Estar en mi habitación me da tranquilidad y paz.
Mucho mejor. Lo que no pensé fue que cayera inconsciente antes de llegar a buscar sangre que esta en mi habitación. Solo faltaban unos cuantos pasos cuando las piernas se debilitaron y caí al suelo.
Estar débil me molesta, sobre todo cuando no sé en qué momento suceda, que caiga como una estúpida quedando a merced de quién esté conmigo. Entro en una oscuridad de solo a la espera de despertar, una que me ha abordado muy seguido estos dias.
Que problemático.
Los sentidos se van activando y la movilidad. Abro los párpados con pesadez, pero alertada de lo que pueda pasar a mi alrededor.
Llevo una de mis manos a la cabeza. Reviso mi entorno y estoy donde caí. Masajeo el puente de mi nariz al inclinarme.
Tengo sed, mucha.
Me levanto para tomar sangre empaquetada. Debería calmar un poco la sequedad en mi garganta, así que empiezo a beber. Doy el primer sorbo. Mi estómago lo aguanta, pero el segundo y tercero, las arcadas no me permiten seguir.
¡Que asco! Sabe horrible.
Necesito un baño y sangre apetecible. Desprendo un olor no muy agradable. Me voy al baño, esta impecable con el espejo intacto. Entro a la ducha abriendo la llave y dejando que el agua caiga sobre mi. Jadeo por lo bien que se siente bañarse.
Voy a mi armario al salir minutos después, vistiendo sin combinacion alguna. Blusa sin manga, larga atras y corta adelante dejando ver mi vientre; Una falda que rodea mi cintura y unos tacones no muy altos. Sujeto mi cabello semirecogido con unos mechones sueltos.
— Voy de salida. Martín me indicó que buscara sexo— Le digo a Annie. Esta vez si sentí su presencia que desprende molestia.
No hablaba con ella desde aquel día. Un día... incomodo. No me explicó el porqué lo hizo y eso que se ha topado conmigo al entregarme un reporte que envió uno de los traficantes que están fuera de la ciudad.
Ahora esta aqui, molesta, por... no se. No sé porqué anda con su molestia.
— ¿Sexo? ¿Y hará caso a ese hombre...— avanza un paso— que la rapta para llevarla a su casa solo por capricho?
Alguien esta enojada con el idiota del Doc.
— Si— digo tranquila, volteandome hacia ella. Encuentro una mirada furiosa.— Pero esta bien, puedes masturbarte cuanto quieras en mi cama. Esta vez avisaré mi llegada— agrego con una pizca de sarcasmo.
— Ama. ¡Usted no puede...— desvanezco antes de escuchar la ultima frase, que además era en reclamo y me debilito cuando al momento.
Me apoyo en el marco de la puerta de la salida para descansar un poco ¿Como puede hablarme tan tranquila después de verla desnuda y haciendo eso? Espero no tener la necesidad de preguntarle porqué lo hizo. No me importa, pero ¿por qué en mi habitación y en mi cama?.
Tomé aire en mis pulmones y un poco de fuerza para mover mis pies al coche. Dark se encuentra al lado y me abre la puerta para que me adentre. Él entra en el lado del conductor esperando indicaciones. Pienso por un momento la direccion, mi presa, el chico. Es lo único que he encontrado delicioso (al menos su sangre). Me concentro en su olor. Indico a Dark que vaya andando mientras busco al chico, pero me golpean miles de olores.
Me concentro solo en uno y por suerte no esta lejos de donde lo encontré por primera vez. Le indico al asiático donde me debe llevar y el capta a la perfección cada direccion.
A la derecha, luego se adentra a un estrecho camino donde parecen son departamentos y a la izquierda.
Te encontré.
— Detente— ordeno y se parquea— espera media hora. Si no me ves venir, subes por mi. Puedes dar un paseo. Pero si no te encuentro...
— Esta bien— dice con una sonrisa— habrá castigo. Lo sé.
Bajo. Y me tomo dirección a la entrada. Demasiado simple. Una anciana se encuentra en la recepción atendiendo a clientes. Aprovecho la oportunidad y sigo el olor. Los pasillos son largos, puertas enumeradas y lindas. El ascensor esta frente a mi a unos cuantos pasos y acelero para subirme a buscar lo que quiero.
Pienso el número de piso y por el olor... es el tercero, oprimo el botón y las puertas se cierran. Espero unos minutos y se abren, dejándome ver el tercer piso.
El chico tiene tanta suerte que viene en mi dirección distraído en su teléfono. Impacto con él a propósito. Él solo se disculpa sin quitar la vista del aparato. Lo sigo un poco y me posiciono en frente para llamar su atención.
— ¿Crees que con una disculpa es suficiente?— digo dulcemente llamando su atención. Enarco una ceja.
Y solo pone los ojos como platos para luego palidecer su rostro. Contengo la sonrisa como puedo. Me alegra saber que me recuerda, eso me halaga de cierto modo.
— ¡Maldicion!— da un paso atrás, y lo sigo hasta que se voltea y corre a su habitación.
No le permito cerrar la puerta y me adentro, cerrando la misma con seguro. Activo mis feromonas y juego con su pequeña mente. El cae rápidamente en los efectos. Se sienta en el sofá al chocar con el a mi merced. Un miedo lo invade cuando me acerco y se nota en esos ojos marrones claro. Me siento a horcajadas en sus piernas y muestro mi sonrisa más torcida.
— Necesito alimentarme. Justo ahora— él gruñe al tenerme cerca.— ¿podrías no poner resistencia?— niega con la cabeza, moviendo sus manos tratando de alejarse de mi pero es inútil cuando está paralizado.
—¿Q-que?— tartamudea estúpidamente e intenta con todas sus fuerzas levantarse, pero no puede.
— Que voy a beber tu sangre— informo simple
Un bulto se apega poco a poco directamente en mi entrada por mi posición en él. Me estremezco por la corriente eléctrica que me dio, sonrojandome un poco.
Desaparezco con la poca energía que me queda, situándome detrás de él para no estar contacto directo con eso. Descubro su cuello con rapidez y mi lengua pasa por esa vena que sobresale en su cuello. Lo escucho suspirar y supongo que una confusión con excitación lo esta recorriendo en este momento.
Su sangre me llama a que la pruebe.
.......
Sentir esa dureza en mi entrepierna se sintió extraño. Dark espera junto a la puerta por mi llegada con tranquilidad. Y se ve relajado.
—Vamonos.— abro yo misma la puerta y entro, esperando la partida.
Enciende el coche y partimos con rumbo a casa. Esta vez con energía suficiente y mi color de piel en estado normal.
"¿Crees que puedes beber mi sangre e irte tranquilamente?"
Rio internamente por su pregunta tan tonta.
Ese humano. Su ignorancia es su perdición en casos como estos. Su pregunta tenía una respuesta demasiado obvia. Sabe lo que soy y al parecer me teme porque pueda matarlo, no porque soy una vampiresa.
Extraño. Aunque, de hablar con alguien sobre lo que le ocurrió, sería una locura porque nadie le creería. Así que imagino que lo mejor es callar para que no lo ignoren por cosas que parecen dementes.
Me distraigo con las luces al pasar y una que otra persona caminando. Es tranquilo a pesar de ser una ciudad que desborda terror por sus calles solitarias. Al menos el salir un rato y no ser atacada es relajante, aunque aburrido. No puedo matar a nadie cuando eso no pasa.
No tardaría ni media hora en llegar a casa. Pero pierdo la noción del tiempo cuando comienzo a buscar el aire que falta en mis pulmones. Estrujo mi pecho, el corazón se acelera por la falta de oxígeno y caigo en el asiento con mi rostro rojo por la asfixia.
¡No, no de nuevo!
Siento una mirada encima con preocupacion. Hablándome. ¿por qué no lo escucho? El sonido es lejano, como un suave murmullo pero insistente. No le entiendo lo que dice.
Grito por el dolor de cabeza que me invade y llevo mis manos a ella tratando de calmarlo. Es demasiado, como si la estuvieran apretando con una fuerza increíble.
Mis lagrimas ya han salido por el dolor. Aprieto mis ojos con fuerza aguantando como puedo la falta de aire. Algo no factible por lo fuerte y doloroso que es. El tocar mi cabeza creo que solo empeora porque un grito sale de nuevo.
— ¡Ah! ¡Agh!
¿Por qué es tan fuerte? Mi cuerpo se debilita por ello y un escalofrío me recorre con miedo incluído por lo qué podría pasar.
¡Joder! ¿Que mierda es esto?
No permitiré quedar inconsciente de nuevo. ¡No puedo ser tan debil!.
¡Puedo aguantar! puedo controlarlo sin perder la consciencia.
Inhaló profundo entre lagrimas, tratando de encontrar un poco de aire que me parece imposible porque doy un grito de silencio. Minutos que solo parecen horas en agonía pasando un dolor que podría jurar partirá mi cabeza por lo intenso y recurrente que es.
Me acercan una bolsa de oxigeno torpemente, colocando una mascarilla en mi boca y presionan, dándome oxigeno poco a poco. Comienzo recobrar los sentidos normalizando mi respiración por lo bien que se siente eso.
Un liquido rueda por mi nariz sin darme cuenta. El dolor se reanuda haciendo empeorar el sangrado hasta cubrir gran parte de la mascarilla del liquido rojizo. Rodeo mi cuello con la mano, acariciándolo, incluso creo que duele mi garganta. Miro a los lados con los párpados pesados y un dolor me hace toser empeorando el sangrado.
¿Que demonios? ¿sangre?
No pude crearla asi que no tendría que liberarla, tampoco controlar y muchos menos darle uso. Entonces ¿Que ha pasado? ¿Por qué siento que va a matarme este maldito dolor de cabeza? De algo me estoy perdiendo y el maldito de Martín no me lo dijo. Algo extraño ocurrió y tiene que ver con eso que me inyectaron.
¡Duele! ¡Duele mucho!
Mis pulmones empiezan a llenarse de oxigeno lentamente. Los latidos se comienzan a normalizar. El dolor de cabeza disminuye poco, más bien volviéndose soportable cuando llevo minutos con la bolsa de oxigeno.
Mi cara hecha un desastre, mi nariz llena de sangre y mi boca también.
Trato de relajar el cuerpo levantandome, omitiendo el dolor para poder recostarme en el asiento. Veo de reojo a Dark tomar el volante y reanudar nuestro camino. Ya en unos minutos llegamos a casa.
Apenas logro notar cuando baja y abre la puerta tomandome en sus brazos como una princesa; deja caer la bolsa de oxigeno. Llené su uniforme de sangre y apenas me sujeté de su camisa. Mis párpados apenas se sostenían, los minutos pasaron como segundos al llegar adentro, caminó con rapidez y oí apenas murmullos.
Llegamos a mi habitación y el estruendo de la puerta al abrirse fue tan fuerte que hace sobresaltarme, pero escucho algo como disculpas. Me recuesta en la cama situándose a mi lado, recibiendo ordenes de quien no distingo debido a mi debilidad y mi consciencia sin yo querer que lo haga, colapsa.
...•...
Desesperación, ansiedad, dolor, angustia. Todas esas sensaciones las sentí en tan solo unos minutos. Quiero creer que es solo por mi etapa de maduración, pero ¿por qué dolores y el sangrado por la nariz? ¿el cuerpo estrictamente necesita liberar esas toxinas? ni siquiera me explicó en que consistían.
Es una locura
Ha pasado una semana de aquel momento de dolor. Sigo en cama por precaución a que no me de otra crisis. El dolor sigue cada dos dias pero sin el sangrado, con un poco de fiebre pero nada grave.
Aun me sigo preguntando el porqué tuve ese tipo de crisis, pero solo me toca esperar por Martin que viene en unos 3 dias. Annie ha cuidado de mi todos estos días sin hacerme preguntas ni comentar al respecto. Siento incomodidad desde que la ví en aquella situacion, no le pregunte, tampoco es que pueda hacerlo.
Hoy estoy mejor y no enferme. No puedo definirlo en otro término. Salgo de cama estirando mis pies y piernas que estaban estumecidas de no poder moverlas. Voy a mi armario y escojo la vestimenta algo deportiva para correr sin impedimentos.
Tomo fuerza y aire en mis pulmones moviendome a la puerta. Una presencia esta dentro, pero la ignoro.
— ¿Adonde cree que va?— reclama, me detengo en seco llegando a la puerta.
Dejaré pasar el tono en que hizo la pregunta.
— Caminar — bufo abriendo la puerta sin esperar respuesta— tanto encierro molesta
— La acompaño, a...— cierro la puerta al salir. Sin nada que escuchar.
No necesito compañía.
Bajo las escaleras rapidamente sin preocuparme por su reaccion yendo a la cocina, saludando a los presentes que tienen cara de alegría con preocupación y de ver revivir a un muerto.
¿Tan mal estuve?
— ¿Dark esta afuera o descansando? —pregunto a Kein que se encuentra en el comedor mirándome, atento.
— Afuera, señorita Vain. —dice con una sonrisa, asiento y volteo a irme— Señorita —me detengo a su llamado—, nos alegra saber que esta mucho mejor de salud
Evito formar una expresión de sorpresa y sonrío de lado. Mis ojos se dirigen a la mujer.
—Martha
—Digame señorita ¿en qué puedo ayudarla?— sonríe, esperando mi pedido
— ¿Dónde esta el enano?— cuestiono con nostalgia a la madre del niño.
— Esta durmiendo. Puede ir a verlo cuando quiera.
— Bien
El enano ¿como estará? No he jugado con él desde nuestra salida al parque.
Llego a la puerta despues de ese sentimentalismo, voy afuera y encuentro a Dark sin perder tiempo, acostado en la parte trasera con sus manos detras en la nuca, mostrando esos brazos atléticos.
Se le habrá olvidado algo. Carraspeo para despertarlo de su profundo sueño, y cuando abre sus ojos para fíjarse en mi, cae al suelo lleno de sorpresa. Buscando lo que necesito.
Le pedi a Dark que encargará de buscar mi comida. Indique detalladamente la ubicación y el número de habitación donde se encontraba el objetivo.
La llevaba a mi habitación cada dos días en esa semana de estar en cama. Hubo miradas extrañas entre él y Annie cada vez que encontraban, nunca hubo buenos gestos. ¿Que ocurrió entre ellos? Pues quién sabe.
—¿Una?
Mantiene la distancia. Una extensa.
— Uh, anteriormente el humano estaba en su casa, pero está vez fue a parar en el hospital y como debía traer su ración, no me permitió... —miró más allá detrás de mí y su cuerpo se puso rígido de pronto— Hacia mucho escándalo y me fue difícil, Vain-san
Torcí el gesto. El humano es inteligente después de todo. Sabía que con muchas personas no podría tomarlo. Alzo la mirada hacia el asiático y entrecierro la mirada cuando siquiera me ve a los ojos, cuando anteriormente lo hacía.
El olor de Annie lo puedo notar. Y algo pasaría entre ellos para que el asiático este así.
Pero para que tenga esa actitud, debió ser algo que le faltara el respeto a Annie, porque sus temblores eran muy notables por su presencia.
...•...
...•...
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 113 Episodes
Comments