El Gato y el ratón

Está mujer cada vez lo hace más difícil.— Alma ya te dije que no.— Me siento lo más lejos que puedo de ella.

¿Con qué esas tenemos?, vamos a ver qué tanto te dura la determinación, me voy acercando cómo león a su presa, pero el muy condenado se aleja, le guiño un ojo y le sonrió de lado, que comience el juego.

Lo he correteando por casi todo la habitación y nada, me siento en la cama decepcionada y lo veo de forma amenazante.

— A no señorita, no me mire de esa forma, no te va a funcionar.— Maldito afrodisíaco todavía tiene energía, y ya yo estoy muerto del cansancio, nunca en mi vida le había corrido a una mujer y menos en la Cama.

— Bueno, entonces hazme compañía, ven siéntate aquí no muerdo, quiero hablar contigo.— palmeó la cama a mi lado con resignación, necesito que se acerque.

— No lindura, hoy te falta un tornillo y no soy idiota.

— Si no me acompañas, te volveré a corretear hasta que ya no puedas más y así lograré mi cometido, no te haré nada malo.

_ Eres capaz de aprovecharte de mí.

Le replico Seung divertido por la situación.

— Tanto cómo aprovecharme no, si lo dices así suena feo, digamos que ayudarías a tu futura esposa a sentirse mejor.

No sé porque no le creo nada, pero no tengo otra opción, me voy acercando y me siento peor que la oveja en el matadero.— Dime Alma, ¿qué quieres hablar?.

De un rápido movimiento me siento en su regazo rodeándolo con mis piernas para qué no se me escape, juego con los dos primeros botones de su camisa, comienzo a besar su cuello dejando besos húmedos, pasó una de mis manos por su espalda hasta llegar a su nuca entrelazó mis dedos en su cabello y con la otra mano lo sujeto de la mandíbula, está tenso y no quiere corresponder, comienzo a besarlo efusivamente, meneo mi trasero en movimientos circulares, entre abre su boca y aprovecho para tomar todo el control sobre sus labios, esto es fascinante me siento en el cielo.

Estoy hechizado por tan alucinantes besos, esto es la gloria, y sus movimientos me instan a pecar, con la poca cordura que me queda la agarró con firmeza de sus caderas la levantó y la aviento a la cama._ A no muñeca, no me vas a volver a engañar.

Él muy desgraciado me dejó jadeando, con voz entrecortada le aviso.— si tú no me complaces, lo are yo.— Bajo mi braga a la mitad de mis muslos y comienzo a tocarme deliberadamente, meto un dedo haciendo movimiento circulares prosigo con el otro, me estoy sintiendo mejor, con mi otra mano apretó uno de mis senos aceleró mis movimientos moviendo un poco más, muerdo mi labio inferior para no gemir, pero se escapan de mi garganta pequeños gritos de placer.

Estoy embelesado con la vista que tengo, es sumamente excitante, una hermosa mujer auto-complaciéndose, los sonidos que emite su bella boca son mil veces mejores que escuchar las sinfonías de beethoven.

llegó a mi liberación pero aún siguen esas fuertes corrientes eléctricas en mi zona, no es suficiente el tocarme necesito más, acomodo mi braga y mi sujetador, mientras mi respiración se calma.

_ ¿Complacida, cariño?

— Si serás mucho imbécil, pero ya que tú no quieres ayudarme buscaré otra solución.

_ ¿Qué piensas hacer?.

— Ya que no me quieres satisfacer mis necesidades, cualquiera de tus hombres estaría muy gustoso de hacerlo.— Corro a la puerta y para mi gran sorpresa está un hombre sumamente guapo con cara de asombro, me lanzo sin previo aviso tomando posesión de sus labios en un intenso beso, un fuerte tirón en mi brazo me separa de tan rico momento.

Juro que ahora sí colmo mi paciencia, gritó furioso.— ¡Te has vuelto demente, todos ustedes largo de aquí no quiero a nadie en este pasillo!.

La tomó con brusquedad y la lanzo a la cama.— Si lo que querías era provocarme ya lo lograste, ahora atente a las consecuencias.— Rasgo mi camisa y la tiro al suelo, me quito mi cinturón y  me deshago de mis pantalones quedando solamente en bóxer._ Ahora sí pequeño demonio de esta no te salvas.

Siento como ataca ferozmente mis labios, en estos momentos me siento más desprotegida que caperucita con el lobo feroz, pero como me encanta que me devore, baja sus fascinantes labios a mi cuello llega a mi lóbulo y lo muerde, mis gemidos se han vuelto las fuertes que antes.

_ La mirada que Alma le lanzó a seung



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