Liam

Lía cayó sobre sus rodillas y abrió sus brazos como alas protectoras para cerrarlas cuando ese cuerpito pequeño se enredó en su cuello.

-Hola mi dulce caramelo- lleno de besos las mejillas rosaditas, y él cerraba sus ojitos riendo feliz-

-Te extrañe mucho mami- su naricita redondita se apoyó en la de su mami y sus ojitos brillantes la veían picaros.

-También corazón, cuéntame ¿Cómo te portaste con los tíos? - se alejó solo un poco y sus manos suaves acomodaban el cabello fino y sedoso detrás de las orejitas mientras detallaba los mil gestos al hablar.

Liam era la combinación perfecta entre el amor de su vida y ella.

Fue difícil no recordar el encuentro por la mañana y sintió su estómago estrangularse, negó sutilmente alejando ese recuerdo y beso la frentecita de su niño

-Ah, entonces el tío Edu corrió al tío lolo lleno de harina- Lían termino su relato, y ella sintió culpa por solo escuchar esa parte.

-Me pone feliz- apretó las mejillas gorditas y arrugo la naricita viendo la carita graciosa de su hijo

-Hola Liam- la voz profunda detrás, hizo que detuvieran el juego, Alessandro paso a segundo plano cuando el pequeño irrumpió en la sala

Liam elevo el rostro y sus ojos expresivos abandonaron la calidez- Hola- dejo escapar en seco

Alessandro lo vio con una ceja levantada y cuando Lía volteo  fingió una sonrisa amable, gesto que no pasó desapercibido por el argentino que cerro los puños enojado

-Estas grande campeón- intento tocar el cabello de Liam y este se retiró

- No me gusta que me llames campeón- sus cejas se fruncieron y estiro su trompita enojado

-Liam cariño- Lía trato de controlar a su hombrecito celoso

-Ma, voy con Mirko – dejo un besito cariñoso en la mejilla de mamá y corrió al cuarto

El modelo resoplo encabronado y camino hasta el sofá para sentarse como un rey

Lolo lo observo con desagrado, desde que el modelo apareció en la vida de su sobrina, tanto él, cómo Edu no estaban felices, pero no querían involucrase en la relación a menos que el pequeño se vea afectado. Para la mala suerte del modelo, siempre su lugar vino después del pequeño y eso dejo más tranquila a la pareja

-Amor, entiende, Liam es un poco celoso- ella camino hasta él y se sentó, para dejar un beso en la mejilla. Este solo estiro los labios asintió con disgusto

-El problema es que lo consientes demasiado- dejo salir con disgusto y la abrazo

-No tienes hijos, ¿Cómo sabes que lo consiente demasiado? -arremetió, Edu y Lolo apretó la rodilla de su esposo como rogando que se contenga

-Mis padres no eran tan cariñosos, y me ves- se señaló arrogante- soy un hombre exitoso.

-Tremendo pelotudo- se le escapó a Edu

Lolo se atoro con el jugo de arándano y Lía abrió sus ojitos grandes

-¿Que dijiste?- entrecerró los ojos y retiro su rostro sutilmente-, aun me parece gracioso ese acento cuando hablas en español, ustedes los latinos son divertidos- sonrió, ajeno al insulto

-Afirmo lo que dijiste- lolo lo arreglo y clavo sus ojos en Edu que se encogió de hombros.

Lía apretó los labios conteniendo las ganas de reír, no podía enojarse con ese tío cariñoso-

-Lo ves cariño, tus tíos están de acuerdo- señalo a la pareja frente a ellos.

Edu estaba a punto de saltar como un león y arrancarle la sonrisa.

-No te confundas- mascullo y sus ojos brillaron

-Eh- sonrió el modelo- lo dijiste

Eduardo iba saltar sin importarle nada, pero Lolo salió al paso

-Estamos de acuerdo en que eres un gran modelo, pero creemos firmemente que los lazos padres e hijos son muy importantes, tal vez por eso te cuesta mantener vínculos afectivos-

-Touche- pensó Edu, su esposo, siempre sabia responder sin perder los estribos

Alessandro carcajeo disimulando la molestia- no necesito que me psicoanalices Lolo.

-Demasiado gay- pensó con desagrado

-Papi- grito Mirko corriendo con un camioncito seguido de Liam.

La presciencia de los niños evito un posible homicidio

-¿Que sucede cariño?- Edu lo tomo sobre su regazo y Liam evito ir hacia su madre para no estar cerca del modelo, por lo que se lanzó a los brazos de Lolo

- ¿Liam pude ir otra vez a dormir a casa? - las pestañas revolotearon sobre los grandes ojos café

-Antes de secuestrar mi príncipe no debieras saludar- la voz tierna de Lía hizo que el niño de ocho años corriera a ella y la abrazara

-Tía lo dejas, si, di que si- insistió emocionado. Por la diferencia de edad el pequeño la adopto como su tía y ella estuvo más que emocionada con la idea.

Alessandro alejo el brazo que la sostenía y desvió la mirada fastidiado

-No cariño, lo harán el fin de semana, mañana ambos tienen escuela- dejo un beso en la mejilla de Mirko que armo puchero y asintió

-Hola – sus ojitos se dirigieron al modelo que volteo a verlo y curvo sus labios con esfuerzo

-Hola Mirko, estas enorme ¿Cómo vas en la escuela? Fingió interés

-Oh aprendí mucho y la maestra me dio muchas estrellitas- hablaba entusiasmado. Lolo y Edu se babeaban al ver a su hijo tan animado- y aprendidos sobre el sistema solar, ya le dije a papa Edu que seré astronauta

-Interesante considerando …- Alessandro dejo salir las palabras sin pensar y prefirió callar.

-¿Considerando que?- Edu cerro los puños, reconocía un homofóbico a kilómetros de distancia.

-Bueno, no es obvio- los señalo a ambos, como si fuera una rareza que sean los padres del niño.

- Se hace tarde\, vamos- Lolo tomo a Mirko y arrastro a Edu que no dejaba de ver al modelo con una mirada asesina\, él tenía tantas ganas como su esposo de romperle la cara\, pero jamás haría una escena delante de los niños.

Lía dio abrazos de despedida y los acompaño a la puerta, mientras Alessandro seguía en la sala viendo el celular

-Cariño, ¿dime porque sigue con ese imbécil? - susurro lolo

-Buen ejercicio- Lía subió y bajo las cejas divertidas, ella también se preguntaba lo mismo, pero no quería hablar en ese momento, estaba muy enojada.

-Oooh- asintió divertido el rubio- nos vemos corazón, llama si nos necesitas- volvió abrazarla

-Así será- Lía se alejo del rubio y fue a Edu que sostenía a Mirko de la manito

-Lo lamento, hablare con él- inclino la cabeza y lo vio con pena

-Cariño, no tienes la culpa de tener un lindo cascaron- carcajeo y la abrazo- solo cuida a Liam, no sea, que lo idiota se contagioso.

Ella asintió y se despidió agitando su mano hasta que los perdió de vista, cerró la puerta y como una pantera camino a la sala

-En que pensabas con ese comentario- hablo furiosa, llevando sus manos a la cadera, esperando una explicación.

-¿A que te refieres?- Alessandro seguía jugando con el teléfono hasta que ella se lo arrebato

-Es mi familia y sino los respetas, tampoco a mí- sentencio, arrojando el teléfono al sillón

-Vamos cariño no fue intencional, estaba cansado y no pensé demasiado-  tomo el aparatito y lo guardo en el bolsillo para luego descansar su espalda en el sillón

-¿Estás cansado?- arqueo sus cejas y sonrió irónica-

Si –  guiño un ojo y palmeo el cojín invitándola a sentarse junto a él, - ven dame unos mimitos a ver si se me pasa.

-Bien, entonces largo- señalo la puerta

-Vamos Lía- cambio el semblante a uno oscuro- no nos vemos hace un mes, te enojaras por ese detallito- se puso de pie y camino hasta ella- está bien, estuve mal, solo que me afecto lo que dijo tu tío de mí, lo lamento-

. Intento tomar el rostro con sus manos, pero ella se alejo

-Sera mejor vernos otro día, vete por favor- dio varios pasos atrás e insistió señalando la salida

Alessandro negó y rodo los ojos fastidioso, pero contuvo las palabras que arremolinaban en su boca- Si, mi iré, cuando este más calmada hablamos- paso junto ella y salió.

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-Val ¿Qué sucede amor? – Miranda lo besaba con deseo, pero parecía estar sobre un bloque de hielo.

Desde que llegaron al departamento de aquel lujoso edificio, él no dejo de pensar en Lía

-Nada, solo dame espacio- de un movimiento la saco de encima y camino al balcón en ropa interior.

Sus ojos recorrieron la ciudad, pero su mente estaba anclada en aquella preciosa imagen corriendo a los brazos de otro.

Las manos de Miranda se deslizaron desde atrás hasta rozar su abdomen marcado. Valentín contuvo el aire, para que no se notara su hastío, por primera vez en mucho tiempo experimentaba emociones dormidas, esas que se perdieron desde que su madre le informo que Lía había partido a Milán.

Exactamente el lugar en donde seis años después volvió a encontrarla

-Dicen que esta ciudad es una de las más románticas, que las parejas destinadas a estar juntas por siempre, deben visitarla- susurro Miranda lanzando misiles de indirectas más que directas, sobre su necesidad de formalizar con el empresario

Valentín observo el sol ocultarse y aquellas palabras se repitieron en su cabeza, solo que la imagen de la mujer no era la pelirroja que lo abrazaba.

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