar tan cerca de ella.

— Sr. Hank hace un año cree un microchip de seguridad ilimitada, es decir: Una vez que el chip este en un cuerpo yo podré saber absolutamente todo de la persona que lo porte, tipo de sangre, su genética, si es portador de alguna enfermedad, puedo detectar al instante cualquier droga, veneno o sustancia nociva para el cuerpo, el dispositivo también arrojará la cura y el tiempo de vida que le quede a la persona dependiendo de lo ingerido.

— Sabré hasta su estado de ánimo, si la persona se encuentra en riesgo, a través de la adrenalina que su cuerpo esté recibiendo, de inmediato el chip va a enviar una alerta al sistema de seguridad.

— Mi sistema de seguridad es muy competente. Iris es un holograma de inteligencia artificial capaz de adentrarse y tomar el control de cualquier sistema, por si las dudas, iris lleva funcionando cinco años en mi empresa y no ha tenido ninguna falla.

— Para que el holograma pueda establecer una comunicación con nosotros, puede ser a través de nuestros teléfonos, hay otro método de comunicación, que por motivos de seguridad no puedo revelar.

— ¿Alguna duda?

— Ninguna, cuándo podemos instalar el microchip en nuestros cuerpos.

Seugn estaba ansioso y fascinado, al escucharla como hablaba de su creación, lo llevo a un estado de fascinación superior.

— Hoy mismo si usted desea, ya le dije lo que tengo para aportar en esta alianza, ahora quiero saber ¿qué me puede ofrecer a mi?.

— Te ofrezco todo el poder del bajo mundo a tus pies, un anillo de seguridad impenetrable, ya qué no usan nada de tecnología, tú harás el trabajo limpio entregándome la información y resguardando mi identidad bajo tu tecnología, yo are el trabajo sucio quitando todo lo que físicamente te estorbe, tú serías mi Luz, y yo sere tu sombra ¿que me dices, aceptas?.

Un silencio se formó en el comedor y las personas a su alrededor quedaron impresionados por las palabras de estos dos jóvenes.

No sólo estaban haciendo una alianza por más poder, estaban sellando un pacto muy peligroso, y si uno de los dos falla en su cometido, el otro podría eliminarlo con facilidad.

— Aceptó la alianza, a los dos nos conviene, nos casaremos en una semana si estás de acuerdo.

— Para mi no hay problema, nuestro matrimonio nadie aparte de los presentes lo pueden saber, eso sería darle a nuestros enemigos un punto a su favor, y tratarán de atacarnos sin que los podamos detectar, nadie debe de saber de esta alianza.

— Así será, tengo una última condición, quiero ver tu rostro.

Seung esbozo una fuerte carcajada.

— Jajaja había tardado mucho.

Al quitarse la máscara, dejo a una muy asombrada Alma.

— ¡Tú, no... No puede ser!

CONTINUARÁ………

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