Almendras

Es de esperarse que los Barrios de Moscova, con casas elegantes, tiendas, restaurantes, bares y cafés, sean de los más elegidos.

También involucra zonas, con muchos eventos y exposiciones, ya que es uno de los distritos que mejor puede combinar entretenimiento, moda, diseño y arquitectura. Bancos, farmacias, gimnasios, supermercados, oficinas de correos y mucho más están a solo unos cientos de metros de distancia entre sí.

Es una de zona muy animada, organizada y atractiva, especialmente por su hermoso Parque Sempione, un lugar agradable para los que buscan tranquilidad y áreas verdes en medio de la ciudad.

El lugar soñado que Lía eligió para criar a su pequeño.

Todas las tardes luego del prescolar, ambos corrían por el espacio verde, jugar era el momento más feliz de ambos, que sin querer crecieron juntos.

La maternidad no fue fácil, pero el acompañamiento de la familia fue primordial, Lulú, Cam, Aron incluso Lion o Alma se turnaban para visitarlos y ayudarla en cada paso.

Lentamente Lía y su hijo se hicieron fuertes y la vida se volvió fácil de llevar, la tormenta paso y el arcoíris salió, para esa pequeña familia de dos.

-Mami, tómala- Liam arrojo el balón curvo al aire, tenía un buen brazo derecho a pesar de su edad, ella corrió y alcanzo el balón, para perseguir a su hijo

-Ven aquí monstruito- arrojo el balón al césped y lo tomo en brazos para girar hasta caer abatidos al suelo.

-Liam mira las nubes gordas- señalo, ambos estaban en el césped cabeza con cabeza mirando el cielo celeste- Allí hay una oveja-

-No, má- rezongo el pequeño- es un conejo, no ves la zanahoria-

-Claro que no, allí está la oveja y a lado el granjero- carcajeo, cuando el pequeño se incorporó la vio como si estuviera loca.

La manito se apoyó en la frente- tiene fiebre o el sol le afecto- estiro su piquito de costado- creo que lo mejor es darte un helado- afirmo como un profesional-

-¿Usted lo cree doctor?- pregunto picara viendo los dientitos blancos en una gran sonrisa, todavía se veía el huequito de la paleta faltante, los dientes de leche comenzaban a caer.

-Claro que sí, - afirmo moviendo su cabecita de arriba a bajo

-mmm-llevo su mano a la barbilla pensando- si el medico lo dice así será

-Siii- grito Liam y se arrojó sobre su mamá-

De repente una figura cubrió el sol, por lo que ambos se alejaron, para ver quien interrumpió su momento de óseo

-Llegue justo

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Valentín, caminaba con el saco en el brazo y la camisa arremangada, ese día tuvo varias reuniones, no podía concentrarse a pesar que varios días pasaron de aquel encuentro, estaba decidido a buscarla, quería sacar esa sensación angustiante del pecho, esa que se instaló desde que la vio.

Solo un detalle lo detenía y era justo el que lo obligo a detenerse en el parque para recorrer el espacio verde y subir fotos a las redes sociales.

-Amor te dije, esta zona es una de las más caras, - hablo feliz mientras se abrazaba al cuello de Valentín que no fingía su desagrado

-Sí, lo descubrí al pagar tu ensalada en el restaurant-  no le importaba gastar dinero, pero definitivamente Miranda no era con quien quería estar, se alejó y continuo por el sendero viendo a la gente disfrutar de una tarde cálida

-Valentín, no camines rápido no puedo seguirte con los tacones- se quejó la pelirroja, pero él no se detuvo, es más, por un segundo la idea de correr despavorido cruzo por su mente.

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Alessandro ¿Qué haces aquí? - Lía se puso de pie y sacudió su short, limpiado los restos de césped

-Te extrañe nena, se acercó y beso la mejilla- sé que ustedes vienen aquí por la tarde, termine la prueba de vestuario temprano y vine a verlos- su mano sacudió el cabello de Liam, que se alejó y cruzo sus bracitos viendo lejos.

-¿Que van hacer?- pregunto como si le interesara tener a Liam en los planes

-Íbamos por unos helados- respondió, Lía, que continuaba incomoda por lo que sucedió la última vez en su casa

-Hagamos algo, ve por los helados y cuido al pequeño- sonrió cariñoso

Lía dudo por un momento, pero el carrito con helados estaba cerca, solo le llevaría unos minutos ir por una paleta y volver

- Bien\, pero cuídalo si\,- lo señalo con el dedo índice y el italiano asintió

-Cariño iré por tu helado, pórtate bien, Alessandro se quedare contigo- abrazo al pequeño y beso la naricita

-Tranquila cara mia, él está a salvo, no campeón- observo a Liam que no respondió, solo camino hasta su balón y lo levanto

-Enseguida vuelvo-  corrió en dirección al carrito dejándolo solos

-Liam que lindo balón- Alessandro se acercó, pero el pequeño solo observo sin decir mucho

- Mira lo que traje- saco un chocolate y lo movió frente a los ojitos del niño que se emocionó.

Que niño diría que no a una golosina- pensó sonriendo altanero

-¿Te gusta?- pregunto pícaro

-Si. afirmó el pequeño con una gran sonrisa

-Bien, te lo daré si vas y te sientas allí, necesito hablar con mami- señalo la banqueta a unos cincuenta.

Alessandro necesitaba un momento a solas para convencer a su panquecito de pasar la noche juntos y así tener una gran reconciliación.

Liam acepto tomado el chocolate y corrió al lugar que le indicaron

Observo como el niño llego a destino, nada podía pasar, lo podía ver desde donde estaba y se lo veía feliz

-Bien Ale, es hora de usar todas tus armas- susurro acomodando la camisa de diseñador y saco el teléfono, para ver su reflejo

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A pocos metros una pareja caminaba distanciada

-Valentín, detente- protesto Miranda, cansada de seguirlo, el paseo ya no era divertido, no pudo tomar ninguna foto que generara la envidia de sus amigas por la relación amorosa que ella declaraba perfecta.

-Tu querías caminar, ahora camina- dijo sin voltear, pero sus ojos color miel, se fijaron en la pequeña figura de un niño que sujetaba su gargantita, con esfuerzo.

-Val. - dijo dudosa, al ver al empresario fijando la mirada hacia el niño a pocos metros

Él no volteo a ver a su novia, corrió como un condenado al niño, una sensación extraña lo invadió, esa mezcla de preocupación y angustia.

-Ey campeón ¿Qué sucede? - sus ojos recorrieron el rostro del niño, que lo vio y pestañeo sin poder responder, los labios azules y las manos embarradas de chocolate sujetaban la garganta como buscando aire

Valentín vio el envoltorio a un costado y reconoció aquel veneno

-Almendras- mascullo--Carajo eres alérgico- limpio los labios de niño y lo tomo en brazos revisándolo

La lagrimas se formaban en los ojos del pequeño que subía y bajaba la pancita reflejando la falta de oxigeno

-VALENTIN- grito Miranda asustada al ver a su novio correr como un loco con el niño en brazos- ¿Lo está secuestrando?- estaba aturdida sin saber que hacer

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Lía llego corriendo con las paletas, pero sus cejas se fruncieron al ver a Alessandro solo en el lugar

-Ale ¿Dónde está Liam? Preguntó buscando alrededor

-Tranquila nena- arrebato el helado- está en la banqueta por allí- señalo sin ver- con un rico chocolate con almendras

-¿Que dijiste?- grito histérica- sus ojos fueron a la banqueta vacía, su corazón comenzó a latir desbocado, el miedo se apodero de todo su cuerpo y corrió fuera de si en esa dirección

Lía cálmate el- Alessandro abrió los ojos al no ver al niño, solo lo perdió de vista uno minutos mientras se tomaban una selfi.

-Donde mierda esta esa molestia- protesto internamente, corriendo detrás de su mujer

-¿Que le distes Alessandro?,  grito sacudiéndolo  tomándolo del cuello de la camisa, el solo negó sin comprender

-Solo una golosina

-Es alérgico a las almendras, … Lía corría como loca entre la gente… --¡¡Liam!! gritada entre lágrimas – por favor vio a un pequeño… detenía a la gente  hasta que dio con alguien conocido

-Lía que haces- pregunto Miranda

-Has visto a mi hijo mostró la imagen en su teléfono, esa que tenía la hermosa carita sonriente de Liam.

-Sí , si – afirmó  Miranda preocupada por su novio el secuestrador. -Se lo llevo Valentín y me dejo aquí, solo lo levanto y salió corriendo con el niño, te juro que no sé qué le paso-

-¿Valentín, donde se lo llevo?, - grito angustiada, mirando alrededor, estaba a punto de perder la razón

- No se \, solo lo vio y corrió con él en esa dirección- Miranda señalo el lugar y se apartó dejando el camino libre .

Lía salió alterada a la misma dirección, recordando que a poca metros conseguirían asistencia en la clínica, sus pies no se detuvieron.

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Valentín estaba en la sala de espera con ambas manos sujetando su cabeza, la respiración agitada no se calmaba, sus pulmones ardían, jamás corrió a tanta velocidad, pero al entregar al niño a los médicos sintió que un peso abandono su cuerpo y tuvo sentarse, sus piernas amenazaban con abandonarlo.

Cerro los ojos, y la imagen de esos ojitos llorosos, aparecían estrujándole el corazón, tenía terror de solo pensar que sucedería sin él no lo encontraba

-Por favor, alguien trajo a mi pequeño aquí, tiene cinco años es alérgico a las almendras- las lágrimas se caían sin control, las manos de Lía golpeaban el mostrador con desesperación.

Valentín alzo el rostro para encontrarse con la mujer, que soñó hasta despierto, rogando a la enfermera, que intenta calmarla para explicarle que Liam está siendo atendido.

Él pestañeo varias veces al ver a la enfermera señalándolo, Lía giro sus ojos se encontraron.

La mezcla de emociones fue inexplicable, ella camino apresurada en su dirección. Valentín se puso de pie al instante, y antes de decir una palabra, Lía lo abrazo con fuerza

-Gracias, gracias, Dios, gracias Val- sollozo sin parar, apretándolo más fuerte.

El tardó en reaccionar, pero poco a poco la encerró en sus brazos e inhalo el aroma ocultando su rostro en el cabello desprolijo, y solo basto un segundo para saber que estaba en el lugar correcto.

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Mini Maratón, mañana seguimos con mas cap.

Abrazos

Gaby

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