El calorcito de las sabanas, testigos de la intensa noche, cubrían la mitad de los cuerpos desnudos, entrelazados en la pequeña cama del cuarto universitario.
Aron duerme con una ligera curva en sus labios, su primera experiencia fue aún mejor de lo que imagino, sus brazos sujetaron con firmeza, el cuerpo de Mila.
La adoso a su pecho, cubriéndola por completo, escapar no era una opción para la brasileña que parecía un conejo cubierto por un imponente león.
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Lo que parecía ser la peor noche para el recién graduado, cambio radicalmente, cuando atravesó la puerta de aquella pequeña habitación.
La ropa comenzó a estorbar y el deseo escalo a alturas inimaginables. El apetito contenido por tanto tiempo se dio paso y ambos se devoraron sin impedimentos
El cuerpo se agotado de Aron, por experimentar el amor en su más amplia expresión cayó derrotado luego del excitante gemido que endulzo sus oídos.
Pudo experimentar la emoción de recorrer el cuerpo desnudo de quién aceleraba su corazón a limites inigualables.
La sensación sublime de entregarse en cuerpo y alma, entendiendo que no existirá ninguna expresión de amor más sincera que ser uno con el otro.
Por primera vez creyó en las historias románticas de Lía, en la sonrisa tonta cuando ves a quien amas, en la desesperación por estar junto a quien mueve tu mundo con solo una mirada.
Aron, esa noche, en los brazos de Mila, reconoció el amor y se juró no soltarlo, aferrándose con alma y vida a esa pequeña cintura, hasta que el sueño lo venció.
Mila era otra historia, el sueño no fue una opción después de tan intensa actividad, sus ojitos brillaban en la tenue iluminación que ingresaba por la ventana del cuarto, el corazón palpitaba acelerado y el peor sentimiento se fieltro hasta los huesos, MIEDO.
Las palabras de Aron aun daban vuelta en su cabecita en caos
-Dios, tengo la chica más hermosa- La imagen de aquella sonrisa llena de ilusión, fue como un gran peso en el pecho que no la dejaba respirar
- ¿Qué hice? – murmuro\, la respiración se volvió errática\, de solo pensar en su papá y tíos\, no era su primera vez\, pero Aron era diferente a cualquier chico con quien ella estuvo antes y eso la hacía sentir peor.
Sus ojos se abrieron más, cuando sus compañeros pasearon por sus pensamientos, y las posibles reacciones que desencadenaría, una vez que se enteraran de esa extraña relación- la mano cubrió sus labios tratando de controlar el pánico que estaba surgiendo lentamente. Como podría explicar que aquel chiquillo, logro tirar por los suelos todas sus afirmaciones.
-Jamás estaría con él
-Vamos, soy más grande, no tengo tiempo de cuidar un bebé
-Es solo un adolescente
-Es lindo, pero es más como un hermanito
Las mil y un excusas con las que disfrazo las salidas con Aron, surgieron una tras otra en su cabeza atormentándola.
Con qué cara aceptaría que un recién graduado, la llevo a la cama y con eso al cielo sin escala.
Tendría que tragarse todas sus palabras, tendría que aceptar que se había equivocado y para alguien tan necia, era todo un desafío.
Mila analizo las veces que se negó a ese sentimiento y quiso golpearse por caer como una tonta, pero fue más fuerte la tentación que ahora la sostenía con firmeza.
No pensó en el después, quería saciar las ganas, de recorrer cada centímetro de aquel cuerpo fibroso que estimulaba mil sensaciones en ella y ahora solo deseaba huir.
Aron ronroneó y le fue imposible no reír bajito cuando poquito a poquito este escondía su nariz, en un rinconcito del cuello.
¿Qué hare contigo ahora? - susurro con miedo y ternura a la vez,
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Los días pasaron y así se hicieron semanas, Aron parecía un loco enamorado, cantaba todo el día, y desaparecía por horas; pero a veces Lía percibía cierta molestia, cuando algún mensaje lo hacía volver al cuarto y encerrarse por horas.
Por momentos hasta sospecho que su hermano sufría cierta bipolaridad; pero ella no era un modelo a seguir.
Los últimos días Valentín saturo su teléfono con llamados y mensajes, que al principio se negaba a responder, pero ese órgano en su pecho comenzó a doler y le era difícil mantener su orgullo intacto.
Como explicarle a la razón lo que el corazón se niega a dejar de sentir, incluso con el apoyo moral de sus amigos se dio por vencida, cuando el último mensaje del universitario, apareció rogando por verla, ya que volvería a Stanford para iniciar el semestre.
-No, no puedes hacer eso, Lía si no te respetas, él no lo hará, si quiere verte pues que venga- reclamo Timothy cruzando sus piernas flacas sentado en la banqueta de la cocina
-Él se disculpó, y me pidió ir a su casa, entiende- grito entusiasmada- nunca me había invitado, siempre que fui allí, fue porque la tía Lorna nos invitó - los ojitos negros brillaban llenos de ilusión, empaquetando el lemon pie que decidió llevar de regalo, deseaba que él probara algo preparado con sus cálidas manitos-
-Quisiera entrar a esa cabecita, para hacerte entender que te conformas con tan poco- bufo su extravagante amigo armando un gracioso puchero.
Timothy, conoció a Lia cuando apenas tenían cuatro años, en la sala de kínder, se podría decir que fue amor a primera vista, y con el tiempo se volvieron hermanos de corazón.
La forma de ser desenfrenada de Tim contrastaba con la perfecta señorita Lia, él era el chico del cabello multicolor, cada mes su look cambiaba, su ropa tampoco era discreta, colores estridentes dejaban ver a ese personaje como único.
Se amaban con sus diferencias, y se entendían a pesar de estas. Era doloroso pensar que pronto ambos se separarían, él iría a la universidad de artes escénicas y su amiga había sacrificado su sueño, por un amor no correspondido que se negaba a aceptar.
--Mi cabeza está bien Tim- sonrió viéndolo a los ojos-pero mi corazón no- volvió sus ojitos a la tarea- listo- suspiro emocionaba viendo la cajita celeste con el gran moño azul- ¿crees que le guste? – pregunto ansiosa, abriendo sus ojitos brillantes
-¿Importa?- se encogió de hombros- sigue siendo un imbécil que no te merece
-Vamos Tim, necesito tu apoyo- camino hasta su amigo y despeino el cabello en tonos rosas-
-Ey, no lo toques, me llevo mucho tiempo arreglarlo- carcajeo alejando las manos de Lia que seguían molestando
-Te apoyo nena, siempre, pero tengo una horrible sensación en el estómago y tú sabes que no me equivoco cuando me siento así- aclaro sosteniendo el rostro de su amiga
-No seas negativo- se alejó dando brinquitos hasta tomar el regalo
-Valentín no es una persona que merezca tu atención, es que no ves lo hermosa que eres, si no estoy contigo, es porque me gusta más el estilo de tu hermano- guiño un ojo coqueto
-Tim- golpeo el hombro - olvídalo anda enamorado, ahora llévame, porfaaa- arrugo su naricita y aleteo las pestañas
-No hagas esa cara- sentencio señalándola con su dedo índice- sabes que no puedo decirte que no, pero realmente quieres salir con esta lluvia, te puedes enfermar y…
-Vamos, vamos, vamos- insistió jalando el brazo a Timothy para levantarlo de la silla- tu solo déjame allí luego tomare un taxi, ¿sí?- su mirada inocente e ilusionada provoco una fuerte molestia en el chico que la observo no muy convencido. No quería verla golpearse contra aquel muro otra vez.
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La lluvia caí sin dar tregua, deslizándose por los cristales de los ventanales que daban al jardín central de la casa Lacrost,
- Valentín\, iré a la agencia\, se compartan- Lorna saludo desde la puerta\, al grupo de compañeros de prepa de Valentín\, que vinieron solo a pasar el rato\, pero se convirtió en largas horas -
- ¿Hay chicas bonitas en Stanford? Pregunto Daniel llevando el refresco en sus labios.
Todos pertenecían al equipo escolar y aceptaron rápidamente a Valentín cuando se transfirió, era imposible no aceptar a quien tenía un talento natural en el deporte y que los llevo a ser campeones.
-Sí, lo normal- dejo salir sin mucho interés, sus ojos iban y venia al reloj, se suponía que para esa hora sus amigos ya no estarían.
Tal vez no venga, si , tal vez no venga- se repitió mentalmente nervioso
-Te puedo asegurar que allí no vas a tener una pequeña acosadora- agrego Jonás y todos rieron
Negó con una sonrisa incomoda, sin emitir sonido
-Sí que sacaste la lotería, hermano, aun no entiendo porque no le diste una revolcadita a Lía Anderson, es hermosa y la traes comiendo de la mano, con un mensajito la tienes feliz detrás de ti –- agrego otro escalando en aquella conversación que se volvía incomoda.
Valentín hizo solo una mueca, mientras sus ojos color miel seguían las agujas del reloj. El gran defecto del ex capitán de equipo, era enfrentar a sus amigos, la aceptación para él, lo era todo., Cuando llegó a California no quería ser el forastero a quién molestaran y sin esperar se volvió en uno de los chicos populares, no pondría en riesgo esa reputación por una nena tonta
- Vamos no seas tímido- un golpe fue a su hombro\, removiéndolo en el sofá- cuenta los beneficios de tener a alguien que limpia el piso por donde caminas\, hasta la apodaste cachorrita para la manera que menea la colita persiguiéndote. – Alan carcajeo -acaso no la dejaste darte una mordidita\, ¡¡ Oh ya se!!- grito burlón- estabas esperando que cumplirá la mayoría de edad para darle lo que tanto quiere- agrego haciendo un gesto obsceno moviendo sus caderas
El fuerte ruido de algo estrellándose contra el suelo, hizo a los cuatro chicos voltear.
Lia estaba de pie, bajo el umbral de la puerta, buscando aire, sus ojos temblorosos se llenaron de lágrimas y cerro los puños con fuerza deseando desaparecer en ese mismo instante
Su mente trataba de procesar cada palabra
-Eres estúpida, definitivamente eres muy estúpida- pensó
En ese instante sus ojos fueron a la caja destrozada en el piso y comprendió que ese era el reflejo de su terco corazón
-Lia- la voz de Valentín hizo que volviera su vista a la sala, ella pudo observar a los demás, señalarse para no reír y quien era dueño de sus pensamientos solo estaba de pie sin hacer nada.
Salió allí aturdida, los latidos de su destrozado corazón presionaban con fuerza el pecho agitado por la respiración entrecortada.
La lluvia mojo su larga cabellera y la ropa se empato por completo aferrándose a su cuerpo, el frio se extendió, pero no importó solo quería huir donde no doliera tanto.
Sonrió irónica, entre lágrimas, cuando la voz de Valentín se repetía una y otra vez en su cabeza
-Que haces cachorrita-
-Diviértete cachorrita
-Se buena cachorrita
-Lía, por favor, detente- la mano firme la detuvo.
Valentín salió corriendo detrás, pero por más que la llamo no logro detenerla, hasta ese momento
-Ella volteo para encontrase con quien menos deseaba, él estaba completamente mojado, las gotas de agua se deslizaban por el rostro marcando detalladamente las facciones fuertes y en ese momento se sintió la persona más tonta del mundo, porque a pesar de tanta humillación lo veía hermoso
-Lo que escuchaste… eso- trato de explicar perturbado
-No- alejo la mano que sostenía su brazo- ya no mas, Valentín- negó con la cabeza repetidas veces. No quería excusas, ya no, dolía demasiado para soportar una más
-Estaban jugando, vamos- extendió su mano, esperando la de Lia, y esbozo una sonrisa nerviosa-. Vamos, entremos, te puedes a enfermar – Lía solo vio ese gesto con desagrado- Anda vamos cachorrita- inclino su cabeza y curvo sus labios, esperando la respuesta obvia, esa que siempre conseguía
Pero para su sorpresa, fue todo lo contrario, aquella palabra detono por completo todas las emociones, que por mucho tiempo fueron reprimidas con fuerza en lo más profundo.
-¿Porque? Dime que ganas con tenerme cerca- dejo escapar el aire contenido con frustración-, ¿ es divertido para ti y tu amigos reírse a mi espalda?, - apretó sus labios y una de sus manos alejo el cabello adherido a su mejilla por la lluvia
- Es gracioso ver a la estúpida\, de Lía Anderson corre detrás de ti\, esa tonta que espera un mensaje\, una mirada dedicada con pena\, ¿para qué?-
Dejo escapar una risilla dolorosa, en el fondo estaba agradecida, que lluvia ocultara las lágrimas que caían de manera incontrolables por sus mejillas- ¿Para que mueva la cola feliz? - dijo irónica
Valentín sintió a flor de piel el dolor en esas palabras, pero no quiso aceptarlo-
-Lía no es para tanto, ellos son mis amigos a veces juegan- intento inútilmente justificar, lo que minutos antes había arruinado por completo la cercanía que ellos tenían.
-No los detuviste- negó con la cabeza y frunció el ceño-, en ningún momento tu…cubrió sus labios aguantando las ganas de sollozar
-Estas exagerando en extremo- Quiso darse un golpe mental, al ver el gesto de la chica frente a él.
Ella arqueo sus cejas incrédulas y negó varias veces viendo a los lados, como si buscara algo que jamás iba a encontrar-, Esperanza, ese sentimiento que hacia que lo intente una y otra vez hasta ser vista por él.
-Hoy, Valentín Lacrost, te libero de este martirio- dio varios pasos hacia atrás, cuando el intento sujetarla- no volveré a molestarte, simplemente desapareceré de tu vida – él se acercó desesperado.
Sintió la presión en sus pulmones, al oírla tan decidida, trato de tomarla, pero ella negó rotundamente, y la distancia se volvió devastadora
-Lia, por favor, no quise- balbuceo nervioso, limpio los rastros de agua que goteaban de su cabello desordenado. La lluvia poco a poco mermaba.
-No, no es tu culpa, fue mia por no aceptar, que lo único que hacía era elevar tu estúpido ego, - sus ojos se llenaron de ira y sus labios temblaron al dejar salir con rabia esas palabras
-Eso no es cierto, no tu no…- trato de defenderse, pero ella arremetió con todo
-Ahora lo entiendo, hoy por primera vez, lo veo claro, no se puede forzar a alguien a querer- sonrió viendo el cielo cubierto de nubarrones negros, era el reflejo de cómo se sentía.
-Por favor entremos, por favor – rogo como nunca, cuando entendió lo que era perder lo más genuino en su vida.
-Gracias por esto- la voz salió tan calmada, que él sintió su cuerpo estremecer al ver los ojos, que antes destellaban luz, completamente apagados- me di cuenta que no soy para ti.
-Nunca quise que te sintieras así, si alguna manera- ella negó y lo interrumpió
-No te confundas Valentín- sonrió con dolor en la mirada- no soy para ti, porque tú, no eres suficiente para mí- Giro sobre sus pies y se alejó decidida a dejar todo atrás, aunque eso significara abandonar los restos de su tonto corazón.
Valentín, sintió el nudo atorado en su garganta y sus ojos siguieron la delegaba figura subiendo al taxi, por primera vez experimento la sensación de ser pisoteado sin contemplación.
💕💕💕💕💕
Hola corazones, hoy subo dos cap. perdón la tardanza, las extrañe
Abrazos
Gaby
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Comments
Maris Benitez
con el corazón hecho pedazos pero la dignidad al primera desilusión,,💔💔💔💔💔
2025-03-02
1
Norma Alvarez Vega
lia a seguir tu camino con dignidad.
2025-02-16
1
Viviana Bustos Aldana
Espero que con semejante humillación por fin Lia reaccione 🤦♀️🤦♀️🤦♀️🤦♀️🤦♀️
2024-09-02
2