Un Par, dos historias.

El Montenapoleone Suites ocupa un palacio elegante con suites contemporáneas y se encuentra a 300 metros de la calle Via Montenapoleone y a 10 minutos a pie de la catedral de Milán.

Exactamente el lugar donde Alessandro recorrió cada milímetro del cuerpo de Lía, llevan un mes sin verse y el modelo masculino ansiaba tenerla entre sus sabanas

Alessandro Ricci es un modelo reconocido en Milán, y una de las caras más requeridas por las marcas masculina.

Él y Lía  se conocieron hace un año, cuando fue contratada por Giorgio Armani para la campaña de Acqua Di Gio.

La fotógrafa se deslumbró con el torso desnudo del modelo que salía del mar como si fuera Perseo, la atracción fue instantánea.

No existía sentimientos profundos, ninguno quiso más, al menos no Lía, estaba bien con esa relación que no le demandaba tiempo y donde su corazoncito no tenía injerencia, solo el deseo de complacer una necesidad.

-¿En que piensas cara mia?, - las yemas de los dedos se deslizaron por la curva de las caderas hasta la pequeña cintura.

Lía estaba apoyada sobre el pecho desnudo del modelo, y su mano paseaba entretenida por los cuadritos del abdomen.

La piel dorada del italiano daba un contraste exquisito entre las sabanas de seda blanca.

-Nada- beso los pectorales y se acurruco más, evitando hablar.-

-Mentirosa- se reprendió mentalmente. Pero quien podría culparla como le explicas a tu chico que no puedes sacar de tu cabeza a otro.

-Se suponía que lo olvide- continuo en debate- sigue mintiéndote- volvió a recriminarse-

Esa batalla entre su corazón y razón no era justa, seis años y medio pasaron, se suponía que supero todo lo referente a Valentín Lacrost, pero no, ahí estaba el maldito recuerdo de esos ojos color miel, la quijada definida, los labios ni finos ni grueso y mierda que esa colonia era mejor que la que usaba antes. La vida volvió a joderla

-¡¡Lía!!-  Alessandro elevo la voz sacándola de un cimbronazo de esa discusión interna

-Que, que- pestañeó y elevo su rostro para verlo

-Cara, te eh estado hablando por varios minutos y tu esta en otro planeta, ¿dime que sucede? - pregunto seductor y una de sus manos apretó la cadera haciendo que un jadeo desprevenido abandone sus labios.

-¿Qué hora es?- rápidamente se incorporó ignorando la pregunta-

Alessandro entrecerró los ojos y ella en un arrebato salto sobre él tomando el celular

-Oh por Dios, por Dios, por Dios- pasaba de las siete de la tarde, junto apresurada la ropa desparramaba por la habitación

-Preciosa, quédate conmigo, no te he visto desde hace un mes- se quejó desde la cama

-Lo lamento, cielo, pero sabes que no puedo, él está en llegar- corrió al baño y dio un portazo, minutos pasaron hasta que se oyó el agua correr

-Cazzo (Mierda)- mascullo el modelo colérico, arrojando las sabanas al suelo, para tomar los pantalones y comenzar a vestirse.

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En Nueva York, la situación era otra, el ruido del celular contra la madera vibrando sin parar provocó que Aron gruñera molesto con el rostro hundido en el cojín.

Extendió el brazo, su mano dio golpes contra la mesa de noche hasta que alcanzo horrible aparatito

📱📱-Hola querido amigote –  la voz juguetona de Marco irrumpió su sueño

-Marco? - pregunto alejando un poco el teléfono para ver, y con  mucha lentitud giro sobre la cama, protestando internamente. Era la una de la tarde y solo quería seguir durmiendo.

-Quien mas, tarado, vienes esta noche-  el entusiasmo de aquel medico era irritante, cuando te pasas casi cuarenta y ocho horas de guardia como lo hizo él.

-No, estoy muerto, ayer tuve cuatro cirugías y la que menos duro fue de cuatro horas, llegue a casa a la madrugada- masajeo la sien y bostezo peleando con sus parpados para que se mantuvieran abiertos.

-Vamos Aron, solo trabajas, una noche de fiesta no te hará mal- canturreó Marcos

-Marcos quiero dormir- insistió

-También soy cirujano y sin embargo salgo, tengo vida social, no seas amargado, di que si, vamos Anderson tu puedes- carcajeo

-Bueno no es lo mismo- suspiro y espero el tono irritante de la voz de su amigo

-Porque, explícate- dijo demandante

-Simple Marcos,  arreglo huesos rotos, astillas etc. y tus pones senos bonitos- sonrió, sabia que esas comparaciones molestaban, a su dolor de cabeza, como solía llamar a su mejor amigo, quien no dudo en dejar todo para acompañarlo a Nueva York.

-Mi trabajo es exigente, dejo a las mujeres más bonitas de lo que son- explico, y el entusiasmo  abandonó la voz

-No digo lo contrario amigo- rodo los ojos, el sueño lo estaba invadiendo sin tregua- pero la diferencia reside en que mis pacientes gritan antes y después y eso sí que es estresante- dejo salir una carcajada, era un chiste morboso pero cierto.

Marcos lo secundo, no podía rebatir ese comentario-Solo por hoy te salva Anderson, la próxima te secuestro, nos vemos mañana, duerme-

-Es un trato amigo- la llamada termino. Aron dejo el teléfono a un costado y volvió a su rutina, dormir, comer y trabajar.📱📱

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Todo lo contrario, a su media naranja, Lía  vivió la experiencia de mudarse al máximo.

Durante un año, estuvo con sus tíos Lolo y Edu, pero poco a poco se independizo y cuando descubrió el departamento de sus sueños, ubicado en uno de los barrios más chic de la cuidad, Moscova, no pudo contenerse y lo compro.

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Una hora después de arrastrar al modelo por las calles de Milán, el sonido de las llaves abrió la puerta de aquel elegante lugar.

Ubicado en el tercer piso de un distinguido edificio de época un maravilloso departamento, bi-expuesto, muy luminoso e impecable, de acuerdo con los más altos estándares de diseño y funcionalidad.

Una encantadora entrada circular da la bienvenida y revela un largo pasillo que conduce a un primer dormitorio grande, muy luminoso y con un moderno baño en suite con ducha, el lugar preferido de Lia.

El extenso lugar cuenta con baño de visitas, y finalmente otros dos dormitorios principales. Pero es la sala de estar triple, con doble exposición y la cocina con isla lo que termino por enamorarla-

Lía ingreso a la casa, con una amplia sonrisa, dejo las llaves sobre una mesita al costado y colgó su bolso, a lo lejos se escuchaba las risas, Alessandro la seguía detrás fingiendo una amable sonrisa.

Ella le hizo señas para que no hablara y de puntillas se dirigió al salón en forma de L, iluminado por grandes puertas francesas que dan a los dos balcones, utilizados como zona de relax, lugar donde descansan los libros preferidos de la fotógrafa.

-¡¡Boo!!- grito y mientras hacia su entrada sorpresiva

Lolo chillo en el lugar y Edu dejo escapar una carcajada al ver el rostro pálido de su esposo.

-Li, vas a matarme, corazón- la reprendió con ambas manos en su pecho, para luego ponerse de pie y abrazarla con amor.

-Hola los extrañe. saludo llena de emoción.

El sonido de pasos apresurados fueron música para sus oídos, pero no existía nada mejor melodía que la que estaba a punto de escuchar

-Mami, llegaste- los bracitos abiertos, la gran sonrisa y esos ojitos color miel, fueron la confirmación de que por fin estaba en su hogar.

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Hola corazones, espero descansen, mañana mini maratón

😘😘😘😘

Abrazos

Gaby

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