Capítulo 15 — ¿Donde...?

No recuerdo nada que se relacione a eso, solo el nombre.

Una descarga eléctrica me saca de mis sádicos pensamientos haciéndome temblequear un poco, pero tan insignificante que no evita que voltee hacia quien me disparó. Se sobresalta al verme, palideciendo su rostro por completo; en sus ojos puedo ver mi silueta teñida mayormente de sangre y con una sonrisa que jamás había visto en mi de gusto, alegría, entretenimiento; satisfacción

De maldad.

Aunque falta mucho para satisfacer estás ganas inmensas de desgarrar, descuartizar lo que esté en mi camino.

Da pasos atrás apuntandome, titubeante, tembloroso, tragando saliva y respirando pesadamente por el miedo. Y dispara un dardo impactando en mi hombro pero no detengo mi andar haciéndolo respingar. Lo que es señal de que debe correr por su vida y es lo que hace; empieza a correr tan rápido como sus pies lo permiten.

Me ubico en frente con facilidad por mi habilidad y lanzo una patada a su abdomen, se cubre con sus manos a tiempo pero es demasiado fuerte; escucho sus huesos crujir por el golpe elevándolo y antes de impactar al suelo me muevo ágilmente sujetándolo del rostro e impactando el mísmo contra el tronco muchas veces.

Gimotea de dolor con gruñidos y gritos. Golpeo su costado sin importar las afiladas garras, haciéndolo gritar de agonía, escupe sangre llenando su barbilla y labios junto con mi mano. Su rostro se baña de sangre por los golpes que recibió, donde puede notarse que hay varias partes rotas.

—S-seño...— se cubre de sangre con otro golpe— ¿me... me recuerd-da?— enarco una ceja

—¿Cómo puedo recordar a una escoria insignificantemente débil como tú?— mi sonrisa crece al ver su pulso decaer y escuchar a penas sus leves latidos.

Frunce el ceño del dolor cuando impacto al lado contrario de su corazón entrecerrando los ojos por su debilidad muevo las garras a su cuello sin mantener presión. Se agita inútilmente mirándome, esperando compasión de mi parte. Rio con mayor razón por su inocencia de creer que ese sentimiento está en mí.

— Morirás, Eso es seguro.— digo dándole media sonrisa— ¿tu último deseo?

— Espero que... ya funcione— arqueo una ceja por su respuesta incoherente

— Nadie te ayudará

— No e-estaría... tan seguro... si... fuera... U-usted— apenas logra completar las palabras

Entierro lentamente, me tomo mi tiempo llegando a su garganta. Veo sus ojos de terror al saber que su muerte está cerca. Pero mis parpados se empiezan a cerrar lento, me debilitó al intentar clavarlo más a fondo, mis manos decaen junto con mis rodillas que impactan contra el suelo y luego mi rostro cae contra el mismo lugar induciendome a un profundo sueño.

Solo hay oscuridad inmensa, estoy en un lugar solitario sin nadie cruzar frente a mi. Unas manos se aferran a mis hombros empujándome a ellas, evito lo más que puedo y me muevo al lado contrario pero es imposible. Caigo en un vacío enorme sin final, agitó mis manos para sujetarme y no seguir ese largo camino oscuro pero es inutil todo está negro no logro distinguir nada, solo mi cuerpo con una claridad apenas notable.

Impacto con el suelo o lo que se amolde en este momento parecido. Me levanto rápidamente y escucho murmullos, voces y gritos agonicos.

Nada, ni una maldita persona se muestra solo esos sonidos que están empezando a molestarme a cada momento que pasa y que se acercan lentamente a mi. Veo a todos lados atenta a cualquier extraña situación

De hecho, ya esta situacion es extraña.

Me cojen del tobillo una mano ensangrentada jalandome, volteo y solo distingo esa mano aferrándose fuerte. Mis pies se humedecen y luego se inundan de un líquido oscuro con un olor repugnante, algo a descomposición y sangre, un fuerte olor que viene de todas partes.

Estoy paralizada mi cuerpo no reacciona a mis pedidos quedando estupefacta ante esa horrible vista que mis ojos perciben.

No porque no haya visto algo asi, si no por el estado en que se encuentran. Ver algo descompuesto, es muy diferente a verlo recien hecho.

Cuerpos mutilados, otros con sus partes enteras pero sus huesos sobresaliendo por su carne abierta, cabezas con trozos internos de cerebros fuera, ojos machacados, músculos de brazos y piernas desgarrados; unos se ven q la putrefacción está a punto de consumirlos.

Todo a mi alrededor es un terror dejándome estoica con esas ganas de vomitar por lo que veo. Tapo mi boca para evitar que salga. Y esa mano vuelve a llevarme a ella, mis intentos de sacarme son inútiles, todo es inutil; al intentarlo pierdo equilibrio cayendo en ese olor repugnante, cubriendo cada parte de mi cuerpo de ese líquido rojizo.

Me arrastra cubriendome asi, todo mi cuerpo y rostro, salpica a todos lados llevándome los cuerpos que se atraviesan en mi camino. Aprieto los labios para que no se adentre esa asquerosa sangre repugnante. Me detienen y encojo mi cuerpo abrazando mis piernas.

El miedo crece y crece sin disminución, está situación me hace temblar, me produce asco. ¿Donde mierda estoy?

Lentamente un cuerpo se acerca, mi vista se alegra al saber que no estoy sola pero mis ilusiones se derrumban al detallar y ver; lleva un uniforme parecido de un militar pero no lleva insignias, parte de su abdomen desgarrado con rabia que hizo desprender sus intestinos que salen a la vista cubriendo de sangre la ropa, marcas violáceas de una mano en su cuello dando a entender que fue asfixia. Se acerca lentamente haciendo que retroceda a cada paso que da.

Atenta a lo que hace, susurra algo que no entiendo pero su vista no está en mi sino lo que está detrás de mi. Hasta que me enfoca y un escalofrío me recorre llenandome de miedo, ansiedad por no saber dónde mierda estoy, es como una pesadilla pero que nadie hace algo por despertarme. Entro en desesperación con los latidos martillandome los oídos y la respiración descontrolada

—Tu... Hiciste— murmura con voz ronca y débil

No logro asimilar o descifrar lo que intenta decirme, dudo por un momento preguntarle acerca de su incoherencia cuando veo el vacío en sus ojos, no tienen vida, no hay nada.

— ¿Que?— digo temblorosa al armarme de valor

Pasa unos segundos pero no sé detiene a seguir acercándose, cada paso que da, hace temblar cada parte de mi con más intensidad. Trago saliva, volteo en busca de ayuda pero solo hay cuerpos sin vida.

Cuando regreso mi vista al cuerpo inerte andante ya no está y el ambiente cambio repentinamente llevandome a un lugar desolado, giro mi vista detallando cada cosa. Me pongo de pie y el olor que desprende cada parte de mi es horrible: piernas, ropa, brazos hasta mi rostro lo siento pegajoso y lo confirmo cuando paso mi mano por los mejillas.

Susurros se escuchan a los lejos y también cerca. Trato de localizarlo pero nada resulta como si todo fuera ilusión encontrándose en mi mente. Cierro fuerte mis ojos, mis latidos desenfrenados por la situación. Inhalo fuerte cojiendo aire lo más que puedo en mis pulmones y lo suelto. Lentamente abro los ojos. Parpadeo un par de veces rápidamente.

—Todo esto... lo hiciste— me acusa esa vos ronca masculina con asco, volteo.

Nada. Reviso mi entorno nuevamente. Esa vos se escuchó tan cerca, veo detrás y no hay nadie. Es como un cuarto blanco completamente. Camino en busca de salida.

Veo imágenes como una película rápidamente sin poder detallar mucho por como pasa.

— ¡Tu lo hiciste!— gritan detrás fuerte con rabia

— ¿Que hice? ¿De que hablas?— reclamo al aire porque al voltear no hay nada, nadie.

Mi cabeza es un lío, no logro asimilar lo real y lo imaginario. Llevo mi vista al suelo con una mano en la cabeza y las lágrimas empiezan a salir. ¿Que es es esto? Es una tortura.

Me sujetan del cuello fuerte asfixiandome y ese tenebroso rostro viéndome con rabia. Sus ojos sin vida inyectados de sangre con su rostro palido. Gusanos saliendo de los oídos y empezando a salirse por su nariz. Me dan escalofrío, asco y miedo. Es un horror verlo.

— Nos asesinaste

Con su vos tenebrosa cerca de mi con esos asqueroso animales moviéndose dentro de los orificios suelta esas palabras, cierro fuerte mis ojos para no percibir tal terrorífica situación, tratando de mantener la respiración que se hace difícil.

— Ahora morirás como nosotros— abre su boca con enormes colmillos unos tras otro rompiendo las comisuras de sus labios y sangre brotada por ese mismo lugar.— ¡Muere...!— dice en un rugido ronco.

Despierto gritando con desesperacion, angustia, sudor recorriendome y los latidos martillandome los oidos. Respiro por la boca, mis hombros suben y bajan por lo agitada.

Tocan mi mano tratando de tranquilizarme no logro percibir donde me encuentro y con quién me encuentro. Me sobresalto por el toque con un escalofrío que me recorre, volteo y no hay nadie. ¿Era un sueño? ¿De verdad lo era, algo que se sentía demasiado real?. Fue horrible jamás había visto algo asi, eso era como mi realidad.

Mis manos tiemblan, todo mi cuerpo lo hace como si esa presencia estuviera aquí en este lugar observando cada movimiento que hago justo Ahora.

Una cama enorme, una mesa pequeña de vidrio situada en frente la cama y junto a ella un sofá. A mí izquierda un armario con suficiente ropa y más allá la puerta. A la derecha un pequeño escritorio. Un estante repleto de libros y detrás del sofá un pasillo con una puerta de madera. ¿Dónde estoy? ¿Porque se me hace familiar todo a mi alrededor?

Mis sentidos se alertan a cualquier movimiento, pero solo percibo a una persona que se encuentra a unos metros en el fondo del pasillo. Me levanto sigilosamente en esa dirección cuando escucho resonar los pasos de esa persona acercándose.

Me oculto detrás del escritorio esperando que salga del pasillo. Me golpea ese olor a rosas y el llamado de su exquisita sangre, que hace mi cuerpo estremecer de tan solo pensar en su sabor, tanto que dejo a la vista mis colmillos con mi boca entreabierta.

Latidos descontrolados con el corazón que se quiere salir . ¿Y quién es esa persona y porque no recuerdo nada aparte de mi nombre? ¿Cuál era mi vida y quiénes estaban alrededor de ella?. Quiero respuestas y ese ser me las dará. Desaparezco y me materializó detrás sorprendiendome por lo que se encuentra frente a mi.

— ¿Que haces aquí?— acuso. Una chica cabello marrón casi rojo, rostro fino demasiado perfecto con una intensa mirada grisácea, y un cuerpo atlético.

— ¡Ama!— pronuncia con un apice de alegría, mostrando felicidad en su rostro— ¡Por fin desperto!.

—¿Ama?— frunzo el ceño por lo que dicta— ¿Quien eres?

Su sonrisa se apaga y en su rostro solo se ve que denota confusión, preocupación mezclado con lastima ¿Porque esa cara? Retrocedo estando a la defensiva, aunque su sangre llama mi atención.

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Lamento la tardanza. 😘 Espero disfruten 😉😉

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